OPINIóN
Aniversario del Genocidio armenio

Tener familiares sin cuerpo

El lugar de la escritura para sanar.

Genocidio Armenio
Genocidio Armenio | Cedoc Perfil

El genocidio armenio consiste en el exterminio del pueblo armenio de manera sistemática entre los años 1914 y 1923, comenzando las primeras masacres en 1894, de manos del Imperio Otomano. Los sucesos de la primera guerra mundial y la posterior caída del Imperio pusieron el foco del mundo en la consolidación de las nuevas naciones. El fin  de la guerra coincide con el fin de los imperios centrales. Así se conforma el moderno Estado turco, bajo los armisticios y tratados de paz que distribuyen territorios. La entrega a los franceses y británicos de Jerusalén y Bagdad se hizo a cambio del silencio. Luego los dispositivos de memoria fueron edificados sobre la propia cultura centro-europea dejando los acontecimientos de Asia Menor en la periferia de los reclamos de verdad y reparación.

Genocidio Armenio

Tener familiares sin cuerpo es saber que uno tiene familia, pero no sabe de sus rostros. Así se convierte en  imposible su representación, lo que queda es el relato  que llena de manera fragmentada lo que no está. Mi abuelo trajo una biblia consigo de la huida en la deportación. En la última página y en manuscrito se encuentran cinco nombres. Los nombres de sus cuatro hijas y de su mujer. Al lado de cada nombre, la edad que tenían cuando desaparecieron. Solo eso. Ni una foto. Ni una mínima prenda. Nombres, edades, fechas. Al lado del nombre de la mujer, él escribe que murió. Pero al lado del nombre de las hijas alza un rezo por sus almas frente al desconcierto. No saber si fueron secuestradas, islamizadas. Si murieron o si siguen con vida.

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La escritura como lugar de exhumación, de poner palabras en la tierra para desentrañar la tierra. Un escribir que linda con la exhibición, como si fuera el gesto de cavar, pero al revés, un reclinarse sobre tierra encriptada. Una escritura que intenta cristalizar esa ceremonia vacía, alude al gesto de un lector frente al no- cuerpo de una lengua extranjera. Como si nombrar fuera revitalizar los cartelitos de unas urnas donde la tierra no vive, donde la liturgia ya no consuela. Desenterrar, sacar a la luz, mostrar; algo así como dar a (la) luz.

*Autora de La guerra es un verbo. Editorial La Cebra.