“La mesa de las 9” es como los funcionarios bautizaron el encuentro que se repite desde el 10 de diciembre en la Casa Rosada y que tiene como protagonistas a los principales funcionarios. Allí, todos los días se discute y define el rumbo a seguir. Planillas, gráficos y notebooks se mezclan entre frutas y medialunas. Hay discusiones políticas, pero a poco más de un mes de la asunción de Alberto Fernández, las reuniones giran sobre la economía. Revisan los principales ingresos y gastos que deben afrontar en el día y dan las órdenes a los ministros sobre por dónde avanzar.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero llega a Balcarce 50 cerca de las ocho de la mañana. Hace llamados y mantiene las primeras audiencias con algunos funcionarios. A las 9 am se suma la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco ya para el segundo termo de mate. Los funcionarios saben que el horario de la mesa “se cumple con puntualidad germana” por lo que los convocados deben estar allí a la hora exacta. La encargada de citarlos la noche anterior es la vicejefa de Gabinete, quien durante los encuentros toma nota de lo que queda pendiente y sigue los temas con los ministros o el propio Presidente durante el resto del día.
Cada funcionario lleva su plan de acción. Ya se acostumbraron a recibir la respuesta de que cuentan “con un presupuesto de un país al borde del default. Educación, salud, alimentación, y jubilaciones son necesidades básicas, impostergables, pero el resto debe esperar”, detalla a PERFIL uno de los ministros.
No solo los miembros del Gabinete reclaman dinero para sus carteras. En las primeras reuniones que Cafiero y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro mantuvieron con los gobernadores, admiten un reclamo común: la necesidad de plata para combatir la crisis económica que atraviesa a todo el país.
Los ministros llevan el plan de acción a la Jefatura en donde se discuten las medidas del día
Trabajan también junto a los movimientos sociales, Cafiero y Todesca reconocen que “hay mucha expectativa puesta en el plan de lucha contra el hambre”. Están atentos a la expansión de la tarjeta alimentaria para paliar las situaciones más complejas. En el territorio bonaerense esta semana iniciarán el cronograma de reparto que incluirá 560 mil tarjetas y abarcará a un millón de chicos. En cuatro semanas, el plan llegará a 24 municipios y se inyectarán en el circuito económico bonaerense $ 2.200 millones.
El jefe y la vicejefa de Gabinete son los intermediarios entre los pedidos al Presidente y el presupuesto. “Todos los días intentan acomodar el ajustado presupuesto teñido por la crisis económica donde si hay un peso, se usa para asistir y aliviar a los sectores más vulnerados”, dicen en el primer piso de la Casa Rosda.
En estas reuniones, Todesca insiste que un plan de Precios Cuidados implementado en tiempo récord también ayuda a frenar la concentración en la oferta de alimentos y las subas de precios en los productos básicos de la economía, pero no puede resolver del todo el problema. “No era como dijo Mauricio Macri, no es un tema sencillo”. En ese sentido remarcan que por eso se apuntó a otras políticas implementadas como el congelamiento de tarifas y una política cambiaria muy conservadora. Cada vez que un ministro pide fondos, en la mesa surge la misma respuesta: “El horno no está para bollos. La inflación heredada es muy alta y disminuirla es una condición sine qua non para tranquilizar la economía y la vida de las y los argentinos como pidió el Presidente”.
Números. Todos los miércoles, la mesa muta en estrictamente económica. El ministro Martín Guzmán suele llegar más temprano para avanzar algunos temas con Cafiero antes de que se sume el resto del equipo. Ya juntos, los goleadores del torneo de fútbol de la Quinta de Olivos, se reúnen junto a Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Claudio Moroni (Trabajo) y Mercedes Marcó del Pont (AFIP). De acuerdo al temario que Cafiero tiene anotado de los días anteriores en su cuaderno, algunas veces se sumaron Miguel Pesce (presidente del BCRA) y Eduardo Hecker (titular del Banco Nación). Quienes participan saben que las reuniones son largas por lo que los miércoles, los funcionarios tienen bloqueadas sus agendas hasta el mediodía.
El principal reclamo es por fondos pero tienen un presupuesto ajustado
La mesa que funciona como motor de arranque del Gobierno de Fernández está en el despacho del jefe de Gabinete. Allí, la puerta que comunica la oficina de Cafiero con la del Presidente se abre varias veces por día. Apenas se asoma, suele indicarle al funcionario que lo acompañe a su despacho. En otras ocasiones, el Presidente se suma a la reunión. Esto sucedió en dos de los tres encuentros del gabinete económico.
Un ministro reconoce que en estas reuniones “suele haber acuerdos, pero también hay debate, y a veces sube el nivel de la discusión”. “¿Listo?, quedamos así!” dice el Presidente y se retira haciéndole un gesto a Cafiero para que sea él quien siga los temas con el resto de los funcionarios.
Entre estos despachos también suelen circular Gustavo Beliz (secretario de Asuntos Jurídicos), Juan Manuel Olmos (jefe de Asesores), Juan Pablo Biondi (secretario de Comunicación) y Vilma Ibarra (secretaria Legal y Técnica de la Presidencia). Esta última, junto a Todesca repasan los temas que se acumularon durante la semana y necesitan definiciones urgentes.
Además de trabajar juntas a diario, las dos funcionarias aprovecharon el encuentro de esta semana para remarcar “el tinte machirulo” de los partidos de fútbol de los viernes en la Quinta de Olivos y los desafiaron a un combinado mixto, ya que la única mujer en ambos equipos es Macarena Sánchez, titular del Instituto Nacional de la Juventud. Los hombres del Gabinete se defendieron como pudieron y aceptaron el reto para las próximas semanas.