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opinión

Estados Unidos: el inmigrante no sabe disfrutar, vive sólo para trabajar

Bernardo Stamateas analiza la situación de la persona que se va a vivir al norte del continente. Galería de fotos

El psicólogo argentino Bernardo Stamateas
El psicólogo argentino Bernardo Stamateas | Perfil USA

El psicólogo argentino Bernardo Stamateas pasó por Miami para dar seminarios de liderazgo y capacitación. Aprovechamos su experiencia para que nos hablara de las condiciones psicológicas del inmigrante en la calle 8 frente al Café Versalles. “Al inmigrante en Miami le falta disfrutar”.

 ¿Qué define a un inmigrante en general?

El inmigrante en primer lugar es más osado, es más valiente, dado que dejó todo en su país para resolver en este caso el problema de la pobreza.  En general son personas más individualistas, mientras que los que se quedan en sus países son más colectivistas y piensan en términos de más largo alcance.

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Otra característica que tiene el inmigrante es la nostalgia.  Cuando somos jóvenes miramos hacia adelante al futuro pero cuando pasamos los cuarenta años, viene la declinación física y eso nos hace mirar a todos para atrás,  revisar el pasado.  El inmigrante, lo que le sucede es que recuerda cuando era chico y busca esa imagen, cuando tenía doce años por ejemplo y lo busca en el presente, busca una conexión entre su pasado, una similitud con el presente en el que está, llámese la edad, el colegio, el pueblo, o sea, repasa su historia y cuando no ve nada igual ahí le viene la nostalgia. Cuando el inmigrante ve ese contraste, entonces el pasado se agranda y lo bueno se magnifica, los juguetes que tenía, los amigos que dejé, pero cuando ve una conexión, una similitud entre su presente y su pasado puede armar un puente afectivo, entonces eso disminuye la nostalgia.

¿Cómo se siente en Estados Unidos?

El inmigrante en EE UU no es americano, pero también siente que dejó de ser un poco latino, entonces hay poco apego a lo local, ya que siente que está de paso, busca la satisfacción en términos individuales no comunitarios, porque su único proyecto el del inmigrante que llega a EE UU es trabajar, salió de su casa y como no volvió a su “casa” trabaja todo el día y pone toda la satisfacción ahí, es lo único que le da satisfacción. Entonces no hay satisfacción fuera del trabajo, vino para trabajar y si deja de hacer eso se siente mal, por eso no paran de trabajar.

¿Y cómo maneja el dinero que gana sin parar de trabajar?

Ahorra muchas veces compulsivamente porque sí, porque el ahorro es una señal visible de que logró el éxito y gastar el dinero es despilfarrar su satisfacción.  No es que son tacaños, eh…ni que son miserables, ni tampoco que no lo gastan por culpa, sino que el ahorrar le es una sensación de éxito, de triunfo del lugar que salieron. Cuando el inmigrante recuerda su pobreza anterior, es una manera indirecta de decir “triunfé”.

¿Qué debería hacer para no sentirse frustrado?

La sugerencia siempre para el inmigrante es que amplíe la fuente de satisfacción, que la vida es más que el trabajo.  Si sólo disfruta A no puede disfrutar B, C, D, entonces va a tener poca satisfacción y aburrimiento y tedio en algún momento. Otro elemento importante es que confunden trabajo con esfuerzo físico muchas veces. En nuestros países latinos, si no hay esfuerzo físico uno siente que no está trabajando.
Bueno, otro elemento para tener en cuenta es que el dinero y el trabajo son medios, son herramientas y no son un fin.  La vieja historia dice que Alejandro Magno admiraba al filósofo Diógenes, se le paró adelante y le dijo: “pedime lo que quieras yo te lo puedo dar” y Diógenes dijo “lo que te pida, ¿me lo vas a dar”? Alejandro Magno y dijo Si!,  “bueno correte que me tapas el sol”.