POLITICA
Despues de su pelea con stiuso

La vuelta de Béliz, una señal al oscuro mundo de los espías

El ex ministro de Justicia retorna a la política argentina después de 15 años. Dejó el BID para incorporarse a los equipos de Alberto Fernández. Tiene lugar en el futuro gobierno.

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Aparición. Gustavo Béliz se mostró en público el lunes, en un acto en la facultad de Agronomía. | prensa Frente de todos

La vuelta se selló con un desayuno. Fue en la casa de Alberto Fernández en Puerto Madero. El encuentro terminó de ilusionar a Gustavo Béliz. En realidad, el entusiasmo le había llegado unos meses antes, cuando Cristina Kirchner eligió a Fernández como candidato a presidente. Tras ese dedazo de la ex presidenta, Béliz entendió que se abría una oportunidad histórica para su generación. Béliz tiene 57 años, y lleva 15 retirado de la actividad política. El ganador de las PASO tiene 60, y ya adelantó que pretende contar con la asistencia de Béliz.

“Terminó su vínculo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y le propuse que me ayudara. Y lo está haciendo con enorme generosidad”, reveló Fernández sobre el primer ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos que tuvo Néstor Kirchner en su presidencia. Fernández y Béliz fueron compañeros de gabinete entre 2003 y 2004. “Me pone muy contento. Es un hombre de enorme valor. Tiene un conocimiento y una mirada formidable”, destacó el candidato del Frente de Todos. Lo dijo a raíz de la reaparición de Béliz en un acto encabezado por Fernández en la Facultad de Agronomía de la UBA.

El elogio representó un golpe indirecto contra el stiusismo residual, que miraba con cierta expectativa el cambio de clima político. En 2004, Béliz fue pionero en denunciar al que ya entonces era (y seguiría siendo por una década) el espía más poderoso de la Argentina: el ex director de Contrainteligencia, Jaime Stiuso.

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Tras la cita con Fernández en Puerto Madero, Béliz se decidió: el 1º de octubre se retiró del staff internacional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mientras termina unos trabajos de consultoría en Europa, el ex ministro de Kirchner planea ser una suerte de asesor estratégico del muy probable futuro presidente. ¿Desde dónde lo haría? No existen certezas al respecto. Béliz asegura a sus amigos que, a esta altura de su vida, no tiene interés en los cargos. Cerca de Fernández se resisten a dar detalles sobre el posible gabinete.

Un albertista que medió para su arribo arriesga que “Béliz podría dirigir la Secretaría de Asuntos Estratégicos”. Se trata del puesto que ahora ocupa Fulvio Pompeo, suerte de canciller en las sombras del macrismo.

El ex ministro pretende transmitir y aplicar su experiencia acumulada en el BID a lo largo de los últimos 15 años. En julio de 2004 mostró la foto de Stiuso en el programa televisivo de Mariano Grondona. “Es un tipo muy peligroso, que te puede mandar a matar y te puede armar una operación”, lo acusó. Además le atribuyó haber “embarrado la causa AMIA”. Esa performance le costaría una engorrosa causa judicial, incluido un procesamiento por parte del juez Sergio Torres, integrante de la Corte bonaerense desde mayo pasado.

Al poco tiempo de haber revelado la identidad de Stiuso, Béliz fue echado del kirchnerismo. Ahí arrancó su exilio, a mitad de camino entre lo simbólico y lo literal. Trabajó en Washington para el BID entre 2005 y 2013. Después se mudó a Uruguay. En 2014, volvió a Buenos Aires para dirigir el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del BID. “Ya en ese momento hubo cierta reconciliación con el kirchnerismo, porque Cristina dio el OK”, asegura un compañero de Béliz, el regresado.