Esta mañana José Ottavis pasó por el Congreso de la Nación para visitar al líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. Una vez allí, le presentó su renuncia como presidente del bloque del Frente Para la Victoria de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.
¿El motivo? El nuevo novio de Victoria Xipolitakis quería adelantarse a una decisión que ya se venía cocinando hacia adentro del espacio K. A la misma hora, pero en La Plata, el resto del bloque, que presionaba para desplazarlo lanzó un ultimátum: "Esperamos hasta la tarde, sino se rompe".
La decisión no implica una renuncia a la banca: el dirigente seguirá en su cargo como legislador, según confirmaron fuente del espacio a Perfil.com.
Los cuestionamientos hacia el trabajo de Ottavis, en un espacio de poder codiciado, venían del PJ más duro. En las últimas semanas se sumaron varios dirigentes camporistas, que consideran que su salida era lo mejor para mantener la unión del bloque, a diferencia de lo que ocurrió en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación.
Futuro incierto. ¿Quién asumiría en su lugar? Walter Abarca, actual vicepresidente del bloque, tiene todas las fichas. Si bien no pertenece a La Cámpora, fue secretario privado de Néstor Kirchner y mantiene diálogo directo con Andrés "Cuervo" Larroque y Eduardo "Wado" De Pedro.
El mayor problema que tiene ahora el peronismo en la Cámara es lograr el consenso para la llegada de Abarca. Con la derrota electoral, los espacios de cada dirigente quedaron marcados y nadie quiere perder terreno. Están quienes responden a La Cámpora, a los intendentes, a dirigentes como Julián Domínguez y Florencio Randazzo y otros como el Movimiento Evita (Luis "Chino" Navarro, Patricia Cubría y Gustavo Di Marzio) que esperan mantener la unidad, al menos en lo formal.
Si no se logra un consenso rápido, adelantan fuentes del sector a este portal, la situación podría terminar como en el Senado bonearense. Allí, el bloque se partió en dos: por un lado el FPV y por el otro, el peronismo.
(*) De la redacción de Perfil.com.