La Argentina asume este miércoles 16 la presidencia pro-tempore del Mercosur con una nueva cumbre virtual en la que el mandatario uruguayo Luis Lacalle Pou le entregará la posta a Alberto Fernández. A lo largo del primer semestre de 2021, la agenda que impulsará el gobierno del Frente de Todos girará en torno a dos grandes ejes: en lo político, la incorporación de Bolivia como miembro pleno al bloque; en lo económico, el relanzamiento del Foro Empresarial como articulador de la integración en la región.
Para el primer desafío, el visto bueno lo tiene el Senado brasileño. Si bien el bolsonarismo no controla al Legislativo —aunque ha aprendido a negociar con mayor y menor éxito con su centro de gravedad, el Centrão—, la primera bilateral entre los jefes de Estado hace unas semanas dejó una medida expectativa en cuanto a soñar, por fin, con una convivencia pragmática. Muy lejos de aquella mirada política en común con Brasil, en el renacimiento del Mercosur en los 2000s, la Argentina busca hoy construir una relación estable basada en el interés común –el comercio– y omitiendo los puntos de desencuentro, lo que nunca es fácil con una fuerza tan pasional en el Planalto.
En los próximos días, arribará a Buenos Aires el nuevo embajador brasileño Reinaldo José de Almeida Salgado, un experto en temas regionales y del Mercosur que ya se había desempeñado en la misión local como ministro consejero, entre 2010 y 2012. Además de manejar temas comerciales, también se ocupó del capítulo ambientalista y el energético en Brasilia, dos de los tópicos sobre los que dialogaron los presidentes y que se imponen en la agenda global, en particular con el cambio de gobierno en Washington.
Siguiendo la línea de trabajo de la Cancillería este año para fortalecer los vínculos con el sector privado, la apuesta será ahora trasladar esa impronta al seno del bloque, poniendo en valor el Foro Empresarial para darle voz al empresariado en el debate sobre cómo se plantea la integración. “Que no sea solo un acto, que tenga continuidad”, aseguran desde el ministerio. Desde el miércoles pasado, ya arrancaron los contactos técnicos y políticos preparatorios de cara al traspaso, y en las próximas semanas la Argentina propondrá formalmente el relanzamiento del foro al resto de los socios.
Hay también razones políticas detrás de este fortalecimiento del sector privado en el Mercosur. A falta de una mirada en común sobre el bloque con los brasileños, la Argentina ve en el empresariado vecino un interlocutor mucho más alineado con su propia perspectiva. Ya en el debate respecto a acelerar o no el acuerdo con Corea del Sur, la Confederación Nacional de la Industria de Brasil había expresado la misma preocupación que el gobierno del Frente de Todos sobre cuánto se cedía y se ganaba en el tratado de libre comercio con Seúl.
Esta semana, la participación virtual de Fernández en el almuerzo que Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales, el embajador Daniel Scioli y el gobernador tucumano, Juan Manzur, mantuvieron con la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) no fue casual. Como tampoco que invitara a una próxima cumbre empresarial de las dos naciones. En el Gobierno entienden que la única manera de mejorar la competitividad sistémica del conjunto es avanzando en la integración a través de hechos concretos, como la transferencia de tecnología, y para ello el sector privado no solo es un actor indispensable sino uno que puede empujar a las autoridades en la misma dirección.
Oportunidades industriales
Con un esquema similar al de las oportunidades agroindustriales, esta semana la Cancillería presentó su estudio “Mercados Industriales. Relevamiento de demanda 2020” donde se identificaron 82 mercados externos y 280 productos con potencial para explorar negocios concretos. El 31% de los productos señalados corresponden a mercados de la región americana; el 29% se vincula a mercados europeos y el 21% a destinos asiáticos. Le siguen en relevancia los mercados africanos (14%) y de Medio Oriente (6%). En términos de productos, el 33% relevado corresponde a la industria química y conexa, seguidos de maquinaria agrícola con el 14% y equipos médicos están en tercero con el casi el 9%.
