POLITICA
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Ginés González García: "Es una carrera larga, primero que nada hay que estar vivos para correrla"

El Ministro de Salud habló sobre cómo impacta el coronavirus en los sectores más vulnerables. "Es esencial el rol del Estado", aseguró.

ENTREVISTA GINÉS GONZALEZ GARCÍA / FONTEVECCHIA
Jorge Fontevecchia entrevista al Ministro de Salud Ginés Gonzalez García | NESTOR GRASSI

El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, participó de Periodismo Puro, el ciclo de reportajes que conduce Jorge Fontevecchia, donde habló de la lucha contra la pandemia de coronavirus en el país, y cómo impacta el covid-19 en los barrios populares más vulnerables, en los que el Gobierno busca controlar los contagios.

"Es esencial el rol del Estado, cómo redistribuye en beneficio social, en cobertura, en salud, en educación (...) Nosotros hemos hecho una cobertura y una protección de todos los sistemas, dentro de lo mal que está el Gobierno y lo mal que está la economía, y de todas las personas y las industrias que tienen distinto tipo de vulnerabilidad muy fuerte", explicó el funcionario nacional.

En esa línea, González García recalcó que "es una carrera larga", pero aclaró: "Hay que correrla pero primero que nada estar vivos para poder correrla". Para el jefe de la cartera de Salud, además, la asistencia del Estado para combatir el coronavirus, "permitió que hubiera sobrevida", y sin eso las consecuencias habrían sido más graves tanto sobre la salud como también sobre la economía.

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—Volviendo a los costos de la pobreza en salud pública, ¿qué significa pasar del 30% de pobres al 50%, como te tocó a vos en 2002?

—Cualquier indicador que uno mire, como el de enfermedades o de esperanza de vida, siempre tiene más impacto en los pobres. Allí no solo incide la pobreza, sino que también juega la distribución del ingreso. Hay países pobres pero que tienen mejor distribución del ingreso, tienen un mejor índice Gini, y la verdad es que tiene mucho menos impacto. Es el ejemplo de algunos estados de la India. Es un país pobre en general, es un país tan enorme que tiene todas las capacidades y todas las variedades, con 22 idiomas oficiales. Pero hay estados que tienen una mucho mejor salud colectiva general que estados vecinos que, a lo mejor, son más ricos en PBI pero que no tienen la misma distribución. La cuestión de la distribución del ingreso es tan fuerte como la pobreza. Por supuesto, si la pobreza es muy extrema la crisis se complica mucho.

—¿A quien sostenga que va a haber tantos muertos por pobreza agregada como por coronavirus le contestarías que puede no ser así según la inversión que se haga en la salud pública y la distribución de los recursos en la base?

—Para cambiar la historia, primero hay que estar vivo. Primero, evitemos las muertes y después tratemos que no les vaya mal.

—¿O sea que puede se modificar a futuro: podría aumentar la pobreza y no tener un correlato de mortalidad?

—Tiene mucho que ver con la distribución. Con la distribución y el rol del Estado. Por ejemplo, todos los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) tienen una distribución de ingresos, un índice Gini, de 46. Me acuerdo de Chile porque Chile tenía 48, muy parecido, pero post impuestos. En Europa, baja a 31, y Chile queda en 47. ¿Está claro lo que digo? Es esencial el rol del Estado, cómo redistribuye en beneficio social, en cobertura, en salud, en educación. En esto Europa siempre es muy importante y Argentina reaccionó muy fuerte también. Nosotros hemos hecho una cobertura y una protección de todos los sistemas, dentro de lo mal que está el Gobierno y lo mal que está la economía, y de todas las personas y las industrias que tienen distinto tipo de vulnerabilidad muy fuerte. Eso permitió que hubiera sobrevida, esta es la verdad. Si no, hoy hubieran salvado cualquier cantidad de industrias, de la misma manera que hubieran tenido consecuencias graves sobre la salud o más graves hubiéramos tenido también sobre la economía. Es una carrera larga. Hay que correrla pero primero que nada, estar vivos para poder correrla.

—Si la vacuna tardara un año en masificarse por los problemas de fabricación y patentes, habría que cruzar 2020 y el invierno de 2021 probablemente sin vacuna. Obviamente, la sociedad no puede soportar hasta fin del año próximo produciendo poco y de cuarentena. ¿Qué terapias imaginás que podrán ser las más eficaces?

