POLICIA
Fue capturado esta semana en San Pablo

El broker más importante de la mafia calabresa tenía pasaporte argentino

Nicola Assisi, alias “el Fantasma”, llegó a utilizar el documento de un taxista de Banfield para moverse por Sudamérica. Se lo acusa por el envío a gran escala de cocaína a Europa.

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Un argentino mas. El pasaporte duplicado de Nicola Assisi, que presentaba cada vez que salía de Brasil. Figuraba como soltero y con seis años menos. | tv tribuna - policia federal de brasil

Rubén Ricardo S. es un taxista que vive en Banfield. Probablemente no sepa que su pasaporte fue utilizado por Nicola Assisi (61), el broker más importante de la mafia calabresa y uno de los hombres más escurridizos y buscados del mundo.

Assisi, conocido como “el Sobrino” o “el Fantasma” por su habilidad para no dejar rastros, fue capturado esta semana en la ciudad de San Pablo, Brasil. Lo buscaban desde hacía más de cinco años y lo arrestaron junto a su hijo Patrick (36), otro miembro destacado en la estructura de intermediarios que trabajan para la 'Ndrangheta, la mayor organización criminal del mundo, por encima de la Cosa Nostra siciliana y los carteles mexicanos, según las máximas autoridades italianas.

El broker de la mafia calabresa estaba en Sudamérica desde 2014, cuando escapó de Italia tras haber sido condenado a 14 años de prisión por tráfico de drogas y asociación ilícita. Hasta el lunes pasado no se sabía en qué país se encontraba, aunque las últimas pistas indicaban que se movía por tres naciones: Brasil, Paraguay y Argentina.

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El pasaporte argentino falso que Assisi utilizó durante mucho tiempo estaba a nombre de Javier Varela, aunque llamativamente el número de identificación que figura en el documento no coincide con ese nombre sino con el del taxista.

El Fantasma actuaba de intermediario entre los carteles de droga colombianos y paraguayos y el grupo mafioso de Calabria. Su historia y las sospechas acerca de su residencia en Sudamérica fueron reveladas en 2016, gracias a una investigación periodística del diario ABC Color de Paraguay, que demandó varios meses de trabajo y contó con la colaboración de medios italianos como Correctiv e IRPI.

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A este hombre se lo responsabiliza por el envío de toneladas de cocaína a Europa. Son millones y millones de dólares. Un ejemplo: es tanto el flujo de dinero que manejan que hasta su esposa llegó a reconocer, en una conversación con su hijo Patrick, que en su casa de Turín no tenía más lugares para esconderlo. Tiempo después, cuando la policía allanó el domicilio, secuestraron cuatro millones de euros, una verdadera fortuna.

Historial. Assisi fue detenido por primera vez en la ciudad de Turín el 16 de mayo de 1997. Tenía 39 años. En aquella época era habitual que los mafiosos utilizaran las cabinas telefónicas públicas para comunicarse e impartir directivas por la dificultad –propia de aquellos tiempos– que existía para rastrear esas llamadas. Algo similar hacían en Colombia los soldados de Pablo Escobar, el jefe del sanguinario cártel de Medellín. Sin embargo, los detectives que seguían los pasos del grupo mafioso italiano colocaron micrófonos en dos cabinas y así obtuvieron una pista clave: un hombre arregló una cita en código con un sujeto que llamó “el Sobrino”. Los policías comenzaron a seguirlo y descubrieron un cargamento de 200 kilos de cocaína en el interior de un camión. Hasta el día de hoy es el secuestro de droga más importante de la historia en Turín.

El Sobrino fue detenido, al igual que el hombre que lo había llamado desde el teléfono público. Era Nicola Assisi, un completo desconocido en el organigrama de la banda que comenzó a ganar poder e importancia en los años siguientes. Assisi recuperó su libertad un año después, porque el juez que intervino en la causa se negó a prolongar su detención debido a que la investigación no avanzó, a tal punto que ni siquiera le imputaron el delito.

