A una semana de las elecciones, la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (Apsen), el gremio que nuclea a los diplomáticos, se reunió con representantes de cuatro de los seis candidatos a presidente, a excepción del Frente de Izquierda y Consenso Federal. A todos les manifestaron la misma urgencia de cambios en la Cancillería para recuperar sus funciones comerciales, volver su estructura más eficiente y ser más paritaria en materia de género, acorde a los tiempos.
Sin lugar a dudas, la mayor preocupación pasa por la desinteligencia que muchos diplomáticos en el exterior describen en materia de apertura de mercados producto de la descentralización de las funciones comerciales del ministerio en la cartera de Producción y Trabajo y la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional. Como consecuencia, se despojó a la Cancillería de uno de sus principales roles para el cual tiene montada toda una estructura operativa a través de las embajadas y los consulados.
En paralelo, el achicamiento de la estructura del Estado dispuesto por el Gobierno en aras de ahorrar recursos resultó en la unificación de direcciones regionales, como las de Africa y Medio Oriente, así como la fusión de las dos dependencias que atendían a los cincuenta países del continente europeo en solo una. Pero, a su vez, también la Dirección de la Mujer se redujo a una unidad. A entender de los diplomáticos, no solo no hubo un ahorro significativo en personal sino que se brindó un mensaje discordante con el clima social que demanda empoderamiento e igualdad.
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Luego que el canciller Jorge Faurie se presentó ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y aludió a la paridad de género en la carrera diplomática, en mayo de este año, la Apsen le respondió con datos concretos: solo 13 de los 91 embajadores y representantes ante organismos eran mujeres (y dos de ellas, políticas, no de carrera); apenas 12 de los 63 consulados y centros de promoción comercial estaban en manos femeninas y no había mujer a cargo de las secretarias del ministerio. Tampoco hubo más de una mujer en los dos últimos mandatos de la junta calificadora que evalúa y propone ascensos.
Asimismo, entienden que se desatendieron el grueso de las propuestas contenidas en el Plan de Acción para la Igualdad de Oportunidades para el período 2017-2019 que surgió del diagnóstico elaborado por el Punto Focal a pedido de la ex canciller Susana Malcorra. Incluso, en 2019 se retrocedió en el número de mujeres que ingresaron a la carrera en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (Isen): de una relativa paridad en 2017 y 2018 –en el marco de una poda drástica de cupos de un promedio de 50 a solo 25–, este año apenas cinco mujeres se incorporaron contra 17 hombres de la misma camada de futuros diplomáticos.
