La Justicia intentó durante meses llegar a un acuerdo para que Lázaro Báez declare como arrepentido en la causa por el presunto lavado de dinero de la obra pública, pero el empresario se niega a reconocer que es el supuesto testaferro del matrimonio Kirchner. Así lo afirmaron a PERFIL fuentes judiciales y distintos actores del acuerdo.
La negociación fue promovida por el fiscal federal Guillermo Marijuán, quien recibió la última negativa de Báez la semana pasada, cuando el nuevo abogado del empresario, Maximiliano Rusconi, se presentó ante la fiscalía. El penalista pidió que el fiscal apoyara su pedido para que el juez federal Sebastián Casanello otorgue la prisión domiciliaria a Lázaro. El acuerdo se volvió a plantear sobre la mesa: Báez tiene la información que el fiscal necesita para llegar a Cristina Fernández de Kirchner. Pero la respuesta volvió a ser un rotundo no.
El fiscal no cerró la puerta pero sus expectativas de que Báez, que tiene dos procesamientos a cuestas, acuerde testificar contra la ex presidenta agonizan. Marijuán no busca sólo un testimonio sino documentación y pruebas fácticas para probar la relación.
Si el empresario acuerda colaborar con la investigación, la defensa tendría cómo negociar su situación. Hoy, Báez sólo quiere dejar el penal de Ezeiza. La fiscalía ofreció revisar sus condiciones de detención, evaluando una posible prisión domiciliaria o incluso una excarcelación monitoreada en el marco del Programa de Protección de Testigos e Imputados.
Los hijos de Lázaro también intentaron mediar en el acuerdo. Luciana, la mayor de los Báez, visitó a su padre en el penal de Ezeiza en las últimas semanas. El resultado del encuentro fue una discusión entre ambos y la misma respuesta. Muy cerca de Báez aseguran que la razón de su negativa es una lealtad absoluta a Néstor Kirchner. Báez cree que eventualmente podrá regresar a Santa Cruz sin tener que pasar por “traidor”. Es la misma explicación que recibieron en la Justicia. Algunos de los actores en la causa creen que esa razón no es suficiente y que la negativa podría tener otras razones más profundas.
El fiscal evaluó la posibilidad de que los hijos del empresario aportaran pruebas contra la ex presidenta, pero la ley impediría que perjudiquen a su padre. Además, no cambiaría la situación de Báez. El empresario sólo podrá acordar beneficios para sí mismo si es él quien entrega las pruebas.
Antecedente. El fiscal Marijuán busca que Báez siga los pasos de Leonardo Fariña. El supuesto “valijero” del empresario estaba detenido por orden de un tribunal de La Plata en el marco de una causa por evasión fiscal. Marijuán tendió puentes con el imputado para lograr que declarar como arrepentido. Con Báez detenido, su antiguo colaborador rompió el silencio, se inculpó en el delito de lavado de dinero y comprometió aún más al empresario.
Fariña apuntó hacia arriba y colaboró en desplegar un nuevo escenario en la causa e imputar por primera vez a la ex presidenta y otros ex funcionarios.
El abogado Rusconi volvió a solicitar la prisión domiciliaria ayer. Báez aduce problemas de salud. En los últimos cinco meses, perdió más de 20 kilos, sostiene que sufre un cuadro de diabetes agravado por el sedentarismo. El empresario habría sufrido una descompensación el viernes pasado y según contaron sus allegados a PERFIL terminó en el hospital de la cárcel de Ezeiza.