Habían pasado pocas horas desde que el presidente Mauricio Macri había anunciado que Miguel Ángel Pichetto sería su compañero de fórmula cuando un grupo de radicales se acercaron a la residencia de Olivos para discutir el armado de la campaña. El encuentro irradió una pelea muy dura entre el macrismo y la UCR por los cargos que se disputarán en octubre.
Ocurrió el miércoles a media mañana cuando el jefe de gabinete, Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio y el senador Humberto Schiavoni recibieron a un grupo de radicales encabezados por Ernesto Sanz, los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza), el dirigente Emiliano Yacobitti y María Alejandra Lordén. De la reunión participó, unos minutos, el propio Macri, justo antes de que se sacara la primera foto oficial con su compañero de fórmula en los jardines de Olivos.
Allí, tras elogiar la decisión de sumar a Pichetto, Cornejo disparó su deseo de encabezar la boleta de diputados nacionales por Mendoza con el objetivo de, si el Presidente es reelecto, presidir la Cámara Baja y reemplazar a Emilio Monzó. El argumento principal que utilizó fue que había que darle un rol institucional al radicalismo luego de que aceptara que un peronista vaya en la fórmula. Morales apoyó esa idea esbozada por el mendocino.
En ese momento, Vidal enfureció. Le dijo que había un compromiso de Macri para que el ministro de Seguridad bonaerense y primer candidato a legislador nacional por la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, sea quien presida Diputados si el oficialismo es reelecto. “Se quedan sin candidato a vicegobernador y sin gobernadora”, amenazó, visiblemente enojada. Por ello, durante la semana hubo rumores de que Daniel Salvador, el radical que ocupa la vicegobernación podía ser reemplazado por un peronista. La idea no prosperó.
En la tensa reunión, Peña intentó poner paños fríos pero reiteró que el compromiso que habían asumido con Ritondo era ocupar el cargo que deja Monzó en diciembre. De hecho, fue el jefe de Gabinete quien lo convocó, hace tres meses ya, para ofrecerle ese lugar.
Cornejo no se quedó atrás. También visiblemente fastidiado, agregó que la UCR no se iba a quedar conforme con la presidencia provisional del Senado para un “correligionario”, una de las ideas que da vueltas en la Casa Rosada. Con todo, Ritondo decidió no meterse en la pelea, por ahora. Es más: se cuida de no criticar públicamente a los radicales, en especial a Cornejo.
El mendocino viene manteniendo discusiones de alto calibre con la cúpula del macrismo, desde Peña pasando por Vidal, desde hace meses. De hecho, fue uno de los férreos impulsores de que el gobierno dé muestras de “amplitud”, un objetivo que se vio materializado en la elección de Pichetto como candidato a vicepresidente.
La idea de presidir la Cámara Baja no es nueva para los radicales: desde José Cano a Mario Negri habían estado en la danza de nombres para reemplazar a Monzó. Así las cosas en el radicalismo avizoran un “final abierto” todavía. En el macrismo creen que los compensarán con otra propuesta que no implique quebrar un acuerdo que se dio a comienzos de año.