En ocasión de este año electoral se busca que bajo la excusa curricular de las temáticas de ciudadanía pueda difundirse “información referida a las propuestas de campaña de los diferentes espacios políticos”; “indagar y discutir sobre las propuestas legislativas”; “desarrollar proyectos que incluyan la presencia y la posibilidad de diálogo con candidatos”, entre otras dinámicas grupales.
Nadie pone en duda el rol de la escuela en aspectos que superan la apropiación de saberes, como son el crecimiento en valores y la construcción de ciudadanía. Pero subyace en esta propuesta el pretexto para profundizar en el nivel secundario -el que vota- prácticas de adoctrinamiento que tantas veces denunciamos ante los contenidos de cuadernillos oficiales, las bajadas de línea constantes, la intervención de las fachadas, carteleras y espacios comunes de los establecimientos escolares.
Más de un millón de chicos perdieron contacto con la escuela.
Cabe señalar que el Estatuto del Docente (Ley 10.579) establece dentro de las obligaciones: “formar a los alumnos en las normas éticas y sociales con absoluta prescindencia partidaria y religiosa, en el amor y respeto a la patria y en el conocimiento y respeto de la Constitución Nacional y la Constitución Provincial” (Art. 6, inc. c). Asimismo, la Resolución 7/173 de la Dirección General de Cultura y Educación sobre el Uso del Edificio Escolar fuera del Horario de Clases / Días Feriados e Inhábiles establece que “en ningún caso podrán autorizarse actividades en las que se traten, de manera directa o indirecta, asuntos de carácter político partidario o se utilicen símbolos de partidos políticos”.
El miércoles 14 de julio Unicef publicó un nuevo informe sobre el impacto de las medidas adoptadas a partir de la pandemia por Covid-19 en los chicos a través de una encuesta realizada a hogares de todo el país. De ese trabajo vuelve a surgir un dato alarmante: la evidencia de que más de un millón de chicos perdieron contacto con la escuela.
El cumplimiento de los protocolos, bandera establecida como excusa del cterismo para evitar la presencialidad, ahora es pasada por alto con la posible presencia de distintos actores de la política
En este grave con contexto, el foco prioritario del Estado Nacional y Provincial debe ser recuperar los aprendizajes de los chicos y chicas que se encuentran en el sistema e ir en la urgente búsqueda de los más de un millón de jóvenes que abandonaron el sistema educativo. No parece lógico ni razonable desviar el foco en actividades como la propuesta cuando la debacle educativa a la que asistimos nos pone en la obligación de concentrar todos nuestros esfuerzos en recuperar saberes prioritarios en los distintos niveles y modalidades.
Por otro lado, mucho se ha bregado por el cumplimiento de los protocolos sanitarios y las burbujas establecidas en cada establecimiento escolar. El cumplimiento de los protocolos, bandera establecida como excusa del cterismo para evitar la presencialidad, ahora es pasada por alto con la posible presencia de distintos actores de la política partidaria que alterarán el normal desarrollo de las burbujas escolares.
No solo debemos preservar más que nunca la función pedagógica de la escuela, para hacer política existen otras instancias, aun dentro de las escuelas como son los centros de estudiantes, sino que además deberíamos estar pensando, colectivamente, cómo revertir esta verdadera tragedia social juvenil.
*Coordinador General EcoEducativo. Ex Director Ejecutivo del INET.
