Los investigadores del CONICET y nuestro personal de apoyo estamos hace años reclamando una recomposición salarial frente al deterioro del poder adquisitivo de nuestros ingresos y el recorte sustantivo de fondos para investigación y desarrollo durante la administración del Presidente Mauricio Macri, y la continuidad del deterioro de nuestros salarios reales en los 9 meses de gestión del Presidente Alberto Fernández. Si bien la actual administración aumentó 50% las becas doctorales y postdoctorales en sus primeros dos meses de gestión, los salarios de los investigadores de la carrera científica y tecnológica (CIC) no recibieron ninguna reparación.
En el gráfico puede visualizar que el nivel de salario real más bajo desde la crisis de 2002. Para peor, las paritarias están congeladas (al igual que los docentes), y nuestro convenio colectivo propio del personal de carrera del investigador científico tecnológico sin ver la luz ni ser homologado. Ese salario real, por otro lado, en muchos casos es igual o menor a la línea de pobreza según la canasta básica total informada por el INDEC.
Ahora bien, ¿cuánto costaría otorgar un aumento de 30% sobre un salario medio de 60,000 pesos que representa aproximadamente el salario neto de bolsillo de un investigador adjunto o independiente de la carrera según antigüedad, lugar de trabajo e impacto del impuesto a las ganancias entre otras variables? Note el lector que el aumento sería aún muy inferior a la inflación acumulada desde 2019 cuando el salario perdió casi 25-30 puntos contra la inflación (54%) según el nivel escalafonario. Y que no sería un aumento generalizado a todos los agentes que revisten en la Administración Pública Nacional.
La respuesta es un total cercano a 26,4 millones de dólares anuales considerando una planta de 11,000 investigadores y un tipo de cambio de 100 pesos. Esto representaría 0,008% del ahorro anual de pago de intereses de la deuda externa esparcido en 10 años o bien el 50% del costo anual de la reforma judicial.
Científicos del Conicet decretaron "estado de alerta" en rechazo del congelamiento salarial
Si la ciencia, tecnología e innovación es y debe ser una prioridad para el desarrollo del país como lo han entendido y llevado a la práctica los países exitosos del mundo, y además es muy necesaria en el corto plazo para mitigar los efectos adversos del COVID19 y luchar contra la pobreza y por la inclusión social, no se puede ignorar este reclamo, que además fue promesa de campaña y prioridad presidencial durante los discursos durante la asunción del poder en diciembre de 2019.
* Investigador Independiente del CONICET, FCE-UBA.