Como viene sucediendo en los últimos tiempos, el sindicalismo entregará una imagen fraccionada en la Plaza de Mayo el próximo 25, con Cristina Kirchner a la cabeza de un acto: aquellos dirigentes gremiales alineados al kirchnerismo prometen presencia, mostrando músculo. Mientras que los gordos e independientes de la CGT se dividen entre el silencio y el rechazo a escuchar a la titular del Senado.
En la última semana, en la sede de Smata, gremio que tiene a Ricardo Pignanelli y a Mario Manrique a la cabeza, lograron confluir funcionarios y dirigentes gremiales que todavía apuestan a que la titular del Senado revierta su decisión y confirme una candidatura presidencial. En esa nómina, se inscriben Hugo Yasky; el jefe de ATE Capital, Daniel Catalano, y el titular del Sindicato de Canillitas, Omar Plaini, entre otros. Líneas del moyanismo también estarán.
Por el lado del grueso de la central obrera todavía perdura el malestar con la vicepresidenta, por su frase sobre el rol que tuvo durante la gestión de Mauricio Macri, y a días de la actividad ningún cuadro de peso dio señales sobre un arribo al centro porteño este jueves. Solo Andrés Rodríguez, secretario adjunto del colectivo de la calle Azopardo, la figura de UPCN, mencionó que la CGT no participará y sostuvo que se debe respetar la voluntad de la exmandataria en relación a su futuro electoral.
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