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De carreros y caretas

A raíz de un video que circula en las redes sociales, el representante de CTEP y trabajo, escribió esta columna de opinión.

Grabois cargó contra el FMI y le contestaron con Star Wars
Grabois cargó contra el FMI y le contestaron con Star Wars | cedoc

Estoy muy orgulloso de defender a los carreros y carreras, hombres y mujeres que enfrentan la exclusión realizando diversas actividades de economía popular en carro a caballo. Sostengo con fundamentos éticos, históricos y legales que trabajar en carro no es delito. Sí es una tragedia nacional que haya tantos compatriotas que, excluidos del mercado laboral, no tengan otra posibilidad que ganarse el pan en condiciones de tanta precariedad. Es evidente que eso no se va a resolver con persecución sino garantizando oportunidades laborales y educativas para todos. Sin embargo, cada vez nos alejamos más de la promesa "pobreza 0" y las organizaciones de economía popular seguimos siendo la principal barrera de contención frente a la miseria, el delito y el narcotráfico.  La realidad de los excluidos se pone cada vez más cuesta arriba y, paradójicamente, recrudecen los discursos de odio y aporofobia.

En estos días circuló un video mío en una protesta carrera junto a un gran amigo, Antonio Cabrera, de Villa La Sarita, Quilmes Oeste. Aunque se ve con claridad que el caballo está en buen estado y no hay ninguna escena de maltrato, el título de las notas solía ser "maltrato animal". Quería contarles que Antonio es, además de un hombre bueno y solidario, un verdadero amante de los caballos y los sulkis. Ha recuperado muchísimos animales abandonados: gatos, perros, potrillos. Su papa era lechero y cambiaba los viejos botellones casa por casa en su carro. Así son la inmensa mayoría de nuestros compañeros: no maltratan a los animales sino que se gana el pan dignamente con ellos en un vínculo de respeto, cuidado y armonía. Existen, desde luego, situaciones de maltrato animal en el sector carrero como también existen en la policía montada, el ejército, el hipódromo, los certámenes de turf y polo, casos que no generan la indignación elegante de los falsos ambientalistas que hoy estallan violentamente contra nosotros. También hay casos en que los caballos están desnutridos no por falta de cuidado sino porque los carreros tienen que elegir entre darle de comer al animal o darle de comer a sus hijos. Es lamentable que preocupe tanto la tracción a sangre animal y no la tracción a dignidad humana; la desnutrición animal y no la desnutrición infantil. 

Es increíble que haya personas que persiguen a los carreros en vez de solidarizarse con su situación. Habla de la deshumanización de nuestra sociedad. La empatía colocada sobre los animales y no sobre los seres humanos. Es algo muy común entre "gente bien" que intenta llenar su vacío espiritual e incapacidad de amar con la careta del proteccionismo. Hay otros que va más allá y usa en forma amarillista, morbosa y perversa, fotos de equinos muertos en las redes sociales para estigmatizar a los carreros y disimular en una supuesta defensa de los caballos el desprecio por los pobres. Sin embargo, a pesar de su intenso despliegue de odio, en general no han hecho absolutamente nada por los equinos y sí mucho daño a las personas. Algunos avivados incluso se pusieron "paraísos" para "recuperarlos" y reciben un canon por este negocio. Muchas veces, estos refugios son campitos privados que nadie controla, dónde los caballos contraen anemia y nunca se recuperan. Los jueces, indiferentes al sufrimiento de las familias carreras, entregan en guarda los caballos de los pobres a estos falsos cuidadores y luego se desentienden de su destino.

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Hoy, la hipocresía de los falsos animalistas se suma a las campañas de desprestigio político de los trolls del gobierno reproducidas por algunos medios de comunicación que, en forma un tanto cobarde, reproducen twits anónimos con insultos que no se animan a decir en primera persona. Ninguno cuenta que el MTE/CTEP ha garantizado la vacunación, alimentación y atención veterinario de miles de caballos en todo el país, además de pelear por los derechos laborales de los carreros y carreras, desarrollar guarderías para enfrentar el trabajo infantil y lograr en muchos municipios la reconversión de la actividad del carrero a  formas alternativas de reciclado.

La relación entre los equinos y las personas está en el ADN de nuestra Patria Grande y cultura nacional. Las gestas patrióticas de San Martín y Bolivar, la epopeya Gauchito Gil y Martín Fierro, el heroísmo de Juana Azurduy, todo impensable sin la relación entre personas y caballos. No permitamos que bajo el falso rotulo del cuidado equino se escondan formas de poshumanismo cruel como la humanización de los animales y la deshumanización de las personas ¡Sí al cuidado de los animales y la reconversión gradual de la actividad a sistemas públicos de reciclado social! ¡No a la persecución y la discriminación de los carreros!