POLICIA
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Abogado desaparecido, extraño mensaje: "Si llego de contramano es porque me están siguiendo"

Salvador Altamura fue visto por última vez el lunes 13 de julio en el centro de Quilmes. ¿A quién le temía?

Salvador Altamura 20200721
Salvador Altamura | Cedoc Perfil

La angustia crece con el paso de las horas. Salvador Altamura (48), un abogado, empresario y motociclista que vive en el partido de Quilmes, desapareció el pasado lunes 13 de julio pasado a las 6 de la tarde y su paradero es un verdadero misterio. 

Su familia está desesperada. Las pistas que manejan los investigadores son variadas y, como suele pasar en estos casos, nadie descarta nada: desde un secuestro con fines extorsivos hasta una desaparición voluntaria. 

La sospecha de una retención contra su voluntad se sostiene a partir de los episodios ocurridos después de su desaparición. Y es la pista más firme. El último registro que existe del abogado es del lunes 13 a las 18.06, cuando la cámara de seguridad instalada en el acceso a su edificio, ubicado en la calle 25 de Mayo al 200, en la zona céntrica de Quilmes, graba su paso por el frente del lugar. 

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Horas antes había estado con un amigo, con quien compartió una caminata. Lo extraño es qué siguió de largo con su moto cuando llegó a su domicilio. ¿A dónde iba? ¿Vio algo extraño? ¿O alguien lo estaba siguiendo?

Sus familiares están desconcertados. Aseguran que no estaba amenazado, pero recuerdan una advertencia de Salvador: "Si ven que llego de contramano a casa es porque alguien me está siguiendo", les dijo. ¿A quién le temía? En el video no circula a contramano, pero si se alcanza a ver que gira su cabeza a la izquierda antes de pasar frente al edificio y después sigue de largo.     

"Con los hechos de inseguridad que hay, uno toma sus recaudos y por eso creo que él señalaba eso. Nunca nos habló de una amenaza. Nosotros no tenemos registro, pero si había sufrido algunos episodios en los que lo persiguieron pero sin poder tener éxito", dice a PERFIL Lilia Altamura, hermana del abogado. La causa está bajo secreto de sumario

La moto Honda CRF 250 roja y blanca que manejaba el abogado fue secuestrada y está siendo peritada, al igual que el casco, con el objetivo de obtener rastros de los autores. 

Lo que se sabe es que en la madrugada del martes 14 de julio un hombre de contextura más baja que Salvador ingresó a robar a su departamento. Las cámaras del edificio muestran que llegó a las 4 de la madrugada y que permaneció cerca de una hora y media. ¿Qué se llevó?


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El departamento no presentaba señales de un gran revuelo por lo que estiman que el sujeto que entró al lugar sabía muy bien donde buscar. De hecho, los familiares reconocieron que Salvador guardaba una importante suma de dinero. 

Dos días después la moto robada fue utilizada por dos motochorros para robar en el centro de Quilmes, según quedó registrado en una cámara de seguridad.

Sin pistas firmes, los investigadores comenzaron a reconstruir el recorrido que hizo la víctima antes de desaparecer y el del supuesto delincuente que llegó a su domicilio, aunque se encontraron con una dificultad: muchas de las cámaras no estaban funcionando. Por esta razón salieron a buscar registros de propiedades privadas que puedan ayudar a completar el trayecto. 

Por lo pronto, apuntan a que los autores podrían estar en la Villa Itatí, donde un vecino aseguró haber visto a la moto que poco después fue secuestrada por la Policía. 

Siguiendo esa línea ordenaron dos allanamientos, aunque no obtuvieron rastros concretos del hombre desaparecido. "Lo estamos buscando con vida", reconoce otro familiar del abogado consultado por PERFIL, aunque aclara que hasta el momento nadie los contactó.    

Salvador Altamura
El mensaje que su familia difunde por las redes sociales.

La otra pista que alimenta la hipótesis de una desaparición forzada está relacionada con el registro de las últimas conexiones de su WhatsApp. El día que fue visto por última vez, el abogado intercambió varios mensajes con la mamá de su hija, pero en un momento de la tarde su teléfono se apagó y dejó de recibir notificaciones. 

Cinco horas después la cuenta se reactivó cuando un amigo le mandó un mensaje. Alguien lo leyó porque quedó el registro de la doble tilde celeste. Pero nadie respondió. Y el celular nunca más volvió a prenderse.