Adentro del Crandon Park todo era sol y expectativa por la final del Miami Open. Mientras tanto afuera, los food track fueron el punto se encuentro y el color que el ambiente necesita.
A diferencia se otros espectáculos deportivos americanos como el béisbol o el fútbol en el tenis esta prohibido
consumir alimentos dentro del estadio. Los seguidores lo saben y aprovechan la oferta de comidas rápidas.
Nadie sabía cuánto iba a durar el encuentro y prefirieron estar preparados para una larga espera.