—Estamos en el grupo solidaridad, de cuatro alternativas terapéuticas que están probándose, tenemos varias que son propias, que están también registradas y con toda la normativa, como las que ya te mencioné. La Argentina tiene experiencia en este sentido. Es el caso de la fiebre hemorrágica. El Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Dr. Julio I. Maiztegui logró, después de un cierto tiempo, hacer la vacuna. La única vacuna para la fiebre hemorrágica la hizo Argentina, porque no era una enfermedad que preocupara en otros lados. Y antes de eso, aplicó la misma estrategia de hoy con el suero para que no fueran tan duras las consecuencias. Creo que va a haber una terapia para los casos graves. También contamos hoy con nuevas estructuras: respiradores y todo eso. Seguramente va a haber mejores alternativas en un futuro.

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—¿La tasa de mortalidad de pacientes con tratamiento hospitalario será de las menores del mundo?

—No me animaría a decir eso. Va a ser baja, pero no me animaría a decir eso. Porque no solo depende de eso. Depende de cuántos casos buscás. Si hacés un rastreo muy masivo, toda tasa sube o baja el denominador. Hay muchos casos leves o asintomáticos.

—Pero la diferencia entre el norte de Italia y Alemania, ambas zonas muy ricas, estaba en la cantidad de respiradores y de camas de terapia intensiva. La medicina alemana podía dar respuesta a los casos graves totales mientras que la italiana no. Por lo que entiendo, la cantidad de camas que se han agregado con terapia intensiva haría suponer que Argentina podría atacar con un éxito más parecido al alemán que al italiano.

—Es lo que intentamos. Pero en Italia, por ejemplo, hubo un impacto mucho menor en el sur que en el norte. En el sur hay más pobres. También tiene que ver dónde se da la enfermedad. Hay que estar atentos a lo que está pasando ahora con los barrios vulnerables.

—La franja etaria afectada en el norte era más alta.

—Sí. Pero en el sur tampoco es que sean todos pibes, son un poco menos grandes.

—La gente más pobre desgraciadamente tiene una longevidad menor.

—Sí. Pero la estructura etaria italiana es muy envejecida. No me animo a decirte tan contundentemente. Porque también a los alemanes últimamente se les empezó a cambiar bastante el asunto de esto. Lo que sí es cierto es que cuentan con una disponibilidad de recursos enorme. Y están pensando en Europa por qué algunos sistemas como el español o como el italiano dejaron de tener inversión en salud. Los alemanes tienen un liderazgo ideológico en lo referido al Estado de bienestar. Por eso, también pueden atender a los belgas y a los franceses. Volviendo a la pregunta central, creo que se va a salir con una idea mucho más fuerte de la salud pública, de la salud como concepto comunitario, como concepto global. No la salud de mercado.

—No solo en Argentina.

—Hace unos años me sorprendió mucho el departamento que controla las enfermedades transmisibles en Estados Unidos, el CDC (Centers for Disease Control and Prevention), no depende del Ministerio de Salud, sino del de Defensa. Se lo toma como un tema de seguridad nacional. Pero no podemos avanzar en un mundo que cada vez tiene más tecnología y resuelve los problemas de la célula pero no resuelve el problema de las sociedades, por distribución o por acceso.

Ginés González García: "Siempre intenté poner la salud dentro de la agenda política en mi país" 

—En Corea del Sur, el Korea Centers for Disease Control and Prevention, el KCDC, es un organismo autónomo del Poder Ejecutivo.

—No sabía. En cuanto al vínculo con seguridad, va a volver un miedo al riesgo global, pero ahora junto a un cuidado global. Va a haber un interés global de que algunas cosas no sucedan. Siempre intenté poner la salud dentro de la agenda política en mi país. No me voy a hacer la víctima, pero fácil no me fue. De hecho, los presupuestos de salud se vienen cayendo desde hace años. Este espacio en el que hacemos la entrevista fue degradado a secretaría de Estado y en la degradación no tenía insumos, no tenía vacunas. Son cosas que pasaban hace apenas unos meses y logramos cambiar. Pero igual veías en las encuestas y la salud aparecía ahí abajo en las encuestas políticas. Eso creo que va a cambiar: se valorará la idea de tener un sistema de salud, de tener seguridad en salud, de tener un sistema de cobertura colectivo que transmita y distribuya equidad entre todos. Ese es mi compromiso para lo que venga. En este sentido, me parece también un cambio, tanto en la agenda mundial como en la de nuestro país.

La entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Ginés González García