1. Existe una operación mediática sistemática por instalar la “teoría del techo”, que dice que la imagen negativa de Cristina no le permitiría vencer en un balotaje. Como suele repetir Juan Grabois, todos sabemos que en la construcción es mucho más fácil romper un techo que hacer un piso. Si en política los “techos” fueran inamovibles, si las campañas no existieran para convencer, entonces Macri no sería presidente, ni López Obrador, ni Bolsonaro ni Trump.
2. La teoría de que la victoria se logra poniendo un candidato “moderado” que no irrite a la clase media, que se lleve bien con los medios y que sea amigo del poder se demostró falsa en 2015. El rechazo a Cristina en una porción importante de nuestra sociedad no es personal contra ella, sino hacia lo que representa; en particular con la molestia que buena parte de los sectores medios y altos sienten con el ascenso social de los pobres/planeros/vagos/negros/etc. Si efectivamente Cristina tuviera un techo inamovible en 2019, entonces probablemente lo tenga cualquiera que intente representar dicho espacio. En todo caso, no es un problema de nombres sino de proyectos políticos. Quienes impugnan la candidatura de Cristina deberían explicitar qué modelo de país creen que debería llegar al gobierno en 2019.
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3. La idea según la cual “Cristina divide” y no permite la Unidad es sostenida por buena parte del sistema político y del campo popular. Hace por lo menos dos años que estos sectores piden que “dé un paso al costado” para reunificar al peronismo y el campo opositor. Pero si repasamos en todo este tiempo lo que viene ocurriendo es exactamente lo contrario: cada vez más dirigentes se acercan o vuelven al liderazgo de Cristina, tanto sectores distanciados del peronismo, como fuerzas progresistas o de izquierda que no fueron parte de su gobierno. Quien quedó en situación de aislamiento y sectarismo no es Cristina, sino justamente los que se pretendían “más amplios”. Tanto el PJ como el resto de las fuerzas de oposición se encaminan a la conformación de un Frente Patriótico y el liderazgo de Cristina es justamente el que permite que esa unidad avance.
4. Se dice que la polarización Macri - Cristina es un juego de conveniencia mutua y que la gente quiere votar una propuesta diferente “fuera de la grieta”. Pero resulta bastante evidente que la polarización no es un invento superestructural, un artificio creado por publicistas de un lado y del otro, sino una realidad de los últimos diez años. Nada se sostiene en el aire por mucho tiempo: Si Macri y Cristina no caen en las encuestas y ambos tienen una porción significativa de votos, es porque representan genuinamente a dos sectores de la sociedad. Parecería que es el sistema político y determinadas corporaciones mediáticas y económicas – y no “la gente” – que obstinan en crear una “tercera vía” que ya fracasó en 2015, en 2017 y volverá a fracasar en 2019.
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5. "Ella le gana” es un llamado a no caer en las trampas que las encuestas y las operaciones mediáticas tienden para que una parte nuestro pueblo termine comprando la receta de un candidato “de centro” que en realidad sea un Plan B de la política neoliberal. En la política hay especuladores y oportunistas de sobra, por eso necesitamos garantizar que ganar en 2019 sea modificar realmente el rumbo de la Argentina. Algunos se preguntarán por qué un grupo de jóvenes que fuimos críticos de su gobierno hoy promovemos la candidatura de Cristina. Es simple: reconocemos y la valoramos no sólo las cosas buenas de sus gobiernos, sino fundamentalmente el papel de liderazgo de la oposición al neoliberalismo que encarnó en estos últimos años. Con Cristina en Calafate cuidando a los nietos, con Cristina mansa frente a la máquina mediática y judicial, con Cristina sin proyecto de cambio seguro que no había 2019.
6. Ella le gana pero no le gana sola, y esa va a ser su principal fortaleza. Ganamos con Ella si asumimos una agenda de futuro, si nos comprometemos a ser implacables con los hechos de corrupción, si le damos más protagonismo a las organizaciones sociales y de la economía popular, si todo lo que hagamos se deja atravesar y reinventar por la agenda del feminismo, si nos proponemos democratizar radicalmente las instituciones cuando tengamos poder.
7. Con Ella le ganamos si somos más humildes para hablar con nuestro pueblo cara a cara. Convencer a lxs “indecisxs”, siempre es la clave para ganar una elección, pero en este caso tenemos la obligación de ir al encuentro de quienes votaron a Macri y no son mega empresarios o gente de derecha. Estos últimos tres años y medio fueron una pesadilla para nuestro pueblo: en un par de meses vamos a poder despertarnos todxs juntxs.
Economista, director del OCEPP y dirigente del Frente Patria Grande.
