OPINIóN
Las papas de Balcarce

¿El escándalo de las papas o el escándalo del oportunismo?

Un mensaje viralizado a través de WhatsApp por la venta de papas provenientes de Balcarce pone al descubierto un manejo oscuro que involucra a Nilus, una empresa social ligada a la ayuda de los más necesitados.

papas
Papas | Pexels en Pixabay

Durante la última semana de abril y la primera de mayo, circuló masivamente un mensaje de WhatsApp que mencionaba la existencia de un importante excedente de papa en el partido de Balcarce, que teóricamente iba a ser descartada por sus productores, entre ellos, la empresa McCain.

Ante tal situación, la empresa Nilus se ofrecía a rescatarla y llevarla hasta quienes más la necesitaran, ofreciendo (a un costo de 8 $/kg que incluye flete, lavado y embolsado de la papa) su estructura logística.

Para quienes no la conocen, Nilus es una empresa social, cuya misión radica en “Crear mercados de alimentos asequibles y nutritivos para personas de bajos ingresos”. A tal fin, diseñaron un modelo de negocio basado en “el crowdsourcing y las tecnologías de ubicación geográfica para conectar de manera sencilla e intuitiva a los productores o distribuidores de alimentos, los comedores comunitarios, organizaciones sociales que alimentan a personas de bajos ingresos y los transportistas.”

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Mientras el mensaje de WhatsApp de Nilus siguió circulando en redes sociales, fueron apareciendo otros mensajes desmintiéndolo. El más llamativo, fue el de la propia empresa McCain, declarando la inexistencia de un acuerdo formal con Nilus para la distribución de los excedentes de papa y afirmando que la misma corría por cuenta y orden de Banco de Alimentos, llegando de manera completamente gratuita a  quienes más lo necesiten.

En medio de toda esta confusión, el 1/5/2020 a las 22.30 hs, me tomé el trabajo de entrar a la página web de Nilus y allí encontré el siguiente mensaje: 

 

imagen reemplazo

 

Esta notificación desapareció misteriosamente al día siguiente, fecha en la cual solo se observaba la portada habitual de dicha página.

Tras algunos días de silencio, el 6/5, el diario La Nación publicó una nota titulada “Viral: qué hay detrás del mensaje sobre los 6 millones de kilos de papa en Balcarce”, donde se plantea que los anuncios fueron producto de una campaña de fake-news y deja a Nilus como víctima de dicha operación.

Me extrañó que la periodista omitiera el hecho de que fue la propia Nilus la que ofreció entregar las papas. Tal vez no lo sabía…puede pasar.

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Pero cuando vi que a la fecha Nilus afirma en su página web que el mensaje no fue una comunicación oficial de ellos, mi extrañeza creció aún más. En menos de diez días pasaron de ofrecer 6 millones de kilos de papa por un precio de distribución que equivaldría a 48 millones de pesos, a decir que la comunicación inicial no fue oficial, a pesar de haberla publicado ellos mismos. Todo muy raro.

Ensayando respuestas a este entuerto, mi conclusión es que no hubo una campaña de noticias falsas generada por algún tercero malintencionado, sino que fue la propia Nilus quien generó la confusión (me cuesta entender por qué); lo que en este contexto es gravísimo y moralmente condenable. Creó falsas expectativas entre la población más vulnerable, expuesta a una situación de emergencia alimentaria y entre quienes intentamos acercar ayuda a estas personas para que puedan transitar este insólito tiempo que nos toca vivir de la mejor manera posible.

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Y no sólo esto, la empresa dice ser social e implementar un modelo de negocio innovador, sostenible, un esquema que podría encuadrarse en lo que calificamos como empresas con impacto. Empresas que van más allá de la búsqueda de un rédito financiero e incorporan la creación de valor -valor social, valor ecológico y valor económico- entre sus objetivos.

Golpe bajo para este tipo de empresas -que por suerte en la Argentina hay muchas- y que trabajan con gran esfuerzo para encarnar la “nueva economía” a pesar de cualquier coyuntura, inclusive la que nos impone la pandemia. Un bastardeo a esta posibilidad de cambio de paradigma empresarial que lamento profundamente.

Si esta confusión fue producto de la desidia o del oportunismo es a estas alturas anecdótico. Un escándalo por donde lo miremos.