POLITICA
aval al endeudamiento

Congreso: debate contrarreloj sin margen de error

El oficialismo diseña la estrategia parlamentaria con eje en la Bicameral de Deuda mientras sigue trabajando en la búsqueda de consensos internos. Los preparativos del 1º de marzo y las perspectivas sobre el discurso presidencial.

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Protagonistas. Mayans dialoga con la oposición. Martín Guzmán prometió ir al Congreso. | cedoc

El inminente cierre de las negociaciones para alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo prácticamente paralizado el Congreso durante la última semana, aunque prometen que en los próximos días volverá a entrar en ritmo.

La incógnita por estas horas tiene que ver por dónde se dará ingreso al proyecto y, en principio, hay una intención del oficialismo de que el debate comience en Diputados. En rigor, el mayor interés de que el tema se trate allí partió desde el Senado, donde el oficialismo tiene los números más complicados para lograr la media sanción y se dejó entrever la idea de que arranque por la Cámara baja.

En el Senado, el FdT tiene los números muy justos y prefiere no iniciar el debate

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El jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, anticipó algunos condicionamientos al acompañamiento del proyecto, que a su vez parten de las disidencias internas que tiene la bancada cuya última autoridad es la vicepresidenta Cristina Kirchner. Precisamente, el formoseño es también titular de la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Deuda Externa, por donde comenzaría la discusión parlamentaria.

Ante el achicamiento de los plazos para tratar el proyecto, con el 22 de marzo como fecha límite, y la voluntad de no duplicar las discusiones en ambas cámaras, se trabaja con esa alternativa con la exposición del ministro de Economía Martín Guzmán y su equipo como actividad central. Si se avanza con esa opción, estaría garantizado el dictamen ya que tiene 12 integrantes, de los cuales solo tres son referentes de la oposición: Federico Angelini del PRO, el radical Martín Lousteau y Ricardo Buryaile, de la UCR de Formosa.

En paralelo, en ambas cámaras ya dan prácticamente por fracasada la posibilidad de una sesión antes de la finalización del período de extraordinarias, que vence el 28 de febrero. Tanto en el Senado como en Diputados la única comisión que se conformó fue la de Presupuesto y Hacienda para las discusiones económicas que tuvieron lugar a finales de diciembre y no hubo mayores avances para conformar el resto de las comisiones.

“La oposición no nos está haciendo fácil sesionar”, comentó el diputado massista Carlos Selva, quien explicó que “a nosotros nos cuesta muchísimo saber con quién tenemos que hablar, y esto no es una chicana, es una realidad. Estamos esperando que nos digan con quién tenemos que hablar, no con cinco, no con ocho, para ver de qué manera sesionamos”. El reproche tiene que ver con que Juntos por el Cambio todavía no definió quién será el titular de su interbloque y tampoco tiene a la vista una definición en el corto plazo, mientras los radicales terminan de decidir si continuarán con la estructura doble del bloque orgánico y la opción de Evolución.

El temario de extraordinarias tiene 18 proyectos, varios de los cuales tienen acuerdo mayoritario para discusión en el recinto. No obstante, aclaran que por ahora no está en análisis la posibilidad de forzar una sesión para tratar esos asuntos sobre tablas, sin necesidad de apelar al paso por comisiones y su consecuente dictamen.

La apertura del año. El próximo 1º de marzo el presidente Alberto Fernández abrirá las sesiones ordinarias del Congreso con un discurso que marcará los principales lineamientos para el año parlamentario, con el acuerdo con el Fondo como eje central. La organización está a cargo del Senado, aunque ya hubo reuniones logísticas entre las autoridades de ambas cámaras para diagramar el evento.

A diferencia de 2021, en esta oportunidad habrá restricciones mínimas a raíz de la pandemia y se utilizará todo el recinto para seguir el discurso del Presidente, tanto desde las bancas como desde las galerías, que estarán habilitadas en su totalidad.

 

Negociación trabada por la conformación de las comisiones

“La culpa es del otro”. Así se puede resumir la disputa por el reparto de las comisiones en ambas cámaras del Congreso. A tres semanas del inicio de las sesiones extraordinarias, no se pudo conformar ninguna de las comisiones necesarias para avanzar con el tratamiento de los temas que el presidente Alberto Fernández puso en agenda, y es por eso que una sesión antes del 28 de febrero parece impracticable.

En el Senado, el oficialismo llamó a una reunión a las autoridades del interbloque de Juntos por el Cambio para intentar ponerse de acuerdo. El jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, había dado a entender que no quería ceder la presidencia de ninguna comisión, pero la orden de Cristina Kirchner fue en contrario y los convocó a negociar.

Desde la oposición aclararon que no estaban dispuestos a resignar la presidencia de algunas comisiones (ninguna de las claves) y que incluso pretendían sumar mayor representación a partir del resultado electoral de noviembre pasado. Juntos por el Cambio encabezó hasta diciembre las comisiones de Seguridad Interior, Población, Sistemas y Medios de Comunicación y Ambiente, que figuran entre las que mantendría en el nuevo período, si bien aspiran a quedarse con Salud, que alguna vez estuvo a cargo del radical Mario Fiad pero que ahora sería para el tucumano Pablo Yedlin.

El primer paso fue una promesa de parte del oficialismo de presentar una propuesta con el reparto de presidencias de comisiones y de integración en general, que debería llegar antes del 24 de febrero, cuando se realizará la sesión preparatoria en la Cámara alta.

En Diputados, en cambio, la cosa está en veremos. El presidente de la Cámara, Sergio Massa, amagó en varias oportunidades con una convocatoria a las fuerzas de oposición para encarar el reparto, pero nunca sucedió. En el oficialismo dicen que Juntos por el Cambio no les envió los nombres de quiénes son los aspirantes a integrar cada una de las comisiones, pero en la vereda de enfrente razonan cómo van a mandar la lista de diputados para cada comisión si todavía no saben cómo va a ser el reparto global. “Otras fuerzas, como el Interbloque Federal, ya nos mandaron sus postulantes, pero Juntos por el Cambio todavía no”, chicanean desde el Frente de Todos. El mayor interbloque opositor está conformado por diez bloques y monobloques, lo que dificulta el reparto pese a que hay reglas claras a partir del sistema D’Hont, que permitió evitar inconvenientes en la distribución de los lugares en Presupuesto y Hacienda, la única que está conformada por el momento.

En principio, el criterio interno sería respetar a quienes encabezaban o integraban una comisión y que aún tienen dos años de mandato, y repartir los lugares vacantes entre los recién ingresados.