OPINIóN
Semana Mundial del Parto Respetado

A raíz del aislamiento se triplicaron los partos planificados en domicilio

La demanda de este modelo asistencial, reconocido y legal en nuestro país, es un fenómeno que podemos observar a nivel mundial.

Parto respetado
Parto respetado | Cedoc

La pandemia ha venido a poner sobre la mesa una discusión en relación a los nacimientos que como sociedad nos merecemos dar.

La situación que estamos atravesando nos confronta ante una realidad innegable, que siempre ha estado ahí, pero de la que ahora tomamos real dimensión, las instituciones médicas son lugares preparados para la patología y la enfermedad y en esa medida ingresar a ellas estando sanxs supone un riesgo y además implica el uso innecesario de recursos lo que lleva a profundizar el colapso del sistema médico. 

En contrapartida quedarse en casa se posiciona como una opción segura y saludable. 

En Argentina, los partos planificados en domicilio representan el 1% de los nacimientos. Al referirnos a partos planificados en domicilio estamos hablando de un modelo mundialmente reconocido y legal en nuestro país, el cual basa su seguridad y viabilidad en diferentes ejes, como por ejemplo, tratarse de un proceso sano, contar con asistencia profesional idónea y seguimiento durante todo el proceso perinatal. 

Casi el 75 por ciento de las mujeres sufrió violencia obstétrica en su parto

Sin embargo, en los últimos meses a raíz del aislamiento social obligatorio la demanda de este modelo asistencial se ha triplicado. Un fenómeno que no solo sucede en Argentina sino que podemos observar a nivel mundial.

Este crecimiento está fuertemente anclado en la búsqueda de las mujeres por atravesar los nacimientos de sus hijxs en entornos seguros y saludables, en los que sean cabalmente cuidadas y por supuesto en los que sus derechos y el ejercicio de su soberanía sea garantizado.

El tiempo de las imágenes de mujeres sumisas, aterradas, mirando al techo, atadas, intervenidas sin necesidad como modelo único de la atención al parto está llegando a su fin. Esta es su lucha y su conquista

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Pero no sólo se trata de un aumento en la demanda sino que ante todo esta situación nos permite poner en cuestión la atención obstétrica dominante

El inicio del aislamiento social obligatorio supuso para la gran mayoría de las mujeres embarazadas un cambio radical en la manera como estaban siendo atendidas y un recrudecimiento en la violencia obstétrica de la que son víctimas.

La cancelación de turnos y estudios, la falta de respuesta del sistema ante estas situaciones, el cambio unilateral en los acuerdos establecidos con los equipos médicos, las imposiciones sin sustento científico, como puede ser el aumento indiscriminado en las cesáreas e inducciones, la negativa a estar acompañadas y la vulneración de sus derechos representan el común denominador de la mayoría de las experiencias institucionales.

 

estadisticas nacimientos 1 de enero de 2019

 

Sin embargo, la atención domiciliaria no se vio alterada, tomando todos los recaudos necesarios el seguimiento prenatal continúo, los acuerdos en relación al nacimiento se respetaron, los controles posparto no se alteraron, no hubo restricción en el acompañamiento, ni en la libertad de movimiento, no se le impusieron protocolos nocivos y sin sustento médico.

En definitiva la calidad de atención no se vio comprometida y lo más importante los derechos de esas mujeres fueron garantizados.

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Ante esta situación, como sociedad no nos queda otra opción que preguntarnos honestamente, ¿son las instituciones y el modelo de atención dominante la única opción y la más segura? ¿O por el contrario, “quedarse en casa”, es decir los partos planificados en domicilio y las casas de nacimientos representan alternativas seguras, saludables y posibles que además contribuirían a evitar el colapso de las instituciones médicas?

 

* Lic. en obstetricia. / ** Activista.