OPINIóN
Universidad del Salvador

La tecnología en el mundo: ¿arma o vía para el desarrollo?

La política internacional se volvió despiadada y el interés de las grandes potencias se centra en su capacidad de innovación. EEUU sancionó la ley de CHIPS y destina grandes presupuestos para investigar; China apunta al Plan Made In China 2025, con innovaciones a gran escala.

Inteligencia Artificial: cuáles son las regulaciones que se impulsan en el mundo
Inteligencia Artificial: cuáles son las regulaciones que se impulsan en el mundo | TELAM

Las relaciones internacionales pasan por momentos de conflictividad y tensión. Algunos predecían un mundo más idealista y cooperativo postpandémico. Pero a todo idealismo le sigue un período realista que nos recuerda lo que las cosas son y no como deberían ser. Nos referimos a la centralidad que ocupa la conflictividad y los factores asociados a la seguridad y el poder en las relaciones internacionales. La política internacional es concebida como un entorno “despiadado” y “peligroso” como la categoriza John Mearsheimer. 

En este entorno las capacidades materiales, los recursos naturales y la tecnología se posicionan como elementos decisivos y estratégicos obligando a los Estados a competir por ellos. Cabe preguntarnos: ¿Cuál es el rol que ocupa la tecnología en torno a esta competencia entre China y Estados Unidos? Hay una transformación de la tecnología que significa un impacto en la concepción de la misma, pasando de ser un instrumento facilitador de desarrollo a una herramienta útil de posicionamiento para los países. 

Es decir en la actualidad se concibe como un arma de valor geoestratégico. En el entorno internacional signado por la competencia económica entre China y Estados Unidos, aquel actor que goce la habilidad de innovar más rápidamente y mejor saldrá triunfante de esta disputa tecnológica. 

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Estas transformaciones de la política internacional también erosionaron las concepciones tradicionales de poder. Hoy no podemos hablar de poder en las relaciones internacionales sin poner en la mesa el poder de innovación, de inventar y adaptar tecnologías a un ecosistema volátil y dinámico, que abarca una amplia agenda de política internacional yendo del poder duro hacia el poder blando y viceversa. 

Tecnología en el mundo

Lo económico se imbrica con lo tecnológico, por esta razón el cambio en una de ellas trae aparejado una modificación de la otra. Es así como la tecnología se reposiciona como el elemento clave del siglo XXI y el lugar central de disputa estará asignado a la Inteligencia Artificial (IA). 

El triunfo en este campo requiere modificaciones en la estrategia de Estados Unidos, la cual giró en relación a la obstrucción de la cadena de semiconductores avanzados. EEUU se focaliza sobre el diseño, la Unión Europea en los equipos y Corea del Sur en los chips avanzados, complementado este accionar con controles a la exportación de semiconductores, que supone cercar a China en el avance al diseño de chips de IA nacionales, el acceso a software de diseño y a equipos de fabricación. La interdependencia es un arma que impone costos a terceros, y EEUU-China deben replantear estrategias. En plena Guerra Fría, Estados Unidos desarrolló un modelo exitoso sobre tres pilares, sector público, sector privado y universidades, que le trajo grandes desarrollos tecnológicos e innovaciones. 

IA: armas o vías de desarrollo

La caída de la Unión Soviética hizo pensar a algunos sectores que no había que continuar este camino. Hoy la confrontación económica con China exige volver a robustecer esta relación. EEUU sancionó la ley de CHIPS y de Ciencia destinando grandes partidas presupuestarias en investigación y desarrollo. China se acentúa más sobre la mejora de sus capacidades de fabricación, innovaciones a escala y mayor eficiencia con su Plan Made In China 2025, alcanzando la autosuficiencia de sus industrias de alta tecnología y la IA. 

Las estrategias están planteadas y la capacidad de innovación será la llave que defina la confrontación. La rivalidad tomará la forma de una bifurcación, delineando distintas geopolíticas tecnológicas. Para el gran teórico de las relaciones internacionales Hans Morgenthau el concepto de interés definido como poder, nos permite definir la conducta del Estado. Hoy el interés del Estado es la capacidad de innovar y el poder debe ser definido en términos tecnológicos. 


*Doctor en Relaciones Internacionales (USAL)
Profesor titular de doctorado, maestría y grado en relaciones internacionales (USAL)