En la actualidad las empresas están expuestas a numerosas miradas y sus fallas pueden ser divulgadas por múltiples canales, desde las redes internas hasta las sociales que todos usamos. Hoy una queja de un consumidor se puede volver viral, y si la hace un colaborador puede llegar a oídos de los usuarios. Y, lo que sucede, es que las firmas deben cuidar muchos más aristas, desde el clima interno (incluyendo, claro está, el trato) hasta el impacto ambiental de su negocio. Entonces, desde los departamentos de compliance ha surgido una nueva máxima: aquellas compañías que cuentan con una línea de denuncia es porque tienen un piso de transparencia y salud en sus estructuras.
¿Por qué se dice esto? Es que las líneas de denuncias son canales que, de estar bien implementados, están al alcance de empleados, proveedores, trabajadores tercerizados, organismos de control e, incluso, del público en general.
El gran aporte de las estas líneas es que ante una irregularidad, quien tiene el dato, puede ponerlo en conocimiento de la organización para que ésta actúe en consecuencia. Como en todas las instancias de hoy, impulsadas por las costumbres más exigentes de las generaciones más jóvenes, si la empresa decide no hacer nada con este dato, el problema será todavía mayor, pues el denunciante la considerará culpable de aquello que lo que se está quejando.
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En este sentido, cuando una empresa pone en funcionamiento una línea de denuncia significa que puede asegurar una base de buen funcionamiento y organización internos, y que esta herramienta está para frenar algunos casos que pueden escapar a la mirada del directorio, pero que claramente están interesados en resolverlos de conocerlos. Se trata de una muestra de compromiso por parte de las firmas, en concordancia con sus valores y su código ético, evitando irregularidades que pueden afectar la marca, la imagen y hasta tener un impacto en sus ganancias.
Mientras tiempo atrás las firmas intentaban disuadir a un empleado acerca de avanzar con una denuncia, hoy los alientan a hacerlo, tanto que le ofrecen la posibilidad de hacerlo de modo anónimo y les aseguran que no deben sufrir castigo alguno por su accionar. Ahora bien, para que este canal de denuncia realmente funcione la compañía debe trabajar en su entorno con capacitaciones sobre cuáles son los valores de la cultura corporativa y detallando, al mismo tiempo, la prácticas que no son deseables ni apropiadas ante la mirada de la organización. Del mismo modo, debe haber un equipo de investigación que siga cada llamado.
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Por todo esto contar con una línea de denuncia implica mucho trabajo previo, pero también una serie de ventajas que se resumen en el compromiso por el bienestar de toda la comunidad corporativa.
* Doctor en Ciencias Económicas. CEO de Resguarda.
