Sin anuncios ni actos, una serie de movimientos políticos del moyanismo marcaron en los últimos días la vuelta a la contienda electoral de uno de los sectores más importantes del sindicalismo argentino. Hugo Moyano forjó un acuerdo para el territorio bonaerense con Sergio Massa, donde el camionero aportará tropa para la campaña y la fiscalización, y a cambio obtendrá lugares en las listas de concejales, legisladores provinciales y nacionales de la coalición que también integra el GEN, de Margarita Stolbizer.
Esto marca un distanciamiento del gobierno nacional, tras un inicio de gestión con buena sintonía. En el moyanismo, el balance es que los réditos que se podían obtener de ese vínculo ya se han agotado. La elección del Frente Renovador como aliado estratégico también muestra que el moyanismo tiene una batalla a dos frentes: con el oficialismo, pero también con el kirchnerismo. Además, muestra un creciente alineamiento entre Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, quien fue un aliado del oficialismo para pasar a una postura fuertemente opositora tras una discusión con el presidente Mauricio Macri que terminó a los gritos.
Las gestiones se habían realizado con máximo sigilo hasta que esta semana Ambito Financiero sacó a la luz una negociación que altera el tablero político del gremialismo y los equilibrios electorales en el territorio bonaerense. En 2015, Hugo Moyano había coqueteado con el massismo, pero no se alcanzó un acuerdo global y quedó su hijo Facundo como el único referente del moyanismo en ese espacio político.
El acuerdo significa una victoria del “facundismo”, que siempre pregonó el acercamiento. El diputado, reelegido en 2015, no será parte de la boleta pero la aspiración es colocar en un puesto alto a Juan Pablo Brey, secretario general de Aeronavegantes. Brey es casi un integrante de la familia Moyano y uno de los mejores amigos de Facundo. También aspiran a contar con espacios en la lista para legisladores provinciales y en algunos distritos, como Tres de Febrero, San Miguel, Azul y Vicente López.
Junto al moyanismo, llega también el apoyo de un sector importante del transporte: La Fraternidad y la Unión Tranviaria Automotor aportarán al frente. Sus titulares nacionales, Omar Maturano y Roberto Fernández, tienen un fuerte encono con la figura de Florencio Randazzo, por su gestión y, en especial, por sus embates ante los paros que impulsaron los gremios. Maturano fue incluso denunciado penalmente por una huelga contra el anterior gobierno.
Apuesta en Santa Fe. En paralelo a los movimientos bonaerenses, hay otra apuesta sindical electoral que marca la entrada de lleno del moyanismo en el juego por los cargos políticos. Juan Carlos Schmid, representante del moyanismo en el triunvirato de conducción de la CGT, definió que será candidato con lista propia en la provincia de Santa Fe. En este caso, jugará en la interna del PJ. Un año atrás había sido tentado por Omar Perotti. También Moyano quería que salte a la arena electoral.
Pero, hasta hace pocas semanas, había mostrado resistencias. “Me convenció la situación del peronismo, porque si no hacemos un esfuerzo para convertirnos en alternativa y no se deja de fragmentar, estamos dejando el país en bandeja al oficialismo”, explicó a PERFIL el dirigente. Su candidatura lo pondrá frente a frente con el referente local del kirchnerismo, Agustín Rossi, ex ministro de Defensa y jefe de bancada del Frente para la Victoria.