OPINIóN
Rifa política

El Gordo de Javier Milei

El libertario sorteará 200 mil pesos porque lo prometió, y para hacer marketing, porque no necesita ese dinero, o porque necesita más de los efectos que causa el revuelo del sorteo y porque quiere instalarse cada día un poco más.

Columna Melicchio 20220107
El Gordo de Javier Milei. | Marcela Rodríguez.

Javier Milei fue electo diputado. Ahora tiene que sortear su sueldo, como lo había prometido en la campaña electoral. Está abierta, y colapsada, la página para la inscripción: mipalabra.javiermilei.com. Va a cumplir. Tiene que cumplir. No le queda otra.

No me llega lo que dice ni cómo lo dice. Todo me resulta obsceno, payasesco, espectacular, un teatro absurdo. Me pasó, y me pasa, no solo con él, sino con otros y otras que pretenden subirse al podio de la desgastada política argentina, que se filtran por entre la grieta del superclásico violento, ya no peronistas vs radicales, sino K contra macristas, mostrando el culo, saliendo de la fila de la farándula, o empresarios ambiciosos prometiendo paraísos imposibles. Cada elección surge una nueva figurita que intenta pegarse en el álbum de los cargos, o del poder político que tanto seduce.

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El Gordo de Javier Milei se sorteará en el marco de una charla abierta que brindará el diputado en Mar del Plata el próximo 12 de enero, en Playa Grande, a lo grande, en vivo y trasmitido por redes sociales. Plena temporada. Plena pandemia. En la playa, ante la nueva ola de tanta gente contagiada y desesperada. ¿Cuántas personas necesitan de un trabajo, de un sueldo digno? Y el libertario sorteará 200 mil pesos porque lo prometió, y para hacer marketing, porque no necesita de ese dinero, o porque necesita más de los efectos que causa el revuelo del sorteo, porque es un economista que vive de su profesión, de sus negocios y charlas, y porque quiere instalarse cada día un poco más. Y rifa su sueldo como quien tira un churrasco a una multitud hambrienta. Me parece un acto patético, una demagogia innecesaria para seguir capturando votos y atención, camino a la presidencia que anhela conseguir. Ya sumó miles de seguidores en sus redes que no sé si lo votarán el día de mañana pero que seguramente sí estén pensando qué harán si ganan las 200 lucas.

Javier Milei
Javier Milei sorteará 200 mil pesos porque no necesita de ese dinero, o porque necesita más de los efectos que causa el revuelo del sorteo, porque es un economista que vive de su profesión, de sus negocios y charlas, y porque quiere instalarse cada día un poco más.

 

Están los que roban, los que entran en la política y salen ricos, podrán argumentar. ¿Mejor este acto de entrega, de desprendimiento? Pero no, lo mejor es que la gente tenga trabajo, que el personal de salud, a los que ya no se los aplaude sino que se los agrede, sean protegidos y ganen más que un diputado. Que las y los docentes tengan mejores salarios y trabajen en condiciones menos adversas. Que no haya seres desocupados ni en situación de calle. Que las jubilaciones no sean limosnas. Y que los jóvenes tengas oportunidades laborales dignas, y no terminen explotados y resentidos, yéndose o con ganas de irse del país. El resto, incluido este sorteo, es política barata, parches en el país pinchado.

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Sé de familiares, de algunos amigos y amigas, de artistas, profesionales, deportistas, que de manera secreta, impersonal, donan dinero, trabajan fuera de hora, ayudan a instituciones hospitalarias o a gente vulnerada. No hacen espectáculo a la vista, van silenciosamente. No lo publican. Lo hacen y punto. Podría hablar, dar nombres y apellidos, pero pertenezco a un sector social, a un grupo de gente, que hace por amor, por entrega, por altruismo, por solidaridad, sin buscar votos, sin otras intencionalidades que ayudar, porque la cosa sigue complicada, en un país de recursos divinos pero que multiplica pobres y violencias.

Ojalá que quien gane El Gordo de Milei tenga necesidades reales y que después del sorteo al menos haya una familia con menos hambre, más allá del medio que no me gusta ni me cierra, que es otro acto de ilusión en este circo que es la política argentina.