POLICIA
INVESTIGACIÓN

El misterioso viaje del reloj de US$ 30.000 robado en Recoleta

Un empresario multimillonario de Estados Unidos sufrió un robo en Buenos Aires mientras se encontraba de viaje por turismo. Los detalles sobre cómo su reloj apareció a la venta en Miami.

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Relojes de lujo. | CEDOIC

Un empresario multimillonario de Nevada, Estados Unidos, vinculado a la industria del whisky, entre otros negocios, se encontraba desde el 6 de enero en la Argentina por turismo junto a su mujer. Al igual que muchos extranjeros, había elegido el lujoso barrio de Recoleta para hospedarse y recorrer la ciudad.

Pero apenas dos días después, a un par de cuadras del Palacio Duhau-Park Hyatt, donde se alojaba, algo inesperado sucedió pese a las recomendaciones de seguridad que el hotel ofrece a los huéspedes una vez que ingresan. El empresario no tuvo tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo porque fue algo tan rápido como profesional: dos delincuentes en moto le robaron su reloj marca Purdey Panerai, valuado en 28.500 dólares y que forma parte de una exclusivisima colección de solo 80 piezas en el mundo.

Asustado, el norteamericano se acercó a dos policías que se encontraban en la zona y que no habían visto el robo. “Le dijeron que podía hacer la denuncia, pero que no se ocuparían del caso debido a que no le habían hecho daño”, afirmó a PERFIL el jefe de seguridad personal de la víctima. Y agregó: “No se sentía seguro en Buenos Aires”. El turista dio por terminada su estadía el 10 de enero, día en que tenía su pasaje de regreso a Estados Unidos, sin hacer la denuncia. La seguridad personal del empresario explicó que cuando la víctima se acercó a la conserjería para irse, le dijeron que sería difícil encontrar a los delincuentes.

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El reloj robado al empresario norteamericano. Foto: Bolton Investigations Inc.

Este hecho es uno de los tantos que ocurren con frecuencia en esta exclusiva zona turística. De acuerdo al mapa del delito de la Policía de la Ciudad, en 2018 hubo 11.166 casos de robos con uso de moto en la Ciudad de Buenos Aires, un 3,03% más respecto a 2017. “Hay motochorros que actúan aislados, pero los que roban relojes están organizados”, informó a PERFIL una fuente policial.

En el barrio de Recoleta ocurrieron 795 casos en 2018, y se ubica por detrás de Palermo (1.053), Caballito (922) y Almagro (800). Esta zona, al igual que San Telmo, Caminito y Palermo, es una de los preferidas de los delincuentes. “La Comisaría 2, de Recoleta, implementó un servicio de motos bitripuladas que recorren las calles del barrio para prevención de hurtos y motochorros”, explicó a este medio Pablo Policicchio, vocero de la Policía de la Ciudad. “Hoy se está trabajando en 22 zonas determinadas de la Ciudad, en donde se destinaron 800 policías para que refuercen el despliegue de las comisarías”.

Cuando el empresario llegó a su país quería el reloj en su poder y recuperarlo como sea. Contrató entonces al investigador privado David Bolton, especializado en delitos de alta gama, y quien también resolvió un célebre robo de $ 2.8 millones de oro en Coral Gables, el más grande de la Florida.

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El hecho ocurrido en la Argentina fue reportado a la firma internacional y a American International Group, la compañía por la que tenía asegurado su reloj. Pero la sorpresa fue mayor cuando, después de una investigación, la pieza fue localizada a la venta en Miami el 19 de enero, en la feria The original Miami Beach Antique Show, en Miami Beach Convention Center. Quien lo tenía en su poder era un argentino, Abraham Natalio Saks, miembro de la sociedad comercial International Watches, y lo ofrecía para vender por 15.000 dólares, casi la mitad de su valor real. “Ese reloj viajó 4.500 millas”, explicó Bolton a PERFIL. “Surgen muchas preguntas sobre cómo ha podido viajar esta distancia. Por mi experiencia creo que no es una coincidencia que lo robaron y que 18 días después apareció en Miami”.

Bolton comprobó que el reloj que estaba en la feria de antigüedades tenía el mismo número de serie que el robado, y empezó así la estrategia para recuperarlo y que volviera a manos de su dueño. El investigador le contó a este sitio que el 26 de enero se presentó con otro nombre en la feria y, tras ofrecer 11.500 dólares, el vendedor argentino aceptó la compra pero con una condición: el pago debía ser en efectivo. La excusa fue que el posnet no funcionaba.

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Otro reloj de la exclusiva colección de 80 piezas, valuado en 28.500 dólares. Foto: Purdey Panerai.

La situación se había vuelto sospechosa y Saks se mostraba nervioso. De acuerdo a su relato, Bolton le dejó 100 dólares de depósito y se contactó con la policía de Miami. Cuando el investigador volvió para concretar la operación, le dijo al vendedor “se como conseguiste el reloj, se lo que hacés y lo que hiciste en la Argentina, y lo quiero de nuevo”.

En ese mismo instante apareció la policía. “Casi le da un infarto cuando vio a los oficiales. Me dijo que me devolvía el reloj, que no quería problemas”, aseguró Bolton. “Saks no proporcionó ningún documento sobre el reloj, dijo que no quería problemas, y lo devolvió”, relató el oficial Mercado, de la policía de Miami Beach, en la denuncia. El investigador privado cree que el robo en la Argentina fue planeado y que “se dieron cuenta de que salía de un hotel caro”.

La mujer del turista “sentía que los estaban vigilando”. Bolton dice que no le sorprendería que exista una banda organizada de delincuentes que opera en Recoleta y, según él, sería extraño que hayan robado el reloj sin saber cuál era su valor.

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Otro reloj de la exclusiva colección de 80 piezas, valuado en 28.500 dólares. Foto: Purdey Panerai.

Consultado por PERFIL, Saks negó toda responsabilidad y afirmó que una persona de nacionalidad peruana se lo había dejado en consignación. “No hubo denuncia policial en Miami y no quiero problemas”, dijo el vendedor, que aseguró no conocer la procedencia del reloj. “Es la primera vez que me pasa en la vida”, agregó. 

PERFIL pudo constatar que efectivamente hay un caso policial en Miami por el robo y la recuperación del reloj . De acuerdo a la versión del argentino, la polícia no se presentó en el lugar sino que una persona del seguro se acercó para comprobar el número de serie del reloj, y él lo devolvió de inmediato. “Soy un intermediario, uno hace operaciones de buena fe”, afirmó. Además dice que, tras el hecho, intentó contactarse con la persona que se lo había llevado pero que no obtuvo respuesta.

Tras un largo recorrido, uno de los tantos relojes que se roban en la Ciudad de Buenos Aires finalmente pudo volver a su dueño que, después de una breve estadía, fue víctima de la inseguridad como cualquier porteño.

 

Informe: Gustavo Paredes.