OPINIóN
Inseguridad

Entre la justicia por mano propia y una mirada sobre la justicia penal

Posibles miradas sobre qué piensan quienes trabajan en la justicia penal a partir del robo al jubilado de Quilmes

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Está acusado de integrar la banda que le robó al jubilado de Quilmes | cre: policia bonaerense

Frente a los enormes dilemas que plantean los recientes homicidios de personas que, todo indica, habrían ingresado a robar en hogares de jubilados, es importante evitar diagnósticos espontáneos sobre el tema de la inseguridad, y su relación sobre la administración de justicia.

En este sentido, resulta vital analizar qué piensan quienes trabajan en la justicia penal sobre el tema, dado que son ellos quienes deberían encargarse de las investigaciones de los diferentes delitos, evitando que escalen los conflictos sociales. De hecho, una cuestión que aún hoy sigue provocando controversias, respecto del trabajo de la justicia penal, es si lo relevante resulta ser el hecho ilícito o la persona infractora. En esta coyuntura, ¿es el robo o es el barrabrava de club Quilmes?  

Una respuesta cómoda podría ser que aquello que es objeto de la justicia penal es el hecho delictivo, por lo tanto la justicia penal trabajaría contra el acto que está tipificado por las normas penales. En este caso, sería el robo.

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No se puede explicar el trabajo de la justicia penal si pensamos únicamente en los actos delictivos

Ahora bien, hay cierto consenso en que no se puede explicar el trabajo de la justicia penal si pensamos únicamente en los actos delictivos, y en este sentido, parece más oportuno preguntarnos contra quiénes trabaja o a quiénes procesa, enjuicia y eventualmente condena. Entonces aparecen las figuras del criminal, el delincuente, o como suelen llamarlo los mismos actores judiciales, “el cliente”. Esta expresión representa el modo en que los operadores jurídicos se apropian, al menos en parte, de su propio trabajo, identificando primeramente a alguien que hizo algo, y no a algo que hizo alguien. Por lo tanto, la justicia penal define su trabajo como el hecho de ir en contra de las personas que cometen delitos, y no en contra de los delitos que comenten las personas. En este caso, sería el barrabrava de club Quilmes.   

Existen diferentes enfoques que han tratado de pensar las razones y los contextos a partir de los cuales las personas que cometen determinados delitos se vuelven “clientes” de la justicia penal, junto con los efectos que todo esto trae aparejado. Habiendo consenso sobre la selectividad con la que se persigue a la clientela habitual, en el sentido que los operadores jurídicos reconocen que no a todas las personas que cometen delitos se las reprime, las claves para entender dicha selectividad son variadas. 

Los umbrales de tolerancia social juegan un papel importante en el modo en el que la comunidad interpreta ciertos hecho

Un primer enfoque sugiere que la justicia penal trabaja contra aquellos que pertenecen a la clase social más desaventajada, cuyas expectativas de progresar lícitamente en un sistema como el actual son realmente improbables. Están, por su parte, quienes vinculan las características y magnitudes de la clientela de la justicia penal a manejos del ámbito político, en lo primordial, al uso electoralista que se haga del modo en que la justicia penal debe administrar sus sanciones. Una tercera perspectiva es la que más importancia le da a la pertenencia de las personas contra las que trabaja la justicia penal a un grupo determinado, lo que les imprime a sus integrantes un rasgo negativo: ejemplo de esto sería el “pibe chorro”. Por último, podemos mencionar a aquellos que aseguran que para entender contra quiénes trabaja la justicia penal, se debe analizar qué tipo de valores o creencias agravian las conductas delictivas que estas personas realizan.  

Es probable que el barrabrava de club Quilmes pueda incluirse en las cuatro posturas mencionadas, lo que nos obliga a pensar, por un lado, que los umbrales de tolerancia social juegan un papel importante en el modo en el que la comunidad interpreta ciertos hechos, pero por otro lado, que es la justicia penal la que debe encargarse de administrar de forma lícita los diferentes conflictos.

*Investigador del Conicet.