Acostumbrados a escuchar la palabra “resiliencia” por doquier, debemos detener nuestros pensamientos unos segundos para realmente comprender de qué estamos hablando cuando la utilizamos o nos la apropiamos.
La resiliencia, por definición, es la capacidad que puede desarrollar una persona, sociedad y/u organización para adaptarse a los cambios y afrontar positivamente diferentes adversidades. Pero para analizar la esencia del concepto en sí, debemos comprender el anclaje que el mismo tiene en el aprendizaje que se desprende el hecho de transitar por cada uno ellos.
A veces, los cambios son producto de acciones individuales. En otras ocasiones, el entorno mismo nos puede presentar situaciones y/o eventos que nos obligan a redefinir nuestra forma de concebir las cosas y más aún, nos obligan a cambiar nuestra forma de actuar.
Una de las primeras cosas que acostumbro a escuchar en perfiles de tomadores de decisión es que, el solo hecho de tener que afrontar un cambio y reconfigurar el norte o los objetivos de un proceso decisorio, presenta miedo, incomodidad y extrema incertidumbre.
Justo es en ese punto donde se deben concentrar los esfuerzos para comenzar a desarrollar esta preciada capacidad. Es cierto que la vida misma y sus sucesos repentinos nos hacen desarrollar esta fortaleza, pero ¿Qué harías si te dijera que la resiliencia se puede adquirir y fortalecer mediante la práctica?
El empoderamiento de nuestras mentes mediante la estimulación creativa es la pieza clave para afrontar la incertidumbre y oscuridad
El empoderamiento de nuestras mentes mediante la estimulación creativa es la pieza clave para afrontar la incertidumbre y oscuridad en la que a veces los cambios nos encierran. La flexibilidad mental es el vehículo para lanzarse a este interesante y desafiante viaje. Un viaje que debe ser concebido como un juego en el que, para ganar, se requiere atreverse a ver la realidad desde una perspectiva diferente.
Hoy, ser resiliente es estar preparado para la transformación constante. Es afrontar cada incomodidad como un desafío de naturaleza lúdica, donde la curiosidad tiene que ser la protagonista de la aventura.
El tiempo actual que nos apremia y nos provoca permanentemente, requiere de individuos y sociedades que sean agentes del cambio. Será muy difícil afrontar la complejidad de los años venideros si nos quedamos frizados en el molde cómodos con nuestras ideas, concepciones y visiones preexistentes.
Para alcanzarlo, el empoderamiento de las comunidades y su participación en el proceso de toma de decisiones debe ser un compromiso colectivo por el cual todos debemos de trabajar.
Ahora bien, si combinamos la resiliencia con la ciencia de la anticipación, esta otra capacidad esencial para afrontar la turbulencia y ambigüedad que define al tablero de juego, se genera un poder distintivo y único.
Desarrollar una capacidad anticipatoria mediante la exploración sistemática de todas las alternativas de futuro posibles nos permitirá pararnos frente a estos cambios con mayor nivel de certidumbre.
La certidumbre es lo que hoy nos da comodidad. Lo que nos permite tomar decisiones sobre un terreno transparente. Seria algo así como caminar sobre un campo minado, pero conociendo la ubicación exacta de cada mina.
El empoderamiento de las comunidades y su participación en el proceso de toma de decisiones debe ser un compromiso colectivo por el cual todos debemos de trabajar
Esto no quita que grandes eventos de ruptura sucedan. Siempre puede pasar lo que no esperábamos que pase. De pronto, el campo minado podría poblarse de niebla sin permitirnos ver el camino con claridad. El 100% de las personas y organizaciones del mundo entero no se encontraban preparadas para afrontarse a una pandemia mundial sorpresiva y disruptiva como la que estamos viviendo actualmente.
Ya sucedió y nos dimos cuenta como nuestras vidas cambiaron de un día para el otro. Nos sorprendió. Ahora debemos utilizar esta resiliencia adquirida forzosamente y abocarnos a desarrollar una capacidad anticipatoria para potenciar la misma con un valor agregado de proactividad y acción, para no tener que volver a sorprendernos. Podríamos mirar el pronóstico evitando tener que caminar por ese campo minado a tal día y a tal hora.
¿Esto es posible? ¡Sí y mil veces sí! pero necesitamos que lo incómodo no domine nuestros pensamientos ni nos haga quedar en el molde. ¿Vos estas preparado para transformarte?