En reiteradas oportunidades hemos afirmado que el sistema de salud acarrea una crisis estructural o bien que los prestadores de salud se encuentran al borde del colapso. Esta realidad no puede naturalizarse, ni entender que las cosas deben concluir inexorablemente en un deterioro irrecuperable.
El impacto en la población de un debilitamiento progresivo en el sistema de salud y particularmente de los prestadores redunda en efectos inmediatos. Las demoras en los turnos, no acceder a una consulta, a procesos de diagnóstico o a tratamientos indicados que son dilatados en el tiempo es un problema y no podemos resignarnos a este daño.
Esta demora no responde a causas inherentes a la naturaleza del acto médico propiamente dicho, o a periodos de observación por la evolución indicados. Las demoras son fruto del desacople de variables que afectan a la economía y sostenibilidad de los prestadores que cada vez serán menos si persisten estas condiciones de trabajo
Desde CAMEOF, la Cámara que nuclea a consultorios, institutos y clínicas oftalmológicas hemos precisado cinco puntos que deben ser abordados para buscar soluciones que promuevan el sostenimiento en la calidad y cantidad de prestaciones necesarias para nuestra población en materia de salud visual.
Primero: las importaciones. En lo inmediato la mayor restricción en las importaciones impacta de manera directa en las estructuras de costos de las organizaciones oftalmológicas, donde en una organización tipo el 40% de los costos están atados al dólar en virtud de la alta incidencia que tiene la tecnología en la especialidad. Un cepo más estricto encarece y genera faltante de insumos fundamentales para los tratamientos indicados por los oftalmólogos.
Segundo: El atraso en los valores de las prestaciones que abonan tanto las Obras Sociales estatales, Nacionales y Provinciales, así también como las obras sociales sindicales y entidades de medicina prepaga. En nuestro observatorio de costos a partir de la evolución de estos considerando el impacto de la inflación, movimientos en el tipo de cambio y paritarias a Julio del 2022 el atraso alcanza a más del 170% en la mayoría de las prestaciones. Si bien la SSS (Superintendencia de Servicios de Salud) ha definido incrementos al autorizar a las prepagas fundamentalmente el aumento de sus cuotas y su posterior traslado a los prestadores; en el último tiempo no es suficiente y en muchos casos hay muchas entidades que no están cumpliendo con la ley.
Tercero: pagos a 120 días. La dilación de los plazos de pago, el promedio de plazo en un relevamiento realizado a nivel nacional asciende a los 120 días. Esta situación en condiciones de normalidad constituye un aprovechamiento fiduciario de quienes deben pagar en tiempo y forma, aprovechando el principio financiero básico, que es el valor del dinero en el tiempo. En las condiciones actuales, combinando el efecto inflacionario, cambiario y las tasas a las que podría financiarse una organización en términos de capital de trabajo o fondo de maniobra; estos plazos son insostenibles y las organizaciones pasan a ser inviables económicamente. Un problema financiero se transforma en un problema económico.
Cuarto, costos de transacción. El incremento en los denominados costos de transacción. El observatorio de costos, de CAMEOF, detecta el crecimiento de estos costos. Los también denominados gastos de agencia, producto de la creciente cantidad de procesos administrativos y modificación en los sistemas de validación de prestaciones por parte de obras sociales y prepagas. Todas las modificaciones redundan en una mayor carga administrativa que recae sobre consultorios, institutos y clínicas. Son costos en que una empresa tiene que incurrir cuando, en vez de intentar cubrir sus necesidades con recursos propios o con procesos internos, tiene que salir al mercado para poder cumplir con los requisitos crecientes incorporando RRHH y tecnología. Cabe destacar que muchas obras sociales y prepagas no han restituido la atención presencial de sus afiliados, trasladando todos esos procesos de atención a los prestadores y el entorpecimiento que esto conlleva para el afiliado/paciente. En un caso en particular una sola administrativa debe autorizar miles de órdenes de cirugía.
Quinto: La carga impositiva sobre las organizaciones de salud resulta insoportable. Hacer frente a los impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales con sus efectos distorsivos.
La concurrencia tanto del efecto acumulación de impuestos; entendiendo por este al efecto cascada que se produce cuando no se admite el cómputo del impuesto pagado en la etapa anterior, motivo por el cual en la etapa siguiente se tributa impuesto sobre impuesto. Un caso típico es el impuesto sobre los ingresos brutos. Como así también la acumulación de impuestos produce efectos piramidación cuando el incremento del precio final del bien, en este caso el servicio, es mayor al impuesto efectivamente ingresado al Fisco.
También debe estudiarse el tratamiento del IVA, el cual es devengado al momento de facturar prestaciones que como dijimos se cobran a los 120 días. Por ende, con ese promedio las organizaciones de salud pagan el IVA promedio entre tres o cuatro meses por adelantado y si por cualquier causa esa práctica no se paga resulta imposible recuperar lo ya pagado.
Se suman a estos efectos distorsivos el impuesto al cheque y los diferentes adelantos que se deben hacer de ganancias, ingresos brutos y otros que también se abonan por adelantado.
Una situación preocupante para la salud
Estos puntos resumen un cuadro de situación sumamente preocupante que fundamenta los diferentes reclamos que hoy son emitidos desde el sector, pero deben constituir fundamentalmente una señal de alarma a la sociedad.
Menor acceso a la salud implica un deterioro concreto en la calidad de vida de los ciudadanos y las estructuras, tecnología y formación de RRHH no se genera de un día para el otro. Si Argentina pierde estas capacidades distintivas del sector prestador tardará décadas en recuperarlas si es que las recupera.
Desde CAMEOF en este sentido creemos firmemente en que debemos propiciar un debate profundo sobre el sistema de salud, su financiamiento, sus alcances, el rol de actores públicos y privados, el rol y la necesidad de los intermediarios y muchos otros tópicos de centralidad para poder encauzar una dinámica que hoy naturaliza la crisis como estado de situación permanente.
Estamos convencidos que debemos concurrir a este debate todos los actores del sistema despojados de mezquindades sectoriales o corporativas, dogmatismos o prejuicios. Asumiendo con responsabilidad, rigor técnico y decisión, modificar aspectos básicos que permitan desarrollar servicios de salud de calidad y accesible a la población de nuestro querido país para volver a estar orgullosos de hacerlo posible.
Argentina se ha destacado históricamente por su calidad asistencial y sería un despropósito perder tanto el capital tecnológico y humano que nos constituyó en un verdadero faro para distintas especialidades médicas.
*Juan Manuel Ibarguren es Mgter. en Administración de Servicios de Salud y Secretario de CAMEOF.
**Omar López Mato es oftalmólogo - MN 59216. Director del Instituto de la Visión. Miembro CAMEOF.