Tamara Gómez tenía 41 años y decidió realizarse una lipoaspiración en una clínica privada de La Pampa. A pesar de que los estudios prequirúrgicos confirmaron que se encontraba en perfecto estado de salud, la mujer murió en el posoperatorio. Desde la clínica sólo dijeron a la familia que se trató de un paro cardiorrespiratorio, pero el diagnóstico no convenció a los parientes, que realizaron una denuncia por mala praxis. "El doctor de guardia me dijo que tuvo un paro cardiorrespiratorio, pero nada más", dijo indignado a Todo Noticias el hermano de la mujer, Mauricio Gomez.
Tamara, que tenía un hijo de 12 años, se habría empezado a sentir mal luego de la intervención estética a cargo del cirujano Mariano Jañez, quien se fue de Santa Rosa el mismo día después de la operación. La mujer de 41 años había quedado al cuidado de Carlos Jañez, padre del médico que la operó, quien el mismo sábado la revisó y aseguró a los familiares que estaba en condiciones de darle el alta.
Sin embargo, su hermano reveló que se sentía débil y que le sangraba mucho el ombligo. Ante su malestar, Jañez le avisó que la volvería a revisar el domingo. Pero esa madrugada murió, alrededor de las dos de la mañana. La familia denunció por mala praxis y abandono a los médicos en la Seccional Primera.