PERIODISMO PURO
Entrevista

Guy Sorman: "El ocultamiento del virus de China fue una mentira política que se convirtió en un crimen global"

Para el ensayista y filósofo francés, "China sigue siendo el imperio de la mentira". Para el escritor, "todos somos víctimas de esas mentiras".

Guy Sorman, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Guy Sorman, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Pablo Cuarterolo

—¿Qué opinión tiene sobre el debate tácito entre Joe Biden y Angela Merkel sobre patentes de vacunas?

—Es un debate un tanto sesgado. A favor de Biden, diría que hay circunstancias en las que debemos tener un enfoque global para una amenaza que es global. Nos libraremos de la pandemia cuando todo el mundo esté curado y vacunado. Si se vacuna a Europa y a Estados Unidos y a ciertos países de América Latina, y si se sigue rodeado de países africanos o de India, donde el virus sigue siendo muy activo, nadie está a salvo. El virus volverá a los países ricos. En eso tiene razón. También tiene razón al decir que tenemos que bajar el costo de la vacuna, quizá borrando durante un par de años la propiedad intelectual para que cualquier país del mundo pueda comprar la vacuna o producirla a un precio decente. Es lo que se hizo con el sida. También Angela Merkel. Si se borra la propiedad intelectual durante mucho tiempo, el incentivo para las industrias farmacéuticas para buscar mejores vacunas, para invertir, se reducirá. Sin propiedad intelectual no tendrán tanto dinero. No sabemos cuál será la próxima pandemia. Merkel es una mujer realista siempre. También tiene razón. Hay que afinar la solución. Por ejemplo, reducir la propiedad intelectual durante cinco años. Hay algo que Biden no menciona. Una vacuna gratuita en países sin equipos sanitarios, como India, Bolivia o muchos países de África, es difícil de distribuir. Lo de Biden no describe del todo el problema. Estamos frente a una solución global. Hay que situarse en todas las dimensiones del problema.

Guy Sorman, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
EN TIEMPOS DE TRUMP. “No llevar máscara fue una declaración política. Si eras republicano, no llevabas tapabocas. Si lo llevabas, eras un marica y un demócrata”. (Foto: Pablo Cuarterolo)

—¿La cuestión de las vacunas puede eximirse de la geopolítica internacional?

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—Ahora hay un acuerdo. Lo hubo al principio. Hubo una especie de juego geopolítico, sobre todo por parte de Rusia y China, diciendo que tenemos la vacuna, que tenemos la solución y que nos olvidemos de los países occidentales y de su sistema liberal. Nosotros, el Estado chino, queremos decir que traemos la solución a muy bajo costo, sin ningún problema. Ahora parece que la vacuna china está lejos de ser perfecta porque los propios chinos empiezan a decir: “Bueno, tal vez deberíamos probar la vacuna de Pfizer”. Así que no están tan seguros de la eficacia y por eso ya no juegan a la geopolítica. Creo que los chinos son más racionales de lo que solemos decir, y tienen la idea de que se puede jugar a la política o a la geopolítica con las vacunas. Creo que esta idea ya está obsoleta. Además, ahora estamos, como digo, globalmente, nos enfrentamos a cuatro variantes del virus. Así que no sabemos en qué se convertirá el virus mañana. Y por eso es necesario que se siga investigando. Si no, nos enfrentaremos globalmente a un nuevo virus y la geopolítica será totalmente ridícula y se acabará. Por lo tanto, creo que ha habido una dimensión geopolítica al principio, pero ahora creo que se ha acabado. Hay una profunda preocupación porque es un problema global que exige una solución y cooperación global sin ningún límite ni consideración partidista.

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—¿Son creíbles los números chinos sobre personas enfermas? ¿China sigue siendo “el imperio de las mentiras”, como dijo en su cuenta de Twitter?

—Me temo que China sigue siendo el imperio de la mentira. China tiene una historia muy larga, empeorada por el Partido Comunista. Son incapaces de hacer autocrítica. En Occidente usamos la autocrítica. Gastamos nuestra energía en criticarnos. China es exactamente lo contrario. Cuando empezó la pandemia en Wuhan, en China, y algunos médicos alertaron sobre un nuevo tipo de virus extremadamente peligroso que era necesario combatir ya, se les pidió inmediatamente que se callaran. Fue un crimen político que se convirtió en un crimen global. Somos todos víctimas de estas mentiras. Si la pandemia se hubiera reconocido antes, quizá no se hubiera convertido en global. China también es víctima de sus propias mentiras por su incapacidad de aceptar críticas. Tuve la oportunidad de dar muchos discursos y conferencias en China. Les dije que no llegarían lejos sin autocrítica. Copiarán la tecnología occidental, pero no tendrán una propia. Cada país tiene sus debilidades y sus deberes. La preferencia por las mentiras empeoró con Xi Jinping. No se esperaba que volviera a los años maoístas con aquella ideología, el culto a la personalidad y las mentiras, convirtiéndose en el centro de cualquier vida intelectual, política y científica. No es muy bueno para China ni muy bueno para el mundo. Pero no es eterno. Xi Jinping no es eterno como Mao Zedong no fue eterno. Quizás algún día surja un nuevo líder que entienda que la autocrítica es un camino hacia el progreso.

LEE EL REPORTAJE COMPLETO DE JORGE FONTEVECCHIA A GUY SORMAN AQUÍ.

Producción: Pablo Helman y Debora Waizbrot.