—En marzo de este año la diputada Mónica Frade, de la Coalición Cívica, se refirió a vos como quien “se robó una vacuna”. Respondiste que “tomé la decisión de no darme una segunda dosis porque no le robo una vacuna a nadie”. ¿Te diste la segunda dosis finalmente?
—No.
—¿Seguís sin segunda dosis?
—Sigo sin segunda dosis. Estoy esperando que termine la segunda dosis, sobre todo de la que yo me había dado, la Sputnik, que fue la que más faltaba.
—¿Cuántos años tenés?
—65.
—Te debía haber tocado hace más de un mes.
—Me estás tocando temas que discuto mucho en familia. Hasta que no me sienta convencido que está bien, no lo voy a hacer. Debo demostrar a terceros que no robo vacunas. No la robé, sino que me dijeron que me tenía que vacunar para ir a la Ciudad de México a trabajar, la de más alto contagio en ese momento. Era algo público, pero se armó lo que armó.
—Tu señora es psicoanalista. ¿Sentís culpa por la primera dosis y por eso no te das la segunda?
—Eso no me lo dice ella, pero es lo que siento. El psicoanalista sos vos. Siento dolor de haber pasado por esa circunstancia. Uno tiene que dar testimonio de las cosas. Es la única forma que tengo para demostrar que no sucedió aquéllo. Que no robo la vacuna y, sobre todo, la dosis dos, muy requerida. Es muy buena la vacuna aún con una sola dosis. Me hago análisis de antígenos y estoy muy bien, arriba del 70%.
Lea la entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Eduardo Valdés en este link.