POLITICA
Barbijos fantasmas

La red de intermediarios que investiga la Justicia por la compra de barbijos

Planeaban quedarse con el 18% del contrato valuado en más de US$5 millones.

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Barbijos. Las firmas responsabilizaron a sus proveedores. | cedoc

Entre abril y mayo, el personal sanitario representaba un 7% de los infectados por COVID-19 en Buenos Aires, según datos oficiales. La falta de provisión de equipos de protección, como las barbijos, están entre las posibles causas de los contagios. Esta situación no debió ocurrir ya que, a inicios de abril, la Ciudad de Buenos Aires transfirió $162.350.000 (US$2.441.353) a E-ZAY, una empresa que tenía que entregar cinco millones de mascarillas tricapa para su distribución en los hospitales porteños en la última quincena de ese mes. Pero los tapabocas no fueron entregados a tiempo.

La compra adjudicada a E-ZAY fue rescindida y el caso es investigado por la Justicia. El Programa Lupa, que integra PERFIL, analizó la estructura de costos de esta compra y halló que cada barbijo se cotizó en US$1,02 (ARS 68)*, pero tenían un costo equivalente a casi la mitad: US$0,54 (ARS 36,30)*. La diferencia entre el costo de la mascarilla y el precio ofertado no solo se explica por la estructura de costos presentada por E-ZAY sino también por la cantidad de intermediarios en la transacción. En base a entrevistas con los involucrados en esta trama, documentos de E-ZAY y el expediente judicial del caso, se halló que en el negocio participaron varios intermediarios entre el fabricante del producto y la Ciudad de Buenos Aires que iban a llevarse una ganancia neta de $60.050.000 (US$916.942). Esto equivale al 18% del contrato oficial.

 

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Por cada mascarilla vendida a la Ciudad en $68, los intermediarios se llevaban $12,21. Esto surge de la suma de las ganancias que se estimaron para E-ZAY y el resto de los intermediarios, entre ellos, un comerciante al que se le encargó conseguir las mascarillas y al menos dos gestoras que oficiaron de nexo entre las partes.

La empresa, además, no tenía mayor experiencia en el negocio de la venta de instrumental médico. Su rubro era el de la informática. Y, sin embargo, el 30 de marzo se le adjudicó la compra directa a E-ZAY por cinco millones de mascarillas por un total de US$5.106.638 (ARS 340.000.000).

El costo real de un barbijo

De acuerdo a la versión de la compañía, apenas el 53% de los costos del barbijo tricapa que vendieron a la Ciudad corresponde al producto en sí.

¿Qué otros costos se trasladaron al precio final de la mascarilla? El 34% de los fondos se destinaría al pago de impuestos (alrededor de US$1.746.470), según E-ZAY. Otros costos corresponden a la logística (0,5% del contrato), que incluye “fletes, desconsolidación, recuento, empacado y etiquetado”. Estos gastos se estimaron en US$25.533 (ARS 1.700.000). E-ZAY no informó dónde tenía planificado realizar estas tareas de empacado y etiquetado. Iban a subcontratar a otras empresas para que se encargaran, pero, ante la consulta, no quisieron identificarlas.

 

Detuvieron al proveedor que cobró $60,5 millones por barbijos fantasmas

En cuanto a los fletes, E-ZAY debía costear el traslado hasta el centro de distribución de la Ciudad, según el ministerio de Salud porteño. Luego, las autoridades distribuirían los barbijos hospital por hospital.

Además, E-ZAY afirma que contempló gastos de administración, equivalentes al 2,96% del contrato: US$151.156 (ARS10.064.000). Este rubro implica “insumos de librería, honorarios, sueldos, supervisor, gastos bancarios, gastos generales no contemplados y seguro de caución”. Sin embargo, el seguro de caución, que cumple la función de garantía para la Ciudad, fue contratado luego de que fracasara la entrega de barbijos.

E-ZAY calculaba una ganancia neta de $6,21 (US$0,09) por cada barbijo vendido, es decir, un total de $31.050.000 (US$466.356).

Los intermediarios

E-ZAY es una compañía dedicada al rubro informático que comercializaba un software para la educación a distancia, pero cuando comenzó la pandemia y se paralizó su actividad, la empresa se reinventó en el rubro de la venta de insumos médicos, en especial, barbijos, explicaron ante la consulta.

