Ya lo decían las teorías evolutivas que solamente sobreviven aquellos que logran adaptarse mejor. En un momento tan desafiante de nuestra historia, una vez más tenemos la oportunidad de comprender el verdadero significado de esta teoría, y en el mundo de los negocios no ha sido diferente.
Hemos visto que en estos últimos dos años de pandemia muchas empresas no pudieron resistir y quebraron, mientras que otros tuvieron un crecimiento fuera de la curva y superaron todas sus expectativas en ventas y ganancias. ¿La diferencia? La habilidad de adaptarse y ver las oportunidades en medio de tantos desafíos.
Un contexto totalmente inestable, un futuro incierto y centenas de obstáculos nuevos que llegaron de la noche a la mañana para cambiar por completo las empresas y la forma en que hacen sus negocios. Pero lo que nunca cambia, es que para que una empresa sobreviva tiene que ser productiva y rentable, y fueron en esos dos puntos que la pandemia llegó a revolucionar.
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¿Cómo se puede producir con oficinas cerradas?¿Cómo ser rentable desde casa?¿Cómo relacionarse con un cliente sin almuerzos ejecutivos?¿Cómo concentrarse rodeado del miedo?¿Cómo conservar el bienestar y estabilidad de los colaboradores? Todas esas preguntas surgieron en la cabeza de los empresarios y ninguno tenía una respuesta cierta, la única vía era aprender y estar dispuesto a adaptarse.
Saber surfear en las olas de la incertidumbre realmente es un arte en los negocios. El Informe Global de Riqueza considera que la riqueza mundial no solo se mantuvo estable frente a tal agitación, sino que de hecho aumentó rápidamente en la segunda mitad del año.
Pero ¿Saben cuál fue el pilar que sostuvo todos los negocios del mundo en medio de esta crisis? Definitivamente la tecnología. Incluso, tal vez ella sea la respuesta para todas las preguntas de arriba. La tecnología que posibilitó el teletrabajo, las reuniones remotas, las herramientas de productividad y toda la continuidad en la gestión empresarial, ya sea pequeña o grande. Sin lugar a duda, la mano derecha de las empresas fueron las soluciones tecnológicas. Sin hablar de todas las nuevas oportunidades de negocios que nacieron a partir de este nuevo estilo de vida.
Los dos mayores desafíos de la Argentina: productividad e inclusión
Llevar la oficina a la casa nos enseñó a crear relaciones más confiables y responsables en el trabajo, pero al mismo tiempo, el distanciamiento social nos demostró que tampoco podemos dejar de lado nuestra naturaleza de mantener el contacto personal con el equipo, pues esto hace que las interacciones sean más ligeras, más humanas y más productivas.
Ahora, el reto es encontrar ese equilibrio en el modelo híbrido, ya que el poder de las relaciones humanas se refleja en los negocios. Este formato flexible de trabajo llegó para quedarse y esa adaptación representa una aceleración en la implementación de tecnologías avanzadas en el mundo corporativo.
Si las olas fueran la pandemia, definitivamente la tabla de surf sería la tecnología. Así como todas las especies, los empresarios necesitan adaptarse para sobrevivir, aún más ahora, que estamos en un momento de retomada y readaptación, en el que necesitamos conocer a fondo el mercado, la competencia y la economía. Ahora todos la tenemos más clara: estamos en el camino correcto para potenciar los negocios con el apoyo de innovaciones tecnológicas.
Más productividad, más colaboración, más inteligencia
Los dos últimos años nos dejaron fortalecidos, maduros y preparados para este nuevo año, el cual muchos lo llaman “el año de la productividad”; un escenario que se ve prometedor independientemente del espacio y el tiempo, las personas y los negocios aprendieron a sobrevivir sin importar dónde o cuándo.
* Javier Marbec. Licenciado en Administración. Director general para la región Sur de América Latina de TOTVS.