“Quiero que a partir de una tragedia tan grande algo bueno suceda. Que este tipo de cosas no vuelvan a sucederle a nadie. Las enfermedades mentales están muy estigmatizadas, lo más fácil es mirar a un costado, actuar de una manera tibia. Es lo que he visto en todo el proceso. Voy a velar por aquellos que no tienen voz, por los que nadie escucha”. El que habla es el hermano de Gerónimo Helguera (29), el joven que fue condenado a perpetua la semana pasada por el crimen de una empleada de una galería comercial de Tucumán, cuando se cree que quería atacar a un ex alumno de escuela al que acusaba de haberle hecho bullying cuando eran adolescentes.
Los jueces Carmen Rosa López, Alejandro Tomas y Eduardo González, por unanimidad, condenaron a Helguera por el crimen de Mariela Márquez (34) y del intento de homicidio del conserje, que estaba junto a la víctima fatal, luego de que se determinara en el debate que el joven “era imputable” y “comprendía la criminalidad de sus actos”. De esta manera desestimaron el planteo de la defensa que sostenía que el condenado había actuado así tras una “descompensación de la esquizofrenia paranoide que le diagnosticaron en el hospital Obarrio”.
“El caso tuvo muchísima repercusión mediática, somos una familia conocida en la provincia y la presión social fue muy grande. La jueza, a partir de los resultados disímiles, no dudó en enviarlo a prisión preventiva como lo requería el fiscal y sin escuchar a los médicos que lo habían tratado durante más de dos meses con visitas diarias y más de tres evaluaciones semanales en su internación posterior al hecho”, explicó la familia de Helguera, en un texto que compartieron con PERFIL.
“No podemos entender que los jueces, ahora, hayan decidido darle cadena perpetua, aun teniendo tanta información de que estaba bajo un brote, reconociendo que tiene una enfermedad y permitir que esté encerrado de por vida en una celda”, criticó la familia del condenado. Los Helguera, adelantaron, que piensan apelar la resolución del tribunal.
Por su parte, Santiago, el hermano de Gerónimo, destacó que “desde mis 15 años soy su mejor amigo y su compañero en este mundo”. Por eso, apuntó: “No permitiré que se niegue su condición, su soledad y el sufrimiento por los delirios constantes. Lucharé por mi hermano, por las familias que tienen familiares enfermos a causa del bullying o por la razón que fuese, por la falta de profesionalismo y conocimientos a la hora de manejar un tema delicado como una enfermedad mental”.
Tratar de “entender” a Gerónimo fue “una de las motivaciones” de Santiago a lo largo de su vida y en ese sentido destacó que es “difícil conocer el interior de una persona, más aún cuando esa persona no percibe la misma realidad que todos nosotros”.
Pero “comprender” a su hermano fue uno de sus propósitos. “¿Por qué no lo haría? Después de verlo aislado, apartado durante toda su vida del común de la gente, luchando día a día para poder pertenecer, luego de haber ingresado en seis carreras universitarias, teniendo un excelente rendimiento y abandonando todo sin motivo al poco tiempo, dejando todo y volviendo a empezar constantemente. Ver como todos nos preparábamos para salir con amigos y él mirando al techo en su cuarto con la luz apagada. Cada vez que salíamos a tomar algo, intentar hacer de eso algo especial para él sin que se sienta acorralado, perseguido, ver cómo entraba de a poco en un mundo donde él se sentía atacado y perseguido”.
¿Cómo fueron los días previos al momento del crimen?
Santiago es programador y durante un tiempo trabajó junto a Gerónimo. “Un día Gero (como lo llaman sus familiares) decidió estudiar lo mismo, mi asombro fue que a los 6 meses sabía más que yo, habiendo estudiado durante 2 años. Comenzamos a trabajar juntos, grande fue mi sorpresa al ver su rendimiento y compromiso. Y que grande fue mi decepción al ver como abandonaba todo al poco tiempo”, recordó.
Según relató Santiago en la carta que le envió a este medio en su hermano surgió la “idea de persecución” sobre unos “hackers rusos” y a “los pocos meses había aprendido ese idioma”. “Una persona esquizofrénica, no solo puede ser programador, pueden ser mentes brillantes que perciben una realidad distinta y se ven limitados en la cotidianidad debido a su alteración de la realidad. No soy psiquiatra, pero si algo he logrado a lo largo de mi vida, es conocer a mi hermano, con mis propias experiencias”.
“Con el tiempo todo fue empeorando, y cada vez eran más preocupante los síntomas, para una persona sin conocimientos y experiencia, es muy difícil poder entender lo difícil que es llevar una enfermedad mental, principalmente porque la persona no tiene conciencia de la enfermedad y convencer a alguien para que se medique diciéndole de que la realidad que percibe es equivocada, es lo más duro. El día que logramos que empiece a medicarse fue festejado por toda la familia, ver un cambio en su mirada, con menos tormentos y peligros. Leer un mensaje de Whatsapp suyo: ‘quiero volver a trabajar’. Ahí estaba él, volviendo a empezar, nuevamente, despertando de nuevo la motivación por llevar a cabo una vida normal”.
Pero el 13 de octubre de 2021, Santiago recibió una llamada en la que le informaban que su hermano había sido detenido por matar de un tiro a Mariela, la empleada de limpieza en el edificio comercial ubicado en avenida Aconquija y la calle Chacho Peñaloza. En ese lugar también trabajaba ese ex alumno del colegio al que había ido Helguera y que le había hecho bullying cuando eran adolescentes.
“No podemos explicar el dolor que sentimos por la familia Márquez, la angustia, tristeza y empatía que tenemos hacia ellos, es algo con lo que cargaremos el resto de nuestras vidas”, sostuvo Santiago y continuó: “Quiero que sepan que aquí hay una familia con el corazón abierto y destruido, dispuesta a hacer lo que sea para intentar remediar lo irremediable, con ganas de ser partes de su dolor, que se sientan acompañados y que Dios alguna vez nos permita ver más allá del dolor, que toda su familia sepa que mi hermano no es un delincuente, es un esquizofrénico y que aquí tendrán el resto de su vida un hermano con ganas de compartir e intentar encontrar una explicación ante tanto sufrimiento”.
Santiago contó a este medio que trataron de acercarse a la familia de Mariela. “Lo intentamos, pero dijeron que no estaban preparados. Obvio que siempre entendimos cualquier postura que tengan. Es tan triste la situación, tan fuerte. Con el tiempo el mismo proceso nos fue alejando, la fiscalía negando la enfermedad de mi hermano, hablando de un frío asesino calculador en todos los medios, mi hermano en la cárcel descompensándose y deteriorándose. Esperamos algún día poder llegar de la manera correcta a ellos”, sostuvo.
La familia de la víctima fatal se mostró conforme con la sentencia, luego de que se conociera el fallo condenatorio.
Gerónimo está detenido en el penal de Villa Urquiza. “En el penal, nos hemos topado con personas muy buenas y que al ver su situación tuvieron empatía y manejaron la situación lo mejor que podían. Pero una persona como él con intentos de suicidios previos, encerrado en una celda, 23 horas del día con su enfermedad, no puede estar ahí”. Por eso, apelarán la sentencia.
NG / MCP