Desde hace tiempo los científicos están advirtiendo acerca de los riesgos que conlleva el aumento de la temperatura global. A pesar de esto, el cambio climático es una realidad innegable y la Ciudad de Buenos Aires no está exenta de su impacto: mayores y más intensas precipitaciones y un aumento sostenido en la frecuencia y duración de las olas de calor son la demostración de su presencia.
Ante esto, y desde hace tiempo, estamos trabajando para desarrollar políticas transversales a todas las áreas de gobierno con la mirada puesta en las poblaciones vulnerables que son las que sufren muy especialmente los embates del cambio de clima.
Todas estas políticas están reunidas en el Plan de Acción Climática que desarrollamos desde la Secretaría de Ambiente, junto con las distintas áreas de gobierno y que constituye nuestra hoja de ruta para contener los efectos del cambio climático y para cumplir con el compromiso de ser una ciudad carbono neutral, resiliente e inclusiva para 2050.
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Para lograr este objetivo decidimos trabajar sobre los ejes que más impactan en las emisiones de gases de efecto invernadero: energía, transporte y residuos. A partir de ahí, diseñamos 24 acciones a corto, mediano y largo plazo que nos permitirán disminuir nuestras emisiones en un 50% para 2030 y alcanzar la neutralidad para 2050. Estas metas nos posicionan entre las ciudades más ambiciosas en cuanto al cumplimiento de sus compromisos.
Pero lo más importante de nuestro Plan de Acción Climática es que el eje está puesto en la transformación de Buenos Aires para ir hacia una ciudad a escala humana, en donde todos los vecinos puedan reencontrarse con el espacio público y hacerlo propio, en donde puedan resolver sus necesidades laborales y sociales en pocas cuadras, en donde se resignifique la pertenencia al barrio, a las calles que cada uno transita a diario.
Entre las acciones que impulsamos se encuentran: sumar nuevas áreas ambientales, corredores de Metrobus y ciclovías y espacios públicos, aumentar el arbolado y darle un fuerte impulso a las políticas de reciclado y tratamiento de residuos. Además, vamos a promover el uso de combustibles limpios, fomentar el aprovechamiento de la energía solar y la economía circular.
Y todas las propuestas tienen como premisa tomar a la naturaleza como parte de la solución porque, aunque durante mucho tiempo lo olvidamos, es ahí en donde se encuentran las respuestas.
Pensar una ciudad de estas características no solo es beneficioso para el clima (menos emisiones en transporte, más uso eficiente de la energía, reducción de la producción de residuos) también lo es para los vecinos que se sienten parte de una ciudad que los incluye, que les da un espacio y los reconoce como parte.
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Y con esta misma premisa es que en la elaboración de esta nueva edición del Plan de Acción Climática invitamos a las organizaciones de la sociedad civil, al Consejo Asesor Externo de Cambio Climático, el Consejo Consultivo de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Foro de Lucha contra el Cambio Climático y a los habitantes de la Ciudad que participaron en las distintas instancias de trabajo.
A lo largo de todo este proceso contamos con el acompañamiento de C40, el grupo de liderazgo climático integrado por grandes ciudades de todo el mundo y el respaldo del Departamento de Estrategia Empresarial, Energética e Industrial del gobierno británico.
A esta propuesta queremos sumar muy especialmente a los jóvenes porque son quienes nos pueden dar una mirada nueva y muy necesaria para avanzar en estos objetivos.
Este Plan constituye una de las propuestas de gestión más ambiciosas porque nos exige trabajar para construir un futuro ambientalmente seguro y justo para todos.
* Eduardo Macchiavelli. Secretario de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires.