OPINIóN
Análisis

Registros de la memoria

Pensar la “identidad” nos hace reflexionar sobre nuestra historicidad subjetiva, familiar y social. Nuestros referentes, nuestras pertenencias, nuestros ideales.

Escuela 01082019
El programa “Cédula Escolar Nacional” permitirá hacer un seguimiento de los alumnos en edad escolar y evaluar su desempeño. | NA

Pensar en conceptos como “identidad" y “realidad social" constituyen, sin lugar a dudas, una invitación al encuentro, la reflexión y también a la acción.

Podemos interpretarlos como una convocatoria a situarnos y en ese sentido, tomar conciencia del acontecer histórico social, escenario de nuestra experiencia en el que se entrelaza nuestro destino personal y comunitario.

Por qué plantearnos el situarnos. Porque somos en situación. En un mundo de relaciones y significaciones que nos producen, nos constituyen y al que a la vez, contribuimos a crear.

Cada uno de nosotros somos sujetos del hacer, del conocer y del transformar.

Es así, como cada sujeto debe asumirse como protagonista de la historia.

El situarse nos va a permitir a cada uno ser conscientes de nuestro pasado,  interrogar y construir un presente a la vez que diseñar un futuro.

Hoy por hoy, el situarse puede presentar para cada sujeto un desafío.

El situarse permitirá hacer legible esa parte de nuestra historia que no llegamos a comprender del todo.

Es aquí donde podemos, cada uno de nosotros como sujetos, pararnos y cuestionar el concepto de “ identidad”. El adentrarnos en la historia requiere interrogarnos acerca de quiénes somos, qué significamos para otros, así como preguntarnos por nuestras relaciones e identificaciones.

Pensar la “identidad” nos hace reflexionar sobre nuestra historicidad subjetiva, familiar y social. Nuestros referentes, nuestras pertenencias, nuestros ideales.

Qué nos pasa cuando pensamos en el concepto de “identidad” en los años, entre 1976 y 1983 donde la cotidianidad entró en crisis.

La cotidianidad es un tiempo, un espacio, un ritmo. En la mirada de cada sujeto se naturalizaron  muchos hechos, tendiendo a traducirlos en una sucesión de episodios con una familiaridad acrítica.

Pero, como la realidad encierra contradicciones, éstas provocan, por suerte, una ruptura de esa mirada acrítica, para sustituirla por un análisis objetivo y riguroso.

De ahí que, ante la “realidad social” en la que estamos inmersos, intentamos ahondar desde la escuela, en conceptos de qué es para cada sujeto la “identidad” y el porqué es tan necesario no naturalizar hechos que atenten contra ella.

A partir de la labor docente, se intenta promover en lo cotidiano el desarrollo pleno de la existencia humana, la conciencia crítica y fortalecimiento de redes solidarias entre cada uno de los sujetos que asiste a la escuela.

El transmitir el valor de las instituciones, las prácticas, los ideales, nos permite pensarnos en sujetos que podamos afrontar crisis sociales, que pueden conllevar a una crisis subjetiva.

El tener en claro estos valores hará que no tengan lugar vivencias de vacío, confusión  que generan sufrimiento y se ven como un rasgo normal del acontecer crítico, como ocurrió en nuestro pasado.

En este proyecto de trabajo, iniciado ya hace años, se intenta a diario, poner en evidencia la relación que se da en cada sujeto, entre subjetividad, aprendizaje, creatividad y crisis.

Repensar qué ocurrió en esos años oscuros de nuestra historia como argentinos y en muchos países latinoamericanos, donde hubo ausencia de pensamiento, donde hoy miles de familiares de desaparecidos no pueden elaborar su angustia, su frustración, su dolor... el repensar un sujeto puede ocasionar tanta violencia sin sentido, son algunos de los aspectos que se intentarán develar.

Somos todos y cada uno de nosotros, ya sea en las escuelas o en otras instituciones, que luchamos por sostener silenciosamente o a voces, día a día, un proyecto que dé sentido a nuestra vida.

La idea es el compromiso para poder superar la fragmentación que la misma cotidianidad nos impone y logremos integrarnos para que tenga sentido “hacer otra historia”.

Mi labor como docente de una escuela ubicada en pleno barrio de Floresta, me permitió reparar esa parte de mi historia, recorriendo la historia del barrio…

La historicidad del barrio y su gente está encuadrada en espacios que dieron origen a profundas cicatrices que aún no cierran. A pocas cuadras se encuentran el Ex CC Automotores Orletti y Ex CC El Olimpo.

Hoy puede repararse ese costado que todavía nos duele, funcionando allí Centros Culturales en los que, entre numerosas actividades, brindan un lugar de Educación No formal con un centro de alfabetización y grupos de Abuelos Narradores que pasan muchos momentos en escuelas Primarias narrando historias a los niños que allí asisten. Vemos así, como esto de la “reparación” nos moviliza a la gente de mi generación, quienes durante esos años no supimos qué ocurría en el país. Ahora, desde el rol que desempeño y, con otra mirada, puedo acercar posibilidades de acción, reinvindicando la importancia de “tener memoria” y transmitiendo qué no deseamos que ocurra Nunca Más...

A través de prácticas de lectura y la intervención artística de murales en las paredes de la escuela, cada sujeto pudo interpretar su realidad y orientar su acción en el mundo externo.

Como observadora de la realidad me preocupa la existencia todavía de síntomas de fragmentación subjetiva, la fractura en las identificaciones, el aislamiento y la desarticulación del sujeto con su entorno vincular, por ello, desde la escuela debemos afianzar estos aspectos para tender a revertirlos.

El sostén que cada alumno encuentra en el “otro”, será parte de entender la importancia de romper con estas fragmentaciones.

Reflexionando sobre la oscura época de la última dictadura, que partiendo de la eliminación del disidente, se extiende a todas las formas de vida social para acallar cualquier tipo de cuestionamiento, es desde donde debemos partir para que nuestros alumnos puedan expresar su sentir sin condicionamientos.

Por todo ello, insisto en la temática del “sostén”, ya que hoy es una de las funciones básicas a la que todo docente debiera aspirar para que los alumnos transiten con seguridad y fortalezcan aquellos aspectos que les son obstáculos para adaptarse activamente a la realidad.

La necesidad de sostén y pertenencia, inherente al fortalecimiento o preservación de la identidad, se expresará en cada una de las propuestas de trabajo que se pondrán en práctica.

Las viscisitudes y crisis de la cotidianidad, determinan formas de vincularnos, de aprender, de construir una actitud y un modelo de pensamiento y acción.

Un golpe de Estado es una cachetada a la democracia, tal es la acertada expresión que utiliza Graciela Montes en su libro “El Golpe y los chicos”, material que utilizo desde hace muchísimos años por las escuelas que transito. El camino de esta democracia no debe ser el camino del olvido. Decir que el tema no nos interesa es despreciar la esencia del ser humano, del ser persona, del tener una identidad...

Testimonios de Nietos Recuperados, testimonios de familiares de desaparecidos, lecturas, análisis de documentos de la época, películas, hacen que día a día nuestra Memoria esté activa, que no sea solamente un 24 de marzo la fecha en que hagamos referencia a qué nos pasa con este tema…

No sólo los libros llegan a los sujetos en momentos de caos personal, sino que también, promueven bienestar cuando simultáneamente una situación provoca crisis a un gran número de personas.

En cada encuentro literario, en mi rol docente, me planteaba, cuáles son en verdad los textos que ayudan en tiempos difíciles.

Con la práctica diaria y a lo largo de mi historia, también cargada de sensaciones encontradas que la vida nos hace transitar, observé que tanto puede ser una voz que se encuentra en un libro, y con ella una presencia; o bien un espacio que se abre, una “fuga”…

Otras veces, la lectura como disparador, puede darnos paso a reactivar el pensamiento, la conversación o simplemente la mirada de un otro que sostenga la mía, que acompañe...