OPINIóN
Inserción argentina

La interdependencia hegemónica

Cuatro dimensiones que constituyen la estructura del orden global que transita de un liderazgo hegemónico de Estados Unidos hacia China y las posibilidades de nuestro país.

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Robert Keohane Joseph Nye, Richard Cooper, Stanley Hoffman. | Redes

Durante un periodo de tiempo, una parte de la academia de las Relaciones Internacionales intentó conceptualizar la hegemonía según el compromiso que se necesitaba para consolidarla. Uno de estos intentos fue la interdependencia compleja de Robert Keohane y Joseph Nye en su obra Power and Interdependence. Esta teoría estaba basada en los postulados de los canales múltiples, la ausencia de jerarquía entre los actores y la disminución del poder militar para imponerse uno sobre otros.

Más allá de las intenciones mencionadas, introdujeron el valioso concepto de interdependencia que fue profundizado en los aspectos económicos euro-atlánticos por Richard Cooper en The Economics of Interdependence quien afirmaba que “No hay casi ningún estudio en la economía mundial que no contenga alguna referencia al creciente grado de interdependencia”.

Asimismo Stanley Hoffman en Essays in Theory and Practice of International Politics planteaba que la relación entre las necesidades políticas y las relaciones económicas globales eran conectadas por la interdependencia mundial.

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Estos planteos –especialmente los de Keohane y Nye- mostraban como estructuración natural del sistema internacional lo que en realidad era el resultado de causas profundas de relaciones de poder en el marco de la Economía Política Internacional.

Fue claramente Robert Cox en sus trabajos, quien utilizando el concepto de hegemonía de Gramsci, entendió que las relaciones sociales fundamentales preceden a las relaciones entre estados y es en esta sociología de las relaciones internacionales donde encontramos la explicación histórico-estructural de la hegemonía.

El concepto coxiano de orden mundial se compone de dimensiones socio-ideológicas, materiales, institucionales y estatales

En este sentido, el concepto coxiano de orden mundial se compone de dimensiones socio-ideológicas, materiales, institucionales y estatales rompiendo con la simpleza de Keohane en The Theory of Hegemonic Stability que atribuía la “estabilidad hegemónica” a la preeminencia de un solo estado.

Estos dos conceptos -interdependencia y hegemonía- se unen en lo que hemos denominado la interdependencia hegemónica como la interrelación de los factores  internos y externos en sus dimensiones socio-políticas, coalisionales, económicas e ideológicas, cohesionadas de manera sistémica a través del Estado, que permiten la preponderancia asimétrica con eje en un actor estatal o grupo de actores estatales del sistema internacional por sobre el resto de los actores.

El nuevo poder de china se estructurará sobre una nueva hegemonía interdependiente en la cual  se reconfiguran y complejizan los canales múltiples

Estas cuatro dimensiones intermésticas constituyen la estructura del orden global actual que transita de un liderazgo hegemónico de Estados Unidos hacia China – junto a los aliados de ambas superpotencias.

El nuevo poder de china se estructurará sobre una nueva hegemonía interdependiente en la cual  se reconfiguran y complejizan los canales múltiples, las jerarquías no sólo no desaparecen sino que se visibilizan aún más y el elemento militar se activa en una dinámica geopolítica localizada, pero también en los mecanismos industriales que necesitan de una reproducción continúa del material bélico.

La “gran estrategia” de inserción internacional de la Argentina será la de consolidar un modelo de desarrollo que se sustente en una industrialización

China en principio ejercerá esta hegemonía sobre los pilares de la “civilización capitalista” sostenida en la OMC, el FMI y el Banco Mundial pero a su tiempo intentará desarmar y reconstruir una institucionalidad internacional acorde a su nuevo liderazgo.

La “gran estrategia” de inserción internacional de la Argentina será la de consolidar un modelo de desarrollo que se sustente en una industrialización que supere el valor agregado de nuestra estructura agro-exportadora e integre múltiples complejos productivos. Sumado a esto, debemos hacer valer aquellas materias primas en la seguridad alimentaria global.  Asimismo, profundizar una política exterior de prestigio en derechos humanos y de excelencia científico –tecnológica.     

En resumen, solo enfocándonos en un verdadero desarrollo económico distributivo, podremos tener la autonomía de elegir con quien asociarnos.