Cuatro años más tarde, dio el salto en la organización a partir de la extraña desaparición de su mentor y principal intermediario en Sudamérica, Pasquale Marando, el broker de la 'Ndrangheta que negociaba directamente con los capos de los carteles colombianos más importantes. Para Marando, el Sobrino era un hombre de extrema confianza, tanto que los investigadores sospechan que heredó su “cartera de clientes” más importantes, un dato clave para entender su ascenso en la cadena de poder.

Si bien existen sospechas que señalan que la familia Assisi vivió un tiempo en Paraguay y también en Argentina, la estadía más prolongada se dio en Brasil, por una sencilla razón: el estrecho vínculo con la organización criminal más importante del vecino país, el Primer Comando de Capital (PCC), al que presuntamente le compraba cocaína.

Según voceros de la investigación, la familia Assisi vivía en un lujoso edificio (ocupaban tres pisos) ubicado en Praia Grande, la costa de San Pablo, una zona estratégica porque a unos 15 minutos se encuentra el puerto de Santos, el más importante de Sudamérica y una de las principales rutas de salida de la cocaína que llega a Europa. En los últimos años el tráfico en esta región se disparó de manera exponencial: pasó de cinco a diez toneladas anuales. El período de mayor crecimiento coincide con la fecha en la que los Assisi dejaron Italia.

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Rocco Morabito, del arresto insólito a una fuga increíble

Rocco Morabito (52) es uno de los diez delincuentes más buscados del mundo. Hasta el 23 de junio estaba preso en la Cárcel Central de Montevideo. Pero se fugó con otros dos presos, le robó a una mujer, se tomó un taxi y hoy su paradero es un verdadero misterio.

Con una identidad falsa, el ex número uno de la 'Ndrangheta vivió cerca de 15 años en Punta del Este. En 2007 lo arrestaron de casualidad, después de pelearse con su esposa y alojarse en un hotel de la capital uruguaya. Cuando lo capturaron tenía varios chips de la empresa argentina Movistar.

Pese a que había fijado su residencia en Uruguay, sus viajes a Buenos Aires eran habituales. A diferencia de Nicola Assisi, Morabito utilizaba dos pasaportes distintos: uno brasileño y otro portugués. Para moverse por Sudamérica tenía su cédula uruguaya, a nombre de Francisco Capeletto Souza. Para los investigadores, la presencia de los Assisi en San Pablo, sumada a la larga estadía en Uruguay, demuestra la presencia de la mafia calabresa en la región desde mucho antes de lo que mucho se imaginan.


La ‘Ndrangheta, una industria del crimen organizado en el mundo

'Ndrangheta significa hombría, coraje, virtud y bondad. Es el nombre con el que se identifica a la mafia calabresa, la organización criminal más importante del mundo.

Es una empresa del crimen organizado de origen familiar que nació en el siglo XVIII en una zona rural de Calabria, que en las últimas décadas tendió redes con los carteles de droga más poderosos del mundo, y que tiene más dinero y poder que la Cosa Nostra o la Camorra. La estructura se sostiene por los lazos de sangre: los padres educan a sus hijos en el crimen para que ellos continúen el legado de sus antepasados.

La principal actividad es el tráfico de drogas, y para ello cuentan con un equipo de brokers en distintos puntos del mundo, que negocian el precio y las condiciones del envío entre el grupo mafioso y los carteles. Se estima que controlan el 40% de los cargamentos de droga a nivel mundial.

La 'Ndrangheta es un poco más diplomática que las otras mafias, aunque las ejecuciones por traición no se discuten.

Además del comercio de drogas, mantienen otras actividades ilegales como el contrabando de armas, secuestros y hasta el tráfico de seres humanos.

“En 2011 me encontré juzgando a los hijos de aquellos que procesaba en los años 90. Todos llevaban idénticos apellidos, pertenecían a las mismas familias de la 'Ndrangheta y cometían los mismos delitos. Y eso me hizo reflexionar. Si las mismas familias están en el territorio desde hace setenta u ochenta años, significa que la cultura mafiosa se hereda. De modo que pensamos que no podíamos asistir sin hacer nada a un fenómeno según el cual los padres educan a sus hijos en el crimen”, revela el juez italiano Roberto Di Bella, que dedicó los últimos 25 años de su vida a investigar el crimen organizado, en una entrevista con el diario El País.