POLITICA
Gestiones de Peña y Faurie

El Gobierno busca un acercamiento con la Iglesia pero las diferencias persisten

A pesar de los encuentros, reuniones y gestos oficiales, los obispos aún muestran diferencias en temas sociales y sobre la reforma del Código Penal, entre otras cuestiones.

El nuncio Badikebele junto al canciller Jorge Faurie
El nuncio Badikebele se reunió la semana pasada con el canciller Jorge Faurie | Cancillería

El Gobierno prodigó en los últimos tiempos gestos de acercamiento a la Iglesia y remarcó las áreas de diálogo que abrió con las autoridades del culto más importante del país. Además, busca generar nuevas instancias de colaboración y pronto podría haber novedades. Sin embargo, existen aún numerosas diferencias y cada una de las partes parece perfilar una idea distinta del “diálogo” como trasfondo de un vínculo que no ha estado exento de roces.  

El jueves pasado, Marcos Peña se reunió, acompañado por el secretario de Culto, Alfredo Abriani, con la conducción de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), encabezada por su presidente, Oscar Ojea, en compañía de Mario Aurelio Poli (vicepresidente) y Marcelo Colombo (secretario). Más tarde, el canciller Jorge Faurie compartió un almuerzo con el nuncio León Kalenga Badikebele acompañado de Abriani, un funcionario muy cercano a Peña que comandó las negociaciones para la reforma del sistema de sostenimiento del culto católico. Los gestos no son nuevos y marcan una intención de mejorar el vínculo con la Iglesia y Fancisco en el año electoral. En Febrero, el secretario de Derechos Humanos Caludio Avruj había llevado una delegación de colectividades y consiguió un saludo de Francisco. En marzo, todos los funiconarios de primera línea se ocuparon de enviar sus saludo al pontífice por su sexto aniversario en el trono de San Pedro.

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Según remarcaron las voces del Gobierno tras las reuniones de la semana pasada, de las que no se difundieron imágenes, el tipo de trabajo conjunto que persiguen se basa en el diálogo sobre temas concretos y orientado a resultados puntuales. Existen varios ejemplos, destacan: la intervención de la Pastoral Social en las negociaciones entre los movimientos sociales y Desarrollo Social o la colaboración con la Sedronar para la lucha contra la drogadependencia, que Peña prometió potenciar con un refuerzo presupuestario.

Este modelo de diálogo es valorado en la Iglesia, pero no parece ajustarse a lo que aspiran algunos obispos y otros actores sociales. Por otro lado, persisten una serie de diferencias relativas a la despenalización del aborto en el proyecto de Código Penal, el abordaje  de la situación social o la imputabilidad de los menores, entre otras. “La reunión fue muy cordial, pero se evitaron los temas sobre los que hay diferencias”, indicó una fuente al tanto del encuentro, realizado por pedido de la Jefatura de Gabinete.

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En la Iglesia, prosperan iniciativas que apuntan a un modelo distinto de diálogo que no parece ajustarse a las intenciones del Gobierno. Junto a actores sindicales, sociales y empresariales, la Pastoral Social que comanda el jesuita Jorge Lugones propició el lanzamiento de una  “Mesa de Diálogo por el Trabajo y la Vida Digna”. Algunos sectores del Gobierno trabajaron activamente para que no hubiera representantes de la CGT en la firma del documento en diciembre, que incluyó críticas  al “proceso de endeudamiento público”. La Mesa tendrá en los próximos días una nueva intervención pública.

En las últimas semanas, no han sido pocos los dirigentes sociales y gremiales que demandaron una intervención más vigorosa de los obispos, para generar instancias de diálogo por un camino muy distinto al de Peña. Por esta razón, la estrategia del Gobierno aparece no sólo como un acercamiento sino también como una medida preventiva, que busca destacar los canales de diálogo existentes para evitar iniciativas que puedan generar la referencia que menos gusta al oficialismo: la comparación con la crisis del 2001 y el Diálogo Argentino que ofició por entonces el Episcopado para salir de la crisis. 

AT EA