Estados Unidos, que cerró sus fronteras a una buena parte del mundo por la pandemia, planea admitir a extranjeros, aunque con la exigencia de que estén completamente vacunados. Por su lado, China restringió los viajes de sus ciudadanos al exterior ante el aumento de los contagios.
Estos movimientos de ambos países llegan mientras la altamente contagiosa variante Delta del coronavirus se extiende por el planeta y afecta no solo la movilidad, sino la temporada de turismo del verano boreal, consignó la agencia AFP.
Estados Unidos quiere una reapertura para extranjeros "de una forma segura y sostenible", dijo un funcionario de la Casa Blanca pero sin especificar fechas. La apertura seria en fases y, con limitadas excepciones, para todos los extranjeros "totalmente vacunados", indico.
Analizan desarrollar vacunas dirigidas especialmente a combatir la variante Delta
El plan es un intento de evolución en el enfoque de Estados Unidos para contener la pandemia. Washington estableció el 26 de julio que mantenía las restricciones a los arribos del exterior dejando de lado las peticiones europeas. Un equipo está desarrollando un nuevo sistema "consistente y seguro" para los ingresos desde el exterior, dijo la fuente, "para cuando podamos reabrir los viajes".
Estados Unidos restringió la llegada de personas provenientes de la Unión Europea, Gran Bretaña, China e Irán durante más de un año debido a la pandemia. A esos países de origen añadió luego a otros más, entre ellos Brasil e India.
La Unión Europea reabrió en junio el ingreso desde Estados Unidos exigiendo certificados de vacunación o test negativos debido a la presión de países altamente dependientes del turismo como Grecia, España e Italia, que temen otro año de dificultades.
China restringe los viajes al extranjero de sus ciudadanos
China, que antes se ufanaba de haber controlado el Covid-19 luego que apareciera en su territorio en diciembre de 2019, realizó exámenes masivos que detectaron contagios de la variante Delta. Los datos oficiales del miércoles revelaron 71 casos, la mayor cantidad desde enero.
Debido a esta situación, las autoridades chinas anunciaron el endurecimiento de las restricciones para que sus ciudadanos que viajen al extranjero. Por lo que dejarán de entregar pasaportes y otros documentos requeridos para viajes "no esenciales y no de emergencia". Se abstuvieron en cambio de una prohibición general de viajes al extranjero.
El coronavirus estaba casi erradicado en China y la vida volvía a la normalidad con respecto a la primavera (boreal) de 2020 cuando se descubrieron nuevos casos de coronavirus el mes pasado en Nankín (este), un foco que se propagó rápidamente a 17 provincias.
Para controlar la aparición de nuevos casos, los servicios de inmigración dejarán de expedir temporalmente a los ciudadanos chinos pasaportes y otros documentos necesarios para viajar al extranjero, "a menos que haya una razón imperiosa", dijo a los periodistas Liu Haitao, un responsable de la oficina de inmigración.
No se comunicó hasta cuándo estarán vigentes estas medidas y tampoco quedó claro si los ciudadanos chinos que ya están en posesión de estos documentos podrán desplazarse al extranjero.
Aunque los nuevos casos son relativamente pocos con respecto a las cifras de otros países, la extensión geográfica de este nuevo foco de contagios es la más importante de los últimos meses en China. En las regiones afectadas por la pandemia las autoridades ordenaron la suspensión del transporte público y del funcionamiento de los taxis.
Delta amenaza a China y suenan alarmas: el Covid-19 y la cuarentena regresan a Wuhan
En Pekín, donde el miércoles se conocieron 3 casos, las autoridades bloquearon el acceso a un barrio residencial donde vive uno de los afectados, según pudieron comprobar periodistas de la AFP.
Un año y medio después del inicio de la pandemia, el Covid-19 volvió a aparecer en Wuhan (centro de China), la primera ciudad del mundo donde se detectó el virus, a finales de 2019. En la ciudad de 11 millones de habitantes se detectaron 3 nuevos casos, lo que provocó que se vaya a cribar a todos sus habitantes. Nankín, donde se originó la actual ola de casos, ya realizó test en tres ocasiones a sus 9 millones de habitantes.
ED