OPINIóN
Elecciones 2021

De la mano de Javier Milei, ¿vuelven los liberales?

Parece haber puesto en jaque el equilibrio en el cual se venía desarrollando la política argentina desde 2015. El vacío de representación que había en el espectro ideológico liberal de derecha y que permitía a Juntos por el Cambio dar por sentado dicho voto fue ocupado por Milei.

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Campaña Espert-Milei. | NA- twitter:@florfueguina @juanjomalvinas @CarolinaPiparo

Desde hacía casi dos décadas que la Argentina no tenía una opción liberal en las urnas.

Ucedé en los 80s y 90s. Recrear de López Murphy en el 2003. Esas fueron las últimas opciones liberales que tuvo el votante argentino en unas elecciones nacionales. Hace casi 20 años que en la Argentina no hay una opción liberal pura y competitiva que llegue, al menos con expectativas, a una elección. En otras palabras, los votantes de 16 a 35 años en Argentina posiblemente nunca hayan tenido esta opción en el cuarto oscuro.

Lo más asimilable a una “derecha liberal” podría ser el inicio del PRO en el 2007, pero luego en la práctica quedó claro que no es ni fue de derecha ni liberal. “Cambiemos es socialista y popular” fue una frase de Marcos Peña, allá por el 2016, que elimina cualquier posibilidad de catalogar a Juntos por el Cambio como fuerza de derecha. Jaime Durán Barba ya había adelantado el concepto declarando que “el PRO es un partido de la Nueva Izquierda” en abril del 2015. Claro está que, en ese momento, el PRO debía cerrar una alianza con la Coalición Cívica y la UCR. De presentarse como partido liberal y de derecha, dicha alianza difícilmente hubiese ocurrido.

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Javier Milei no le conviene a nadie

Lo que sí ocurrió entonces fue un desplazamiento del debate político hacia la izquierda: durante el período 2015-2019 el oficialismo de Juntos Por el Cambio dio por asumido que el voto antikirchnerista y de derecha iba a ir a ellos, pues no había otra opción competitiva en ese espectro ideológico. Esto, entonces, le dio rienda libre a la coalición para lentamente buscar el apoyo de sector progresistas de izquierda, intervencionistas y con discursos cercanos al “Estado presente”. En esa dinámica política se desarrolló el país del 2015 hasta hoy. Del 2003 al 2015 vivimos en una hegemonía kirchnerista a nivel nacional, donde a excepción de intentos aislados ni liberales ni de derecha (de Narváez, Massa, Binner, Carrió, Lavagna), el kirchnerismo dominó la escena política.

Esta dinámica de corrimiento a la izquierda del discurso, las propuestas y el accionar político parecería estar bajo amenaza. Las razones pueden ser varias y diversas, según quien analice: podríamos decir que se rompió en el 2018 con la iniciativa por legalizar el aborto (otro intento del macrismo de seducir a sectores progresistas de izquierda); podríamos decir que se rompió tras los sendos fracasos económicos y las crisis recurrentes; podríamos decir que se rompió por muchas cosas. Pero aquí queremos resaltar donde parece haberse materializado ese quiebre: Javier Milei.

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Javier Milei parece haber puesto en jaque el equilibrio en el cual se venía desarrollando la política argentina desde 2015. El vacío de representación que había en el espectro ideológico liberal de derecha y que permitía a Juntos por el Cambio dar por sentado dicho voto fue ocupado por Milei.

Esto generó entonces que Juntos por le Cambio tenga dos frentes en los cuales competir, por derecha y por izquierda. Cualquier que sepa algo de historia sabe que batallar en dos frentes nunca es lo ideal. La respuesta es clara: en el distrito de Milei, CABA, la coalición opositora se vio obligada a realizar internas y sumar a Republicanos Unidos, encabezado por López Murphy. A su vez, debieron modificar el discurso hacia uno que busque retener al votante que está fugándose hacia Milei. En paralelo, referentes del espacio como Patricia Bullrich o el mismo expresidente Mauricio Macri, realizaron declaraciones coqueteando con las ideas de Milei.

Y en este punto cabe hacerse varias pregunta, ¿habrá acertado el PRO al dejar fuera de listas a Patricia Bullrich? ¿La irrupción de Milei, será efímera o permanente? ¿López Murphy y Republicanos Unidos forzará a Juntos por el Cambio a un discurso más liberal? ¿Cómo convivirán en el Congreso con los sectores progresistas de la UCR? La mayoría de las respuestas las tendremos recién el 13 de septiembre. Aquí algunos posibles escenarios.

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Una buena performance del espacio encabezado por Milei tendría dos connotaciones claras: por un lado, sería un impulso de cara a las elecciones generales de noviembre, dándole mayor margen de crecimiento y posibilidades de ingresar al Congreso. Por otro lado, obligaría a Juntos por le Cambio a reforzar la visibilidad y posicionamiento (en medios de comunicación y en las listas) de los candidatos de Republicanos Unidos, principalmente López Murphy, a fin de evitar una mayor fuga de votos. Este escenario, además, podría implicar que Milei ingrese al Congreso, lo cual significa que al menos su voz estará presente por cuatro años más, posicionándose de manera favorable para 2023. En otras palabras, podría generar que al menos para las próximas elecciones el espacio liberal siga presente en la política argentina, por fuera de Juntos por el Cambio.

Ahora bien, una mala performance de Milei en las PASO, lo que virtualmente lo dejaría fuera del Congreso en noviembre, podría generar en Juntos por el Cambio una sensación “de alivio”: lo de Milei y la derecha liberal fue sólo un susto, ya pasó, volvamos a nuestra vieja estrategia. Esto entonces podría generar que los espacios para Republicanos Unidos disminuyan y que el discurso liberal quede golpeado de cara al 23.

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Hacer futurología en política es imposible. Las PASO son elecciones muy particulares, difíciles de predecir, por lo que siempre es mejor prever todos los escenarios posibles y luego acomodar dichas previsiones a la realidad. Qué pasará en las PASO, qué pasará en noviembre y cómo se acomodará la política argentina desde diciembre 2021 hasta las presidenciales del 2023 lo sabremos únicamente sobre la marcha.