¿Cómo puede el heredero de una fortuna y magnate de medios terminar traficando obras de arte? Esta es la duda que surge de la causa que avanza contra Matías Garfunkel en el fuero Penal Económico. Por el caso de contrabando de obras de arte el empresario está citado a indagatoria. La respuesta estaría en los problemas financieros que le han acarreado sus negocios con Venezuela que, por investigaciones internacionales, afectaron el acceso a sus cuentas bancarias.
PERFIL accedió al documento que muestra cómo Garfunkel acumuló millones en dos entidades bancarias venezolanas que estuvieron envueltas en un escándalo. Son parte de un frondoso esquema de fideicomisos que creó el empresario en Venezuela y Europa, y que, según indicaron especialistas en lavado, tiene características compatibles con esquemas financieros sospechosos.
El pasado 21 de abril, el empresario faltó por segunda vez a la citación por el caso en el que se le imputa contrabando y evasión por sacar ilegalmente del país bienes culturales. También mantiene litigios en el fuero comercial y demandas derivadas del desguace del Grupo Veintitrés. Por el momento, Garfunkel evitó volver al país y se refugia en Miami.
Según las fuentes al tanto de sus negocios que PERFIL consultó en las últimas semanas, la clave de sus actuales problemas está en sus vínculos comerciales con Ricardo Fernández Barrueco, uno de los empresarios que más creció al calor del chavismo y alcanzó una fortuna estimada en US$ 1.600 millones. Entre sus principales negocios, estaba la provisión de alimentos en supermercados estatales populares y trabajaba con proveedores argentinos. Pero en 2009, tras comprar varios bancos, el régimen chavista le expropió esas entidades bancarias, fue detenido y se le inició un proceso penal por fraude. “¿Por qué se actuó contra un empresario vinculado al gobierno?” se preguntaban en un cable secreto de la Embajada norteamericana en Caracas, el 20 de noviembre de 2009. “Es posible que finalmente hayan decidido marcar un límite” o que “Fernández Barrueco hiciera algo contra los intereses del presidente Chávez o importantes segmentos del gobierno”, especulaban en la delegación.
Días antes de la detención de Fernández Barrueco, Garfunkel mantenía millonarios fondos en dos de sus bancos: Banco Bolívar (US$ 30 millones) y Banco Canarias (US$ 115 millones). PERFIL accedió a la documentación que muestra la existencia de estos depósitos, en los días previos a la detención del venezolano.
Esta no sería la única conexión internacional que complica sus finanzas. La organización La Alameda, quien denunció los vínculos entre sectores de la ex SIDE y el Grupo Veintitrés, también está detrás de los vínculos comerciales de Garfunkel con un empresario que opera en Miami, Jean Charles Dibbs.
Desde las redes sociales, Garfunkel denunció que sus padeceres se deben a figuras cercanas al ex hombre fuerte de la SIDE, Antonio Stiuso, como Darío Richarte y Javier Fernández. Sorprende la acusación porque el propio Garfunkel había aceptado que el Grupo Veintitrés tuviera como CEO a un hombre íntimamente ligado con la SIDE, Juan José Galea (hoy director de finanzas de la AFI). Tal vez el empresario tuvo el mismo problema que Fernández Barrueco, pasó de ser amigo y beneficiario del poder, a ser su chivo expiatorio.