Quien usualmente vive en grandes ciudades, a veces puede tener un sesgo que lo lleva a pensar que su realidad es la que se aplica en todos lados. Y eso es posible observarlo en todos los aspectos de la vida, incluso cuando se piensa en el Gobierno y la política.
Argentina está compuesta por 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y hay quienes creen que la forma de hacer política es la misma en todos los rincones del país. Eso no es así. Para comprender que existen realidades diferentes, es necesario permanecer en los lugares, vivirlos, conversar con su gente. Así veremos que, en algunos territorios, la democracia es cuanto menos deficiente. Y la provincia de La Pampa es un claro ejemplo de ello.
Quiero retomar con un ejemplo que hace unos días cobró resonancia nacional. El ministro de hacienda de esta provincia, Ernesto Franco, confesó que diseñaron un contrato de alquiler para que la empresa publico-privada PAMPETROL no pagase el impuesto a las ganancias. También mencionó que no lo había hecho público porque sino “iban todos presos”. En esa reunión en la cual se admitió un delito, nadie alzó la voz. Tampoco hubo denuncia del hecho, cuando es sabido que los funcionarios presentes tienen la obligación de acudir a la Justicia. Es decir, el problema no es sólo el oficialismo: la oposición sólo ejerce cada 4 años, cuando llegan las elecciones.
Existe un consenso entre distintos autores sobre los requisitos que se deben cumplir para que exista una democracia
Existe un consenso entre distintos autores sobre los requisitos que se deben cumplir para que exista una democracia. Norberto Bobbio, a quien se considera el padre de las ciencias políticas, y Robert Dahl, un destacado politólogo norteamericano, profesor de la Universidad de Yale, son quienes más han escrito sobre el tema. Así, para que exista una democracia tienen que darse las siguientes condiciones: decisiones colectivas tomadas por un número elevado de miembros (es decir, que existan elecciones en donde participe gran parte de la ciudadanía); que la regla para tomar esas decisiones sea la de la mayoría (o sea, que la mayoría decida quién/es van a gobernar), y que existan alternativas reales para elegir (que haya partidos políticos diferentes).
Además, debe haber igualdad ante la Ley (es decir, todos deben ser tratados de la misma manera por el Estado); y libertad de expresión, asociación y de voto (que no se vote bajo presión o amenazas). Finalmente podemos mencionar que todos los ciudadanos puedan ser elegidos en cargos públicos; diversidad de fuentes de información (pluralidad de voces); elecciones libres, justas e imparciales, y alternancia de partidos en el poder.
Con esto, lo que quiero destacar es que la existencia de elecciones no es una condición suficiente para que haya democracia. Tener comicios cada 2 ó 4 años para cambiar legisladores provinciales y gobernador, sin alternancia de partidos en el poder, no alcanza. Ocurre que cuando un partido se enquista en este, empieza a utilizar esa influencia para beneficiarse a sí mismo, a su estructura y asegurar así su supervivencia; su permanencia en el poder, durante todo el tiempo que les sea posible. Y si no, miremos a Venezuela, donde el mismo color político gobierna desde 1999.
Esta falta de alternancia empieza a corromper todas las instituciones de la democracia. Si se impone siempre el mismo partido, gana la Gobernación y la Legislatura, lo que significa que tiene tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo a su favor, y es ahí que entonces la Legislatura deja de controlar al Ejecutivo. La esencia de la división de poderes radica en que los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) se controlen mutuamente… si siempre gana el mismo partido, ¿quién ejerce el control? Eso pasa en La Pampa.
La existencia de elecciones no es una condición suficiente para que haya democracia.
La penetración del partido gobernante en todos los aspectos hace que, también en Santa Rosa, la capital de la Provincia, una vasta mayoría de la población esté de alguna manera vinculada al Estado: si no se recibe un plan social, se es empleado gubernamental, o proveedor. Muchos dependen del erario público. Cuando la subsistencia depende de un solo “bolsillo”, ¿cómo se hace para oponerse o para opinar libremente, si por hacerlo pueden quitarte tus ingresos?¿Cómo se hace para crear un partido político opositor si se depende del Estado?
En este contexto de “poder absoluto”, la justicia no interviene. Si La Pampa tuviese una justicia independiente, un fiscal actuaría de oficio y ante la confesión del delito del ministro Franco, presentaría una denuncia. El partido es el Estado, el Estado es el Gobierno, y el Gobierno controla todo.
Hasta 1952, La Pampa era llamada territorio nacional Eva Perón. Desde ese año, a la provincia la gobernó el peronismo casi ininterrumpidamente. Para garantizar que la democracia perdure, es necesaria la división de poderes, y la existencia de una justicia independiente que controle la legalidad de los actos públicos. Lord Acton dijo alguna vez que “el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Hoy en La Pampa no hay democracia. Es tarea de nosotros, los pampeanos, cambiar eso.
*Docente y Analista Político. Presidente de Fundación Apolo.