—En un reportaje de esta serie, el máximo operador de Mauricio Macri en la Justicia, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, dijo: “La Justicia de Comodoro Py la creó Carlos Corach”.
—¿Dijo eso? Nadie me lo dijo. Esta afirmación no es cierta. Los jueces federales vinieron de distintas vertientes. En aquella época los jueces federales eran recomendados por amigos.
—No había Consejo de la Magistratura.
—Yo era ministro del Interior, no los designaba. De los jueces, solo pude tener que ver con Claudio Bonadio. Había sido mi secretario de Asuntos Legales, mi segundo. Fue muy eficaz en su momento. Descansaba mucho en él, porque yo no podía leer todos los decretos. Fue el único. Y él no quería que se lo designara.
—¿Por qué no quería?
—Porque sabía que todo lo que después hiciera en el futuro me lo iban achacar. Cosa que no es cierta. Primero, Bonadio era un tipo difícilmente influenciable y no tuve manera de hacerle hacer esto o hacerle hacer lo otro.
—¿Cómo ve a los jueces de Comodoro Py en perspectiva?
—Hay que dejar la Justicia fuera del debate político. Habrá buenos y malos jueces, como en todas las actividades de la vida. Hay que resguardarse de la banalidad de juzgar a los jueces. Lo hace todo aquel que recibe una sentencia o una resolución que no le conviene. Nos visitó un miembro de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que ya falleció. No recuerdo el nombre. Un periodista le preguntó, para confrontarlo con lo de Menem: “¿Cómo se nombra a los jueces de la Corte en Estados Unidos?”. La respuesta fue que proponía a sus amigos al Senado. Y el Senado aprobaba o no.
—¿Qué piensa de la evolución posterior de Bonadio?
—No quiero juzgarlo. Fue una etapa muy difícil. Creo que no estuvo razonablemente ubicado, que estuvo un poco desubicado.
—Carlos Menem falleció sin un fallo de la Corte. ¿Correrán la misma suerte las causas de Cristina Kirchner? ¿Durarán veinte años y terminarán siendo abstractas?
—No sabría decirle. Las últimas causas que vi no tienen consistencia judicial. No se puede juzgar las decisiones políticas. Son malas o buenas. Sobre el resto, usted tiene que rendir cuentas como cualquier ciudadano.
—Cristina Kirchner tiene otras causas por corrupción.
—Rendirá cuentas. La Justicia deberá determinarlo.
—¿Terminarán siendo abstractas?
—No lo sé. Me resulta difícil opinar sobre esos casos.