Nuestra historia, a veces, parece que les hubiera pasado a otros. Esta comenzó el 3 de octubre de 2003, cuando vecinos de la ribera argentina del río Uruguay denuncian la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos, frente a Gualeguaychú. El 2 de marzo de 2004, el gobierno uruguayo se compromete ante el argentino a controlar la instalación y el funcionamiento de la planta. El 15 de febrero de 2005 Tabaré Vázquez autoriza el comienzo de las obras.
En junio, la Argentina se queja ante el Banco Mundial por haberle otorgado financiamiento. El 19 de diciembre de 2005 la Corporación Financiera Internacional divulga un informe en el que afirma que no habrá efectos ambientales negativos para Argentina. El 3 de enero de 2006 los ambientalistas bloquean el puente hacia Fray Bentos y otros dos pasos fronterizos durante 45 días. El 4 de mayo de 2006 Argentina demanda a Uruguay ante la Corte de La Haya.
El 12 de mayo, la Reina del Carnaval de Gualeguaychú irrumpe en bikini en la foto de la Cuarta Cumbre de Presidentes de la Unión Europea. El 4 de noviembre de 2006 Kirchner le pide al Rey de España que medie en el conflicto. Los pasos fronterizos siguen cortados. El 9 de marzo de 2007 la legislatura de Entre Ríos prohíbe la exportación de madera a Uruguay. El 30 de abril de 2007 se reúnen 130 mil personas en Gualeguaychú para marchar contra Botnia. El 8 de noviembre Tabaré Vázquez habilita Botnia.
El 27 de abril de 2008 es la cuarta marcha multitudinaria contra la papelera. El 14 de septiembre de 2009 Argentina dice en La Haya que Uruguay pone en riesgo el río limítrofe. El 20 de abril de 2010 la Corte Internacional falla que las pruebas sobre supuesta contaminación aportadas por Argentina no son contundentes.
Y así hasta ayer, cuando en la televisión uruguaya Tabaré Vázquez, en busca de su reelección, confiesa que consideró la hipótesis de una guerra entre los dos países. “Bueno, podemos hacer una lucha de guerrilla”, dijo Tabaré que le dijeron los tres comandantes en jefe.
Un final surrealista para una historia que, claro, nunca nos pasó.
* Columnista de Libre