POLITICA
OPINION

El efectivo ejército de humo de los trolls

Ciber delitos
La difusión de imágenes íntimas, o suplantación de la identidad podrán ser denunciadas en la Ciudad. | Unsplash

Originariamente un troll era un personaje mitológico escandinavo, que atemorizaba a un público ávido de historias que se contaban mediante el relato boca a boca en reuniones en torno al fogón, en la oscuridad de la noche. La comunidad se reunía a socializar sus experiencias en torno al fuego y sus relatores generaban fantasías y temores, odios y esperanzas mientras hablaban de monstruos míticos.

Actualmente la denominación de troll, la aplicamos a ciertos personajes que pululan en nuestras Redes Sociales y Servicios de Mensajería de Internet, transmitiendo sus relatos falsos generando terror social, mediante noticias falsas o despertando el amor o el odio hacia determinadas figuras públicas, con distintos objetivos, desde un perverso sentido de la diversión, imponer una moda, promover un consumo, procurar la elección de un candidato político o el rechazo de otro.

Los trolls actuales no se reúnen en torno al fuego, pero pueden encender debates apasionados, haciendo interactuar sus diversas personalidades falsas, que opinan, se apoyan entre sí y meten ruido en las redes sociales procurando generar tendencia. Las múltiples personalidades falsas de un troll son seguidas entre sí, por innumerables personalidades de otros trolls y por personas reales bien intencionadas del público, quienes sin dudar creen y reproducen sus comentarios absolutamente falsos.

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Se sabe que ciertas personas vinculadas a la política emplean grupos de trolls profesionales, para afirmar a sus candidatos y atacar a los contrarios, como así también a periodistas y pensadores de la cultura que opinan diferente o se oponen a sus objetivos, incluso atacan hasta personalidades del deporte y de la música sin más motivo que lesionar su adhesión popular.

Resulta muy fácil generar un grupo de miles de personalidades falsas interactuando entre sí, generando tendencias de opinión. Los trolls profesionales cuentan en sus mal denominados “call centers” con toda la tecnología necesaria, que incluye metodologías de conexión a Internet que le permiten operar desde un sinnúmero de direcciones IP, lo que les permite por ejemplo participar con diversos comentarios en las Páginas Web de los Medios de Comunicación, e incluso torcer las votaciones que estos promueven.

Tenemos tendencia a creer lo que vemos, aunque sea en una Red Social o en una cadena de Tweets. No es nuevo, Manuel Belgrano retrasó el avance de las tropas realistas de Pio Tristán disfrazando de soldados y gauchos a los cardones de Jujuy. Los trolls no cuentan con la nobleza de la estrategia militar que permitió el éxodo jujeño. Lo que ellos buscan es impedir el trabajo serio de personas reales comprometidas con la verdad, agredir a gente honesta y talentosa para que los puestos de relevancia sean ocupados por aquellos inescrupulosos que pagan sus servicios, perturbar el clima social y hacer morir la verdad para que reine la pos verdad, en buen romance… La Mentira.

 

* Perito Informático Forense. Especialista en Cibercrimen

@MarceloTorok