La escena parece repetirse varias veces por año: Cristina Fernández de Kirchner recibe un fallo adverso en alguna de las numerosas causas judiciales que acumula en su contra (sea "Cuadernos de las coimas", "Dólar futuro" o "Memorándum con Irán", entre otras), y se confirma el pedido de prisión preventiva. Sin embargo, la expresidenta cumplió tres años fuera de Casa Rosada sin haber pasado un día en prisión por ninguno de esos expedientes. La pregunta inevitable se reitera: ¿Qué tiene que pasar para que CFK vaya a prisión?
En principio, lo que mantiene a la senadora nacional en libertad es precisamente su condición de legisladora y, en consecuencia, sus fueros parlamentarios. Diseñada originalmente para proteger la libertad de expresión de los legisladores, la inmunidad parlamentaria en Argentina está regulada por los artículos 68 a 70 de la Constitución Nacional. Este último establece que los diputados y senadores no pueden ser arrestados "excepto el caso de ser sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen que merezca pena de muerte, infamante, u otra aflictiva".
La Ley 25.320, llamada "Ley de Fueros" y votada en el año 2000, permite que el Poder Judicial avance en sus investigaciones, que el legislador en cuestión sea llamado a indagatoria y hasta que se allanen sus viviendas, como ocurrió en el caso de la dirigente de Unidad Ciudadana en agosto pasado.
Confirman a Cristina Kirchner como jefa de la asociación ilícita y excarcelan a ocho detenidos
Cada cuerpo legislativo tiene la atribución de retirarle los fueros a un legislador. En el caso del Senado, para hacerlo se requieren dos tercios de los votos, es decir 48 si estuviesen presentes los 72 miembros de la cámara. En este punto entra en acción la siguiente protección de Cristina: Cambiemos solo tiene 25 bancas, mientras que Argentina Federal posee 22. Pero, a pesar de las largas batallas discursivas contra la expresidenta el bloque encabezado por Miguel Ángel Pichetto se opone al desafuero. La postura se conoce como "doctrina Menem" y rechaza la medida en tanto no haya sentencia firme de parte de la Corte Suprema, instancia judicial de la cual CFK aún está lejos.
Los procesos, no obstante, siguen avanzando: la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones confirmó este jueves el procesamiento con prisión preventiva de Cristina en "cuadernos de las coimas". Los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi ratificaron la decisión del Claudio Bonadio, quien en septiembre pasado la consideró jefa de una asociación ilícita vinculada a la obra pública.
En ese entonces, el magistrado había pedido el desafuero de la expresidenta al Senado, pero las sesiones que convocó el oficialismo en septiembre y noviembre cayeron por falta de quórum. Bonadio había supeditado un nuevo pedido de desafuero a la decisión de la Cámara Federal que tuvo lugar este jueves. Si la situación política sigue igual, no obstante, todo indica que cualquier nuevo intento fracasará en el Congreso. Salvo que los tiempos judiciales se aceleren de forma abrupta, sería necesaria una —difícil— mayoría de Cambiemos en el Senado para conseguir la expulsión de la expresidenta. Pero la política argentina es tan imprevisible que para cuando eso suceda (si es que sucede), Cristina podría estar de nuevo en el Sillón de Rivadavia.
C.D./F.F.