POLITICA
Decimo aniversario del fallecimiento

Como fue el día en el que murió Nestor Kirchner

Las últimas horas ex Presidente. Como fueron, quienes lo acompañaron y cual era su estado de salud.

Néstor Kirchner
Néstor Kirchner | Cedoc

El 27 de octubre de 2010, mientras se desarrollaba un censo nacional, Néstor Carlos Kirchner fallecía en Calafate , en su Santa Cruz Natal, provincia que gobernó entre el 10 de diciembre de 1991 y el 24 de mayo de 2003. 

A las 9:30 horas, María Inés Ilhero, dueña de una funeraria en Río Gallegos desde hacía más de setenta años, recibió una llamada urgente desde Calafate que solicitaba un cajón presidencial. Uno de madera de cedro con herrajes de bronce. Quince minutos después, una ambulancia que transportaba el cajón partió hacia El Calafate.

 

“Estaba recostado en la cama con un pijama celeste. El médico presidencial le hacía masajes cardíacos pero el aparato que registra la actividad cardíaca no daba señales. Le levanté los párpados, miré las pupilas: tenía midriasis total bilateral. Así supe que ya estaba muerto", contó varios años después el Dr. Claudio Cirille, el médico de guardia que llegó en la ambulancia para atender a Kirchner luego de que le diera un ataque.  

 Le levanté los párpados, miré las pupilas: tenía midriasis total bilateral. Así supe que ya estaba muerto". Dr. Claudio Cirille, médico de guardia que llegó en la ambulancia para atender a Kirchner.

A pesar de que Kirchner ya había fallecido, y con la esperanza de revertir el cuadro, los médicos decidieron llevarlo al Hospital Formenti, a tres cuadras de donde se encontraban. El cuadro era irreversible. En un auto iban los médicos con el cuerpo, en el otro Cristina con su secretario y su custodia. 

Kirchner ya había sufrido varios problemas de salud a causa de dos obstrucciones arteriales ocho meses antes de su muerte. El 11 de septiembre se había practicado una angioplastia por obstrucción de la arteria coronaria. 

Cuando llegó al hospital, Cristina Kirchner entró en la habitación contra todo protocolo y se quedó, tomando de los pies el cuerpo de su esposo. A Kirchner lo intubaron, le pusieron suero, le aplicaron tres veces el desfibrilador y le hicieron masajes cardíacos, esperando alguna señal de reanimación. Antes del último intento, Cristina preguntó si no se podía hacer algo más: al cuerpo se le aplicó una última inyección de adrenalina antes de confirmar la defunción. 

Según la parte oficial, la causa de la muerte solía ser “cardiopulmonar en el traumático, que no respondía a maniobras de reanimación básicas y avanzadas”.

 

Entre la llegada de la ambulancia a la casa de Cristina Fernández, a las 7.55, y las 9.10 de la mañana, hora que detalla el certificado de defunción de Kirchner, se habían sucedido varios intentos desesperados por revertir lo irreversible. 

Según el certificado, firmado por el médico Renato Lestard, el cuerpo de Kirchner no presentaba signos de violencia. Sin embargo, la autopsia no se realizó, ya que el artículo 264 del Código Procesal Penal de la Nación establece que la autopsia es obligatoria "en todo caso de muerte violenta o sospecha de criminalidad". Ese detalle desató en su momento varias hipótesis sobre su muerte.

De acuerdo a lo que contó Ceferino Reato, días antes de su muerte Kirchner pronunció la siguiente frase: “el próximo presidente soy yo, salvo que me muera antes”.