El Casino de Todos y Todes.
El ministro de economía Sergio Massa no abandona el sueño de ser candidato a Presidente frente a la supuesta indecisión de la vicepresidente Cristina Fernández; para eso desplegó una campaña en redes sociales donde sus funcionarios y seguidores hablan de su exitosa gestión que incluye contarnos los bien que nos va con un 95% de inflación, la mayor en 30 años y la cuarta a nivel mundial. En este sentido, la economía ideal del massismo requiere cambios en el INDEC para dibujar la realidad; pero también es indispensable no mencionar la sequía que esta pulverizando las expectativas de los productores y dejando en los próximos meses sin reservas al BCRA. Si esto nos parece poco, el ministro anunció la recompra de bonos con suficiente antelación para convertirse en una especie de crupier amado por todos los jugadores del casino.
La economía de Massa es un desmadre donde la canasta básica supera los 150,000 pesos, mientras que los supermercados deben comunicar los consumos superiores a $90,000. El control de precios bolivariano esta a cargo del gremio de camioneros; porque nuestro ministro necesita una fuerza de choque para cumplir con sus nobles objetivos. En este orden de ideas, las ocupaciones del gobierno entonces, además de las idas y vueltas de la economía, se han visto reducidas a su pleito con la Corte Suprema, al anuncio sin sentido de una moneda común con Brasil y a la compra de gel anal por parte del Gobernador Axel kicillof; operación que se suma a las adquisiciones estratégicas de esta gestión, como fueron en su momento los penes de madera.
Todos quieren ser.
El Jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta realizó un paseo por La Costa, donde se mostró vendiendo churros, caminando junto a Martín Lousteau, Gerardo Morales y Diego Santilli emulando la tapa de Obbey Road de los Beatles y recibiendo insultos de simpatizantes de Axel Kicillof. Mauricio Macri estuvo en Mar del Plata, donde fue recibido con un apoyo que claramente lo muestra como candidato, mientras se prepara para transitar la segunda mitad del verano en Miami; donde seguramente comience desde allí la construcción de su candidatura.
Esta falta de definición de “El Gato”, deja a Patricia Bullrich en un estado de incertidumbre total. La presidente del PRO durante las últimas horas hizo algo de medios, se mostró con otros dirigentes; pero su estrella se va apagando en la medida que Macri se sigue exhibiendo en público como un Rock Star. Por su parte el peronismo no oficialista, de la mano de Juan Schiaretti, quien se comprometió a realizar una PASO con el ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; comienza a dejar en claro que quiere ocupar el lugar que supo ser representado por Roberto Lavagna en la última elección. Esta vez, claramente distanciándose de Sergio Massa; cuyo rol todo indicaría lo va a llevar adelante otra persona con los mismos apoyos políticos y económicos en común.
El mundo según Alberto.
Lula da Silva asumió como Presidente y en el primer día de mandato decidió dejar sin efecto las medidas productivas de Jair Bolsonaro y apostar por un cambio socialista. La respuesta de la clase media no se hizo esperar, y el bolsonarismo aprovechó la oportunidad para tomar predios federales. El pueblo brasileño se encuentra atrapado en la ambición política de sus principales líderes; y una persecución ilegal de opositores que acaba de comenzar, donde se dictó prisión preventiva “indefinida” a más de 900 seguidores del ex mandatario. Desde nuestro país se condenó la acción de los simpatizantes del “capitán” al tiempo que intentan un golpe contra la Corte Suprema de Justicia; es decir haz lo que digo, pero no lo que hago. En este contexto, nuestro país invitó a los dictadores Nicolás Maduro de Venezuela, Miguel Díaz Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua. La política exterior de Alberto Fernández se ha reducido a ser miembro de un pequeño club de escoria regional; mandamases que se llevan el título de campeones por violar los DDHH en sus países.
Mención aparte merece el constante acercamiento de esta gestión con la República Popular China, que por estos días anunció que su población se ha reducido en 850,000 personas, número que no se registraba en los últimos 60 años, producto de la política de hijo único; y su economía creció un 3%, cuando el objetivo de Xi Jinping era llegar la 5,5%. Sin embargo, el gobierno avanza y retrocede todos los días en la concesión de un puerto logístico polar en Tierra del Fuego. La enfermedad ideológica de los integrantes del Frente de Todos juega al límite entre su capricho anti EEUU y la posibilidad de tropezar con el FMI; algo que sería fatal para el gobierno.