¿Cómo llegaron a obtener la compra directa de mascarillas más grande de la Ciudad sin tener mayor experiencia en un sector clave en la actual crisis sanitaria? Un nombre clave es Eduardo Kaplan, quien “trabaja en relación con empresas médicas y estaba en contacto con el gobierno de la Ciudad y de la provincia de Córdoba -en el centro del país- para la provisión de kits de diagnóstico del coronavirus”, refieren en E-ZAY. “Fue él quien comunica que la Ciudad estaba buscando barbijos y concretó el contacto entre las partes”, respondieron en la compañía.

La empresa no informó si Kaplan cobró por la gestión. En la Ciudad niegan que tenga algún cargo oficial en el gobierno porteño; así como su participación como intermediario en el fallido proceso de compra. Sin embargo, Kaplan está mencionado en el expediente judicial de este caso. “Recibió un correo electrónico de parte de un funcionario de la Dirección General de Abastecimiento en Salud con una invitación a ofertar por los barbijos”, reveló una fuente con acceso al expediente.

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La Justicia aún no citó a Kaplan para conocer su versión de los hechos. No está acusado de irregularidades ni delitos, indicaron fuentes judiciales. En el marco del Programa Lupa, PERFIL intentó contactarlo en sus domicilios fiscales y alternativos y mediante redes sociales, pero no fue posible dar con él hasta el cierre de esta edición.

E-ZAY fue invitada a ofertar barbijos, de acuerdo a un documento de la Dirección General de Abastecimiento en Salud, con fecha 28 de marzo. “La firma E-ZAY no tenía antecedentes como proveedora del Estado. Sin embargo, cabe aclarar que estando en emergencia sanitaria se puede realizar una contratación directa con una firma que no sea parte del registro de proveedores”, explicaron en el ministerio de Salud de la Ciudad.

Según la cartera de Salud, se hicieron dos convocatorias abiertas a los más de 100 proveedores registrados en el rubro y ambas fracasaron por falta de oferentes o por ofertas no convenientes.

El 30 de marzo, el ministerio autorizó la compra directa de 5 millones de barbijos tricapa a E-ZAY, pero la compañía no tenía esos insumos y debió acudir a otros intermediarios para conseguirlos.

Las brokers

Paula Esther Fernández y María Elena Canali actuaron como brokers o intermediarias entre E-ZAY y el mercado de barbijos. Ante la consulta, Fernández respondió vía mail: “Tanto María como yo fuimos intermediarias de buena fe. E-Zay era un cliente que nos acercaron otros intermediarios”. Dice no conocer a esos otros intermediarios.

También asegura no tener idea de las condiciones de la venta que E-ZAY hizo a la Ciudad de Buenos Aires ni haber tenido acceso a la orden de compra de dicha empresa. Además, negó que ambas brokers hayan participado en el contrato con la Ciudad.

 

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Lo que sí es cierto es que ambas contactaron al comerciante y técnico farmacéutico Damián Andrés Nevi, quien sería el encargado de conseguir los insumos que E-ZAY entregaría a la Ciudad. “Nuestro acuerdo de intermediación era con el vendedor, Nevi, que es quien nos pagaría los honorarios una vez entregada la mercadería. Esos honorarios no podían superar los $2 por barbijo [equivalente en ese momento a US$0,03] en total”, explicó Fernández. Las comisiones para estas intermediarias serían en total de $10.000.000, equivalente a US$75.000 para cada una.

Ellas nunca cobraron sus comisiones millonarias porque la venta fue anulada por la Ciudad luego de que Nevi falló en la entrega de las mascarillas y E-ZAY no pudiera cumplir con el contrato.

El proveedor

Damián Andrés Nevi se encuentra detenido desde el 20 de mayo en una alcaldía policial en la Ciudad de Buenos Aires. Está acusado de los supuestos delitos de fraude y estafa en la compra-venta de barbijos tricapa que E-ZAY debía entregar a la Ciudad, de acuerdo al expediente judicial.

Las brokers también están procesadas como supuestas partícipes y E-ZAY es investigada por supuesto fraude a la Ciudad. Nevi es el único detenido.

E-ZAY debía entregar 5 millones de mascarillas durante abril, en tres entregas, pero los insumos no llegaron a tiempo, a pesar de que el ministerio de Salud porteño transfirió el 2 de abril casi el 50% del monto de la compra a E-ZAY, según consta en el expediente.

El adelanto para la compra de barbijos fue de $162.350.000 (equivalente a US$2.441.353). Ese mismo 2 de abril, E-ZAY transfirió $60.500.000 a la cuenta personal de Nevi para que compre la primera entrega de barbijos: alrededor de 1.500.000 de unidades. 

Nevi vendió los barbijos a E-ZAY a $36,30 [equivalente a US$0,54]. “El precio incluía el IVA ($6,30 de Impuesto al Valor Agregado), mi ganancia y las comisiones de las brokers, que suman otros $6”, explicó el comerciante detenido vía telefónica.

 

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“Los barbijos iban a ser importados de China y yo los conseguía a $24 (US$0,36), pero esto no pudo hacerse debido a que E-ZAY no estaba habilitada para importar insumos médicos”, afirma Nevi. Por eso, sostiene, debió buscar los insumos en el mercado local.

Pero esa transacción tampoco llegó a buen puerto. “Más o menos por la fecha que le voy a entregar los barbijos a E-ZAY, se me complica porque se mete otra persona en una puja de precios por los barbijos y ofrecía más plata de la que yo podía pagar”, refiere Nevi. “Perdí la compra de 1.500.000 barbijos”, asegura.

Cuando la entrega fracasó, en E-ZAY dicen que tuvieron que comprar barbijos a otros proveedores para poder cumplir con la orden de compra. “Terminamos comprando barbijos tricapa a $72 [US$1,08], más caras que el precio que ofertamos a la Ciudad”, sostienen.

Le ofrecí a E-ZAY devolverle la plata, pero como la suma era muy alta, quedaron retenidos en mi cuenta. Cuando me allanaron estaban en mi cuenta bancaria”, afirma Nevi. La jueza Paula González incautó el dinero de la cuenta de Nevi y lo devolvió al Estado porteño a fines de mayo.

Documentos en la mira judicial

En el expediente judicial del caso consta que las brokers presentaron a E-ZAY una carpeta con folletos digitales de los insumos que se entregaría a la Ciudad, además de muestras físicas de los tapabocas tricapa y una serie de documentación que sostenía que los insumos eran de origen nacional, marca Dimex (autorizada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, ANMAT).

La Justicia analizó estos documentos y, de acuerdo al expediente, estaban adulterados. Las brokers presentaron datos reales, pero que corresponden a una empresa de insumos médicos que no está relacionada con Nevi ni con la transacción, aseguró una fuente con acceso al expediente judicial. “Se investiga si fueron parte de la estafa”, agregó.

Paula Fernández niega que ella y su socia hayan cometido delitos. Nevi, por su parte, responsabiliza a las brokers por la presentación de esa documentación y E-ZAY aduce haber sido engañada. La Ciudad, en tanto, asegura haber sido víctima de un fraude, mientras que Santiago Costabel, responsable de la Dirección General de Abastecimiento del Ministerio de Salud local, quien habría tenido participación activa en esta compra, presentó su renuncia por motivos familiares y cansancio.

 

Dos causas, un detenido

Por este caso se abrieron dos expedientes judiciales que actualmente están unificados en una única causa que tiene a cargo el fiscal Maximiliano Vence.

Uno de los expedientes fue iniciado el 8 de mayo por la Ciudad contra E-ZAY por presunto fraude. Allí también se investiga a Nevi. Se investiga además al ex director general de abastecimiento del ministerio de Salud de la Ciudad, Santiago Costabel, quien aún no presentó abogado en el expediente. Costabel no respondió la consulta de Lupa al cierre de esta edición.

En otra causa iniciada por E-ZAY contra Nevi, el comerciante ya estaba procesado por presunta estafa, Fernández y su socia también son procesadas como partícipes de la supuesta maniobra. Si bien E-ZAY inició esta segunda denuncia, la Justicia no aceptó a la empresa como querellante.

 

* Las compras de la Ciudad fueron pactadas en pesos. Los valores en dólares son en base a la conversión al precio del dólar oficial al momento de la compra directa, 30 de marzo de 2020, según Banco Central de la República Argentina (BCRA): $66,58.

**Este reportaje forma parte del Programa Lupa, liderado por la plataforma digital colaborativa Salud con Lupa***, con el apoyo del  Centro Internacional para Periodistas (ICFJ).