Willy Mckey (40), escritor nacido en Venezuela, fue encontrado sin vida la tarde de este jueves 29 de abril tras arrojarse desde el noveno piso de un edificio del barrio porteño de Recoleta. Momentos antes de quitarse la vida de manera trágica, admitió en redes sociales haber cometido abuso de menores.
"No sean esto. Crece adentro y te mata. Perdón", escribió Mckey a las 16 hs. y desde su cuenta de Twitter, antes de caer al vacío. Según pudo confirmar PERFIL, los vecinos que vivían en su mismo edificio lo encontraron de cara el suelo e inmóvil, en el primer piso del edificio.
Minutos después del hallazgo, el SAME constató el estado del hombre de 40 años. Tanto expertos de salud como agentes policiales fueron capaces de confirmar que había muerto en el acto. Desconcertados, dieron cuenta también de que tenía un pedido de captura internacional.
Testigos presentes en el lugar de los hechos precisaron que dicho escritor "se encontraba deprimido en los últimos días debido a estar transitando severos problemas familiares". Sin embargo, tanto sus últimas publicaciones en internet como las realizadas por unas de sus víctimas mostrarían lo contrario.
"Pía", la primera de sus víctimas
"He decidido finalmente hablar de mi experiencia de abuso con el escritor venezolano Willy McKey", relató la mujer proveniente de Venezuela y de hoy 21 años el miércoles. Conocida bajo el pseudónimo "Pía", detalló en Twitter: "Conocí a Willy en 2015, con 15 años. Días después de nuestro encuentro, me mandó un mensaje directo y dijo que quería darme una estampita de un proyecto suyo".
"Me dio su número. Hay algo extraño en ese mensaje que decido ignorar porque no debería pensar mal acerca de un hombre tan educado y tan culto. Yo estaba histérica de la emoción, pensé que había encontrado un mentor, una especie de figura paterna en la que podría confiar mis ambiciones literarias", relató a continuación.
A medida que el intercambio de mensajes escalaba, Mckey volvió a insistirle a la joven sobre un posible encuentro. "Qué iba a imaginarme yo que Willy McKey es un carajo tan mentiroso como manipulador, lleno de promesas vacías y lugares comunes. Ahora entiendo que esa era una dinámica de control que ejercía", lamentó.
He decidido finalmente hablar de mi experiencia de abuso con el escritor venezolano Willy McKey:
— “Pía” (@mckeyabusador) April 28, 2021
Conocí a Willy en el microteatro 2015, yo empezaba a empaparme de una movida intelectual y cultural caraqueña de la que me moría por formar parte. En el 2015, también, tenía 15 años.
Me dijo que yo era su “cómplice”
Conforme pasaba el tiempo, las conversaciones entre ellos también se desvirtuaban: "Me empezó a hablar de sus sueños, los cuales eran sugerentes, pero no demasiado. Inventó un juego llamado “incontestable” donde uno confesaba algo y ponía una palabra clave al final. Se podía entrever un interés sexual que me costó mucho descifrar".
"Me dijo que yo era su “cómplice” y los cómplices eran el espacio seguro del otro, bajo esa premisa consiguió mi silencio", remarcó. La ilusión de confianza que generaba el escritor sobre la entonces adolescente le permitió dar un giro completo a las palabras clave que utilizaba: “Estallido era un eufemismo para la eyaculación y 'desorden' para la excitación sexual".
Las prácticas inaceptables avanzaron con rapidez, admitió la mujer de 21 años. "En principio, todo era por chat, pero con el tiempo escaló a llamada. Describía un encuentro sexual conmigo mientras se masturbaba al otro lado del teléfono. Pocas veces tuve el valor de decirle que no. Tampoco salvé de escucharlo masturbarse y acabar más de una vez".
Poco a poco fue más insistente con lo de las llamadas. Pocas veces tuve el valor de decirle que no o hacerme la loca (la mayoría de las veces). Pero no me salvé de escucharlo masturbarse y acabar más de una vez. Yo quería creer que estaba bien, que era mi deber de “cómplice”. pic.twitter.com/kkF6xGlOOk
— “Pía” (@mckeyabusador) April 28, 2021
"Yo genuinamente pensé que mi vínculo con Willy era algo especial"
"Finalmente fui a su oficina en La Castellana para que por fin me diera la estampita, que era solo una excusa. Ahí me besó. Aproximadamente un mes después me invitó al apartamento en donde se quedaba en Los Cortijos", resaltó la víctima para luego, como si hubiese ocurrido recientemente, brindó detalles sobre lo que realmente ocurría en aquellos encuentros.
"Me practicó sexo oral, me masturbó con sus manos y frotó sus genitales contra los míos incontables veces. Era la primera vez en mi vida que estaba desnuda frente a un hombre. Había recién cumplido los 16. Él cumplía 36 la siguiente semana. Durante el acto me tendí en la cama, inmóvil y con los ojos cerrados. Todo se sentía incorrecto", dijo.
"Yo genuinamente pensé que mi vínculo con Willy era algo especial. Desde el principio confié en él y en su mirada hacia mí. Incluso durante el hostigamiento sexual. Me decía lo que quería escuchar, me miraba como quería que me miraran. Yo aún no proceso la mayoría de estas cosas", concluyó en un extenso hilo.
Yo genuinamente pensé que mi vínculo con Willy era algo especial. Desde el principio confié en él y en su mirada hacia mí. Incluso durante el hostigamiento sexual. Me decía lo que quería escuchar, me miraba como quería que me miraran.Yo aún no proceso la mayoría de estas cosas.
— “Pía” (@mckeyabusador) April 28, 2021
Luego de que las declaraciones de "Pía", un grupo de internautas quienes reconocieron haber tenido contacto con el escritor, ya sea debido a su fanatismo o bajo la excusa de utilizarlos en "proyectos personales", aseguraron también recibir la misma clase de hostigamiento y persecución por parte de éste.
Las declaraciones de Willy Mckey
A través de Instagram, el venezolano publicó entre el 28 y 29 de abril tres comunicados personales en los que brinda detalles sobre la situación que aparentemente lo acongojaba: "He leído testimonios en los que alguien en algún momento sintió que me comporté como un abusador. Y éste no es momento para desmentidos".
Acto seguido, declaró: "Ante la posibilidad de que quizás yo también haya sido un agresor, uso esta vía para señalar que creo que éste es un momento duro e importante para quienes alguna vez hayamos tenido trato directo con mujeres y revisar si hemos denigrado, violentado e incluso abusado, sin tener consciencia de cuán cruel puede ser lo que hemos hecho".
"Pido perdón a las mujeres que en algún momento haya podido afectar y, además, subrayo mi apoyo a las mujeres que han sido víctimas de los abusos. Entiendo que esto amerita retirarme, al menos por ahora, de las actividades de cualquier otro grupo de trabajo o acción colectiva que pueda verse afectada", finalizó en la primera de las publicaciones.
"Es necesario para mí pasar a revisar mi visión de la masculinidad"
En un segundo posteo, corroboró las declaraciones emitidas por "Pía" en redes sociales: "En medio de las denuncias en torno a abusos a mujeres en Venezuela, debo hacerme cargo, pues es evidente que sé quién es la persona y sé cómo se dieron los hechos. Tuvo lugar en un momento en el cual yo era una figura pública".
"Además de pedirle perdón a la afectada, debo aplaudir la valentía de quien hace la denuncia, porque luego del abuso que hoy entiendo le pude infligir. A Pía, mi víctima, mi perdón más rotundo junto a dejarle saber que espero que la autopercepción que tenga de su talento y de su inteligencia incuestionables no se vea afectada por este doloroso episodio", escribió.
Respecto de la víctima, continuó precisando: "Es necesario para mí pasar a revisar mi visión de la masculinidad, de la aproximación a otras personas y del poder y el daño que se puede hacer a una relación y a quienes confían en ti, por espacios de normalización que empiezan a ser revisados. Gracias por tu apoyo durante estos años".
Finalmente, y en la última de sus publicaciones, enfatizó: "Es momento de atender la situación y sus consecuencias. Ofrezco todas y cada una de las herramientas que estén a mi alcance para ayudar, apoyar y respaldar a Pía en los procesos de especialistas que fueran necesarios aplicar, con el objetivo de atender las secuelas que pudieran haberse generado con mi actuar impropio".
"También pretendo dedicar el alcance de mi testimonio y de cuanto sé hacer para ayudar a visibilizar una situación normalizada, con la intención de que cada vez sean menos los hombres que lastimemos a las personas que han creído y puesto su confianza en nosotros", prosiguió el escritor venezolano.
"Considero que no es momento de desmentir ni de contextualizar, sino de entender que el movimiento #MeToo existe porque las mujeres dejaron de normalizar las cosas, y ahora los hombres debemos hacerlo de manera franca, descarnada y real", concluyó siendo éstas sus últimas palabras antes de cometer suicidio.
JFG